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¿Es peligroso sufrir de varicela o lechina? | Por: @drafadlallah

¿Sabes de qué se trata la varicela o lechina? ¿Cómo te puede afectar? ¿Sabes cómo se contagia? ¿Qué puedes hacer en ese caso? ¡Este es un gran momento para saberlo!

En nuestro país se han registrado un importante número de los casos de varicela, si es un niño o eres un adulto y no la has padecido o si no estás vacunado te puedes contagiar y sufrirla. Podríamos estar sufriendo una epidemia aquí en Venezuela y tú o tus hijos podrían estar expuestos a infectarse.

La no disposición actualmente de la vacuna contra este virus y un creciente número de personas adultas que están padeciendo Herpes zoster, permiten una mayor circulación del virus y por ende un aumento en los contagios en la comunidad.

¿Qué es la varicela?

La varicela es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa, exantemática (erupción de la piel de color rojiza) aguda, causada por el virus varicela-zóster que es del grupo de los herpesvirus.

Estos virus tienen la característica de ocasionar infecciones latentes que pueden persistir durante toda la vida del huésped.

Distribución

La infección es de distribución universal. En las grandes ciudades cerca del 75% de la población ha sufrido la infección antes de los 15 años de edad.

Se puede presentar durante todo el año, sobretodo en los países tropicales.

Reservorio

Únicamente la persona infectada es el reservorio del virus.

¿Cómo se transmite?

Solo se trasmite de persona a persona por contacto directo, a través de gotitas de saliva por el aire.

Incubación

El período  de incubación es de 2 a 3 semanas, generalmente de 11 a 21 días.

Período de contagio

Se extiende desde 1 día antes de la aparición de la erupción hasta que todas las lesiones se hacen costrosas 6 o 7 días después.

Las vesículas con su contenido viral son contagiosas.

Susceptibilidad

Todos podemos sufrirla. La susceptibilidad es universal en personas que no la han padecido la  y las que  NO están vacunadas.

Resistencia

Padecerla confiere inmunidad prolongada, y son raros los casos de reinfección.

¿Cómo nos infectamos?

El virus penetra al organismo a través de la mucosa del tracto respiratorio superior (fosas nasales, faringe, laringe y boca) donde se replica inicialmente; pasa al torrente sanguíneo y transportado  por el plasma, hematíes (glóbulos rojos), linfocitos y monocitos. Llega al hígado, páncreas, suprarrenales, donde se vuelven a replicar y siendo de mayor importancia produce malestar general, fiebre y se disemina por todo el organismo especialmente piel y mucosas.

Una vez en la piel aparecen las lesiones papulares, que evolucionan rápidamente a vesículas, las que al comienzo contienen líquido claro con fibrina, células epiteliales y abundante virus varicela-zoster libres (altamente contagiosas); pero estas son invadidas por células polimorfonucleares y macrófagos y el líquido vesicular se vuelve turbio. Éste se termina absorbiendo y se forma la costra plana adherente, que se desprende por el crecimiento de nuevas células epiteliales de la piel.

El virus está en las vesículas pero no en las costras.

Manifestaciones clínicas

Se presentan dos períodos:

Período prodrómico: precede la erupción en 24 horas; puede pasar desapercibido, pero puede dar fiebre discreta, ligero compromiso del estado general, intranquilidad e insomnio, además cefalea y aparece un exantema escarlatiforme (erupción de la piel color rojizo) fugaz antes de la verdadera erupción.

En adolescentes y adultos el brote eruptivo esta precedido a menudo por 2 o 3 días de fiebre, malestar general, escalofrío, cefaleas y raquialgias intensa (dolor de la columna vertebral).

Período exantemático: le sigue al anterior y es el que caracteriza a la enfermedad. Empiezan a aparecer las lesiones maculares rojizas, muy pruriginosas (picazón o escozor), de tamaño variable, que se hacen prominentes, transformándose en pápulas que en horas ya son vesículas cuyo aspecto es de “gota de rocío sobre el pétalo de una rosa”, al principio su líquido es claro pero se enturbia; este se reabsorbe y la lesión comienza a secarse, formando una costra pardo amarillenta que se desprende a los pocos días, dejando depresiones rosadas en la piel  y que con el tiempo desaparecen.

Pero si, se insiste en el rascado de estas, pueden infectarse y transformarse en pústulas y producir una infección bacteriana secundaria.

En la mucosa oral, y más precisamente en el paladar salen vesículas que al romperse dejan úlceras superficiales de 2 o 3 mm.

Puede haber adenopatías generalizadas (aumento del tamaño de los ganglios).

Aparición en brotes

Aparece en brotes sucesivos de tres o cuatro días, con vesículas ampliamente dispersas; se concentran en el tronco, cuero cabelludo, cara y partes proximales de las extremidades, lo cual permite ver la evolución de todas las formas de las lesiones (mácula, pápula, vesícula y costra).

Son raras en palmas de las manos y planta de los pies, mucosa genital, conjuntiva y córnea, donde son particularmente peligrosas.

La fiebre persiste mientras aparezcan nuevas lesiones. Si se prolonga en el tiempo o es recurrente se debe sospechar de una infección asociada.

Duración

El exantema dura de 10 a 15 días.

Varicela en el adulto

La severidad de la enfermedad varía desde una pocas lesiones hasta cientos de ellas, con gran toxicidad y fiebre alta.

Generalmente la varicela en los adultos es más grave que en los niños. Los síntomas suelen ser de mayor severidad, la erupción es más profusa y la complicación más frecuente es la neumonía intersticial, en especial en fumadores, infectados por VIH y embarazadas. Puede llegar a causar un síndrome de insuficiencia respiratoria aguda, con lo cual se manifiesta la severidad de la complicación.

En la radiografía de tórax: se pueden observar numerosas lesiones densamente calcificadas por todos los campos pulmonares.

En las embarazadas

Si se contrae durante el primer o segundo trimestre de embarazo, puede producir malformaciones congénitas como lesiones cicatrizales en extremidades,  retrasos del crecimiento,  microftalmia, cataratas, coreoretinitis, sordera y  atrofia  cerebrocortical.

Si la varicela se contrae alrededor del momento del parto, el recién nacido tiene riesgo de sufrir enfermedad diseminada.

Diagnóstico

Es fundamentalmente clínico, a través del interrogatorio y el examen médico.

Se puede confirma en el laboratorio con la tinción directa de anticuerpos de inmunoflorescencia o estudio de raspado de las lesiones donde se observa en los frotis de Tzanck o con tinción de calcoflúor donde se ven células gigantes multinucleadas.

En la hematología puede haber leucopenia, incremento subclínico de las trasaminasas y trombocitopenia.

Complicaciones principales

  • Infecciones bacterianas secundarias (lo más común) por estreptococos hemolíticos beta del grupo A y Staphylococcus aureus.
  • Trombocitopenia con hemorragia aguda de piel y mucosas
  • Hemorragia interna suprarrenal
  • Neumonía
  • Lesiones de laringe con edema y dificultad respiratoria.
  • Miocarditis, pericarditis, endocarditis y otras.

Tratamiento

  • El paciente debe aislarse hasta que desaparezcan las costras primarias.
  • Reposo en cama hasta  que no haya fiebre.
  • Uso de antipirético para controlar la fiebre.
  • La piel debe mantenerse limpia.
  • Aliviar el prurito o picazón con antihistamínicos o con loción de calamina.
  • Mantener las uñas cortas para evitar las escoriaciones y lesiones de la piel.
  • No tomar aspirina.
  • Antibioticoterapia  en caso de infección de las lesiones.
  • Uso de antiretrovirales tipo  Aciclovir

Prevención con vacunación

La mejor prevención se realiza a través de la vacunación infantil universal. La vacuna es eficaz, segura y bien tolerada. Tiene una eficacia del 98.1 % si se aplica después de los 13 meses de edad.

Existen dos tipos:

  1. Vacuna monovalente de virus vivo atenuado.
  2. Vacuna tetravalente que cubre sarampión, varicela, parotiditis y rubéola.

La primera dosis debe aplicarse entre los 12 y 15 meses y la segunda entre los 4 y 6 años.

Si la persona tiene más de 13 años de edad se recomienda la vacuna monovalente (un solo antígeno), aplicadas con una diferencia de 4 a 8 semanas entre la primera y la segunda dosis.

Para los que recibieron una sola dosis anteriormente y no cumplieron con el esquema se recomienda una segunda dosis para ponerse al día, sobre todo en casos de epidemias.

Comentario

Las enfermedades infectocontagiosas en su mayoría son prevenibles con vacunas. Vacunas que han demostrado a través de los años ser muy eficientes y eficaces. Todos deberíamos poder acceder a esta invalorable protección tanto para nosotros como para nuestros hijos y evitar la inconveniencia de sufrir enfermedades que algunas dejan secuelas y padecimientos crónicos. Medicina preventiva debería ser el norte en todos nuestros países.

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Dra. Rosa Emilia Fadlallah @drafadlallah

Médico (UCV)

Rosa Emilia Fadlallah Sulbarán

Médico ucevista, mamá dedicada, lectora, dibujante, pintora, sofisticada y linda. http://rosaemilia.com.ve

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