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Los diuréticos siguen siendo importantes contra la hipertensión | Por: @linternista

Una de las primeras armas terapéuticas empleadas contra la hipertensión fueron los diuréticos y aún tienen un largo futuro por delante.

Así lo muestran los resultados presentados en el Congreso Europeo de Cardiología 2015, que se celebra por estos días en Londres (Reino Unido),

La combinación de dos diuréticos muy comunes a bajas dosis proporciona un gran efecto antihipertensivo y «neutraliza» los efectos secundarios que tradicionalmente se habían asociado al empleo de estos fármacos, por lo que deberían considerarse como primera opción terapéutica en muchos pacientes, según señalaron los datos del estudio PATHWAY-3, impulsado por la Fundación Británica del Corazón.

José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica que varios estudios habían relacionado el uso de diuréticos tiazídicos (como hidroclorotiazida) con un mayor riesgo de diabetes. Según la hipótesis principal, esto se debía a la capacidad del medicamento de reducir los niveles de potasio, lo que redujo su empleo.

Pero, un nuevo trabajo demostró que utilizar la mitad de la dosis habitual de hidroclorotiazida (que ronda los 25 mg) combinada con otro diurético -amiloride (que habitualmente se indicaba en su versión de 10 mg)- consigue mejorar el efecto antihipertensivo de los fármacos en solitario y elimina los riesgos metabólicos asociados a la terapia.

Los autores de la investigación, de la Universidad de Cambridge, explican en la reunión de cardiólogos, que esto puede deberse a que amiloride, también es diurético pero de una ‘familia’ distinta a las tiazidas, y es capaz de «neutralizar» la reducción de los niveles de potasio que provoca hidroclorotiazida, potenciando sus efectos beneficiosos.

«En mi opinión, los resultados de este trabajo son una de las noticias más importantes presentadas en este Congreso. Estamos hablando de fármacos que llevan en el mercado más de 50 años y que son muy baratos, por lo que estos datos son una muy buena noticia tanto para los pacientes como para los sistemas sanitarios», apunta González-Juanatey, quien considera que «este trabajo hace necesario revisar las guías de práctica clínica actuales».

Actualmente, en personas mayores de 65 años sí es habitual indicar como terapias de primera línea diuréticos o calcioantagonistas (sólos o en combinación con otros fármacos para la hipertensión). Pero en individuos más jóvenes, lo más común, es iniciar la terapia con medicamentos como los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (más conocidos por sus siglas IECA) o los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARAII), explica el cardiólogo.  «Pero los nuevos datos van a obligar a reposicionar los diuréticos en primera línea en todos los casos», agrega.

El trabajo presentado en Londres mostró los resultados de una investigación que utilizó una muestra de 399 pacientes obesos y con hipertensión (con una media de edad de entre 61 y 63 años).

A un tercio de ellos se le indicó tratamiento con 10 mg de amiloride únicamente; otro tercio ingirió una pastilla de 25 mg de hidroclorotiazida; mientra que el resto recibió una combinación de los dos fármacos a mitad de dosis.

Se realizó un seguimiento de los pacientes durante 12 semanas, que prolongaron 12 semanas más duplicando las dosis.

Los resultados mostraron que mientras que en el grupo tratado con hidroclorotiazida los niveles de glucosa en sangre aumentaron considerablemente, esto no sucedió en el resto de los grupos. Y, los efectos antihipertensivos fueron significativamente mejores en el grupo de la terapia combinada.

En otro trabajo presentado en el Congreso Europeo de Cardiología también demostró la utilidad de los diuréticos en pacientes con hipertensión resistente (también llamada refractaria).

Se considera que existe hipertensión resistente cuando los niveles de tensión arterial no bajan de 140/90 mmHG pese a la indicación de tres fármacos antihipertensivos, siendo uno de ellos un diurético.

La citada investigación demostró que añadir al tratamiento o el diurético espironolactona consigue controlar la hipertensión en el 70% de los casos sin efectos secundarios relevantes.

El fármaco fue significativamente más efectivo que otros medicamentos, como bisoprolol o doxazosina, lo que según los autores de la investigación, del University College London (Reino Unido) «establece, por primera vez, una jerarquía clara para el tratamiento de la hipertensión resistente y debería influir las futuras guías de tratamiento».

La espironolactona también es un fármaco que se conoce hace décadas y que cuesta menos de un euro al mes.

«Estas dos investigaciones han demostrado beneficios para el control de la hipertensión arterial superiores a los que aportan los que se usaban hasta ahora, incluso en pacientes refractarios y sin efectos adversos para el organismo», afirmó González-Juanatey.

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Fuente: El Mundo.

Daniel Hernández

Comunicador Social


Comité editorial medicinapreventiva.info

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