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Debemos estar atentos a las señales de alarma del melanoma, uno de los cánceres de piel más peligrosos | Por: @linternista

Si bien el melanoma es el cáncer de piel más peligroso, también el más prevenible y con buen pronóstico, cuando se detecta y se trata a tiempo. Se origina en las células (melanocitos) que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. La causa exacta de este cáncer no está clara, pero la exposición a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar o de las lámparas y de las camas solares aumenta el riesgo de padecerlo, por lo que limitar la exposición a la radiación UV puede ayudar a reducir el riesgo de tener melanoma.

Melanoma
El melanoma es una forma de cáncer de piel que comienza en las células (melanocitos) que controlan el pigmento de tu piel. Esta ilustración muestra cómo las células de un melanoma se extienden desde la superficie de la piel hasta las capas más profundas de la piel.

Por eso, es importante una adecuada fotoprotección y una vigilancia periódica de la piel para detectar precozmente su aparición y poder tratarlo con éxito.

Una correcta protección frente al sol incluye gorra, camiseta, gafas de sol y crema protectora, que debe reaplicarse cada dos horas. Además, se recomienda evitar la exposición al sol entre las 12 y las 16 horas. En el caso de los bebés, no deben exponerse directamente al sol.

El riesgo de desarrollar un melanoma parece aumentar en las personas menores de 40 años, especialmente en las mujeres. Conocer las señales de advertencia del cáncer de piel puede ayudar a asegurar que los cambios cancerosos se detecten y se traten antes de que el cáncer se haya diseminado. El melanoma se puede tratar con éxito si se detecta a tiempo.

El Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) ha lanzado, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Piel y Melanoma, la campaña «terrazing», que tiene como objetivo concienciar a la población acerca de los peligros de exponerse al sol sin protección, ya sea en la playa, en el campo, esquiando, en un partido de fútbol o tomando un refresco con amigos en una terraza.

Y es que, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que 6.205 personas serán diagnosticadas con un melanoma cutáneo este 2019. Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, aunque es más habitual en aquellos con piel clara y con más de 50 años, si bien el diagnóstico juvenil ha aumentado en los últimos años, lo que está directamente relacionado con la exposición al sol y la utilización descontrolada de cabinas de autobronceado.

Lunares
Por lo general los lunares son inofensivos. Pueden tener vellos o volverse prominentes o arrugados. Consulta con tu médico sobre cambios en el color o tamaño de un lunar o si pica, duele, sangra o se inflama.

Signos y síntomas

Los melanomas pueden formarse en cualquier parte del cuerpo. Con mayor frecuencia, aparecen en partes que estuvieron expuestas al sol, como la espalda, las piernas, los brazos y el rostro.

Los melanomas también pueden producirse en las partes que no tienen mucha exposición solar, como las plantas de los pies, las palmas de las manos y los lechos de las uñas. Estos melanomas ocultos son más frecuentes en personas que tiene la piel más oscura.

Los primeros signos y síntomas del melanoma suelen ser:

  • Un cambio en un lunar existente
    La formación de un nuevo bulto pigmentado o de aspecto inusual en la piel

El melanoma no siempre comienza como un lunar. También puede aparecer en la piel de aspecto normal.

Melanoma
El primer signo de melanoma suele ser un lunar que cambia de tamaño, forma o color. Este melanoma muestra una variedad de colores y un borde irregular, dos signos de advertencia de melanoma.

Lunares o «nevus» normales: Por lo general, los lunares normales son de color uniforme, como tostado, marrón o negro, y tienen un borde definido que separa el lunar de la piel que lo rodea. Son ovalados o redondos y, a menudo, tienen menos de 1/4 de pulgada (alrededor de 6 milímetros) de diámetro —el tamaño de una goma de lápiz—.

La mayoría de las personas tienen entre 10 y 45 lunares. Muchos de estos se forman hacia los 50 años, aunque el aspecto de los lunares puede cambiar con el tiempo, incluso algunos pueden desaparecer con la edad.

La vigilancia de la piel es otra de las estrategias para detectar una lesión maligna a tiempo. «La recomendación es gastar un minuto al mes en mirar toda la superficie cutánea. Es un hábito que hay que incorporar, reconocer cómo tiene uno la piel y si tiene lesiones nuevas», explicó el doctor Eduardo Nagore durante la presentación de la campaña Euromelanoma 2019, que lanza cada año la Fundación Piel Sana de la AEDV.

Desde la Fundación Piel Sana aseguran que los melanomas no son fáciles de identificar a primera vista en sus fases iniciales, sin embargo, suelen tener un aspecto diferente al de otros lunares o marcas de nacimiento del cuerpo. Es lo que se conoce como el signo del «Patito Feo» y debe ser evaluado por un dermatólogo.

Lunares poco comunes que pueden indicar la presencia de un melanoma: Para ayudarte a identificar las características de los lunares inusuales que pueden indicar melanomas u otros tipos de cáncer de piel, piensa en las letras ABCDE:

La letra «A» representa la asimetría. Busca lunares con forma irregular, como dos mitades que tienen un aspecto muy diferente.
La letra «B» representa el borde irregular. Busca lunares con bordes irregulares, cortes u ondas, características de los melanomas.
La letra «C» representa los cambios de color. Busca crecimientos que tengan muchos colores o una distribución desigual de estos.
La letra «D» representa el diámetro. Busca nuevos crecimientos en lunares que tengan más de 1/4 de pulgada (alrededor de 6 milímetros).
La letra «E» representa la evolución. Busca cambios en el tiempo, como un lunar que crece de tamaño o que cambia de color o de forma. Los lunares también pueden evolucionar y producir nuevos signos y síntomas, como picazón o sangrado.

El aspecto de los lunares cancerosos (malignos) varía mucho. Algunos pueden presentar todos los cambios mencionados anteriormente, mientras que otros pueden tener solo una o dos características inusuales.

Otros signos de sospecha que deberían ser motivo de consulta con el especialista son el picor o sangrado de una lesión o la aparición de cualquier nueva lesión en zonas de la piel no afectadas previamente en personas mayores de 40 años.

Aunque los melanomas pueden aparecer en cualquier del cuerpo, son más habituales en el pecho/espalda y las piernas. En el 30% de los casos, aproximadamente, aparecen en zonas donde ya existen lunares.

Melanomas ocultos

Los melanomas también pueden formarse en las partes del cuerpo que tienen poca exposición al sol o que no la tienen, como los espacios que hay entre los dedos de los pies y en las palmas de las manos, las plantas de los pies, el cuero cabelludo o los genitales. En ocasiones, a estos se los denomina «melanomas ocultos» porque ocurren en los lugares donde la mayoría de la gente no considera revisar. Cuando el melanoma se produce en personas que tienen piel más oscura, es más probable que aparezcan en una zona oculta.

Algunos de los melanomas ocultos son:

  • Melanoma debajo de una uña. El melanoma lentiginoso acral es un tipo poco frecuente de melanoma que puede ocurrir debajo de una uña del dedo del pie o de la mano. También se lo puede encontrar en las palmas de las manos o en las plantas de los pies. Es más frecuente en los afroamericanos y en otras personas que tienen una pigmentación de la piel más oscura.
  • Melanoma en la boca, el tubo digestivo, las vías urinarias o la vagina. El melanoma mucoso se forma en la membrana mucosa que recubre la nariz, la boca, el esófago, el ano, las vías urinarias y la vagina. Los melanomas mucosos son particularmente difíciles de detectar porque pueden confundirse con otras enfermedades mucho más frecuentes.
  • Melanoma en el ojo. El melanoma del ojo, también llamado «melanoma ocular», se produce con más frecuencia en la úvea, la capa que está debajo de la parte blanca del ojo (esclerótica). Un melanoma del ojo puede causar cambios en la visión y puede diagnosticarse durante un examen de la vista.
Dónde se desarrolla el cáncer de piel
El cáncer de piel comienza en las células que componen la capa exterior de tu piel (epidermis). Un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma basocelular comienza en las células basales, las cuales hacen que las células de la piel empujen hacia la superficie las células viejas de manera continua. A medida que las células nuevas se mueven hacia arriba, se vuelven planas y escamosas, y es donde puede generarse un cáncer de piel llamado carcinoma de células escamosas.

Causas y factores de riesgo:

En condiciones normales, las células de la piel se desarrollan de una manera controlada y ordenada: las nuevas células sanas empujan las células más antiguas hacia la superficie de la piel, donde mueren y finalmente se caen. Pero cuando algunas células presentan daños del ADN, las células nuevas pueden comenzar a crecer fuera de control y con el tiempo pueden formar una masa de células cancerosas.

Lo que daña el ADN en las células de la piel y cómo esto produce un melanoma no está claro. Es probable que una combinación de factores, entre ellos factores ambientales y genéticos, produzca el melanoma. Sin embargo, los médicos creen que la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol y de las lámparas y camas de bronceado es la principal causa del melanoma.

La luz UV NO provoca todos los melanomas, especialmente aquellos que se producen en lugares del cuerpo que no reciben exposición a la luz solar. Esto indica que otros factores pueden intervenir en el riesgo de padecer melanoma.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer melanoma se encuentran los siguientes:

  • Piel clara. Tener menos pigmento (melanina) en la piel significa que tienes menos protección contra la radiación UV perjudicial. Si tienes cabello rubio o pelirrojo, ojos claros y pecas o te quemas fácilmente con el sol, es más probable que padezcas melanoma que alguien con tez más oscura. Pero el melanoma puede manifestarse en personas con tez más oscura, incluso hispanos y afroamericanos.
  • Antecedentes de quemaduras solares. Una o más quemaduras solares graves con ampollas pueden aumentar el riesgo de padecer melanoma.
  • Exposición excesiva a la luz ultravioleta (UV). La exposición a la radiación UV, que proviene del sol y de las luces y camas de bronceado, puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel, incluso el melanoma.
  • Vivir más cerca del ecuador o en una mayor altitud. Las personas que viven más cerca del ecuador de la Tierra, donde los rayos solares son más directos, experimentan mayores cantidades de radiación UV que los que viven en latitudes más altas. Además, si vives en una mayor altitud, estás expuesto a más radiación UV.
  • Tener muchos lunares o lunares inusuales. La presencia de más de 50 lunares comunes en el cuerpo indica un riesgo mayor de padecer melanoma. Además, tener un tipo inusual de lunar aumenta el riesgo de padecer melanoma. Conocidos médicamente como «nevus displásicos», estos tienden a ser más grandes que los lunares normales y tienen bordes irregulares y una mezcla de colores.
  • Antecedentes familiares de melanoma. Si un familiar cercano, como un padre, un hijo o un hermano, ha tenido melanoma, también tienes una mayor probabilidad de tenerlo.
  • Sistema inmunitario debilitado. Las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como las que han sido sometidas a trasplantes de órganos, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de piel.

Si tienes un nevus (lunar) de reciente aparición que tenga alguna de las características que se han descrito anteriormente, consulta con el dermatólogo.

Fuentes:

  • abc.es/salud
  • mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/melanoma

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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