Actividad física y DeporteCuriosidades

La memorización de lo aprendido es mayor cuando se hace ejercicio 4 horas después del aprendizaje | Por: @linternista

Según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad Radboud en Nimega (Países Bajos), el ejercicio físico nos ayuda a ‘fijar’ los nuevos recuerdos. Y para ello, es mejor dejar que transcurran varias horas antes de ponernos a sudar para memorizar.

Guillén Fernández, director de esta investigación publicada en la revista «Current Biology», explica que «los resultados sugieren que una sincronización adecuada del ejercicio físico puede mejorar la memoria a largo plazo y destacan la práctica de ejercicio físico como una intervención a tener en cuenta en los centros educativos».

El aprendizaje es un proceso largamente estudiado y poco conocido en el que se encuentran implicados numerosos, y muy complejos, mecanismos cerebrales. Un proceso que comprende la memorización o retención de lo aprendido, una capacidad innata que conserva todo su potencial en la infancia y que se va deteriorando con el paso de los años.

¿Sudar para aprender?

En el estudio, los autores evaluaron los efectos de una única sesión de ejercicio físico sobre la consolidación de la memoria –esto es, el proceso por lo que los recuerdos a corto plazo se transforman en recuerdos a largo plazo– y la memoria a largo plazo. Y para ello, contaron con la participación de 72 adultos voluntarios que, tras dedicar 40 minutos al estudio de 90 imágenes asociadas a distintos lugares, fueron seleccionados para ‘descansar’ o someterse a una prueba de ejercicio físico intenso inmediatamente después o a las cuatro horas de concluida la fase de estudio.

Es más; los investigadores también utilizaron pruebas de imagen por resonancia magnética para analizar los posibles cambios de en los cerebros de los participantes a las 48 horas de la prueba.

Los resultados mostraron que los participantes que realizaron la actividad física a las 4 horas de la fase de aprendizaje tuvieron una mayor capacidad de retención que aquellos que ‘descansaron’ o no esperaron para ponerse a sudar. Además, las pruebas de resonancia magnética mostraron que la demora en la práctica de ejercicio se asoció con representaciones más precisas en el hipocampo –área cerebral que juega un papel muy importante en el aprendizaje y la memoria– cuando el participante respondía una pregunta de forma correcta.

En definitiva, destaca Guillén Fernández, «nuestro trabajo muestra que podemos mejorar la consolidación de la memoria mediante la práctica del deporte tras el aprendizaje».

¿Una cuestión de catecolaminas?

Y este efecto positivo del ejercicio sobre el proceso de memorización, ¿cómo se explica? Pues según reconocen los propios autores, aún se desconocen las razones para este beneficio. Sin embargo, numerosos estudios previos llevados a cabo con modelos animales han sugerido que las catecolaminas, compuestos químicos liberados de forma natural por el organismo y entre los que se encuentran la dopamina y la norepinefrina, ayudan a mejorar la memoria de consolidación. Y en este sentido, recuerda Guillén Fernández, «una manera de incrementar la producción de catecolaminas es con la práctica de ejercicio».

Así, el siguiente paso de la investigación, como ya han anunciado los autores, será reproducir el experimento para analizar los tiempos y bases moleculares del ejercicio y su influencia sobre los procesos de aprendizaje y memorización de una forma más detallada.

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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