¿Qué es mejor para nuestros niños, el morral en la espalda o con rueditas? | Por: @linternista
Cargar el bulto con los libros libros puede provocar la adopción de malas prácticas posturales en nuestros hijos. La espalda sufre mucho cuando se pasan tantas horas sentado en una posición inadecuada o al portar excesivo peso de manera incorrecta.
Según los doctores José Luis González López, Óscar Riquelme y Luis Esparragoza, que conforman el equipo de la Unidad de la Columna del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, el porcentaje de pacientes que acude a este servicio por problemas de espalda debido a malos hábitos posturales es muy elevado, y en particular, en el caso de los niños la cifra alcanza el 30%.
Las malas posturas influyen sobre la espalda de los niños, ya que al ser organismos en pleno crecimiento, lo que en principio es un vicio postural, acaba convirtiéndose en defecto estructural. Y es entonces donde aparecen los problemas y lesiones que requieren tratamiento y cuidados médicos.
Sin alarmas
Es habitual escuchar que el niño no debe cargar más de un 10% del peso corporal en el morral, pero tampoco hay que ser alarmistas, como señala el traumatólogo José Luis González López. «Es excepcional que un niño transporte más de 10-15 minutos el morral, los colegios habitualmente están cerca y, mientras se desplaza en coche o ruta, suele dejarlo en el suelo». Cuestionado sobre los morrales más adecuadas, este doctor recomienda «los morrales de espalda, siempre que vayan bien colocadas, mejor que las de ruedas, ya que éstas generan una rotación del tronco que es nociva para la columna».
Muchos escolares acostumbran a dejarse caer sobre el asiento, acostándose con la pelvis en la punta de la silla y los hombros apoyados en el respaldo. Esta postura no sólo se adopta en clase, sino también delante del ordenador o mientras juegan con la videoconsola o el móvil. Esto genera cifosis, es decir, una incurvación de la espalda hacia atrás, que puede hacerse fija, degenerando en la Enfermedad de Scheuermann. También son nocivas las inclinaciones laterales (apoyar un brazo o la cabeza en la mesa), ya que pueden originar asimetría de hombros y escoliosis secundarias que, en algunos casos derivan en deformidades reales.
Las lesiones derivadas de malas posturas son más habituales en los adolescentes, pues a las horas que pasan sentados en clase se añade el tiempo que emplean en casa haciendo los deberes. Por otra parte, en la pre-adolescencia, comienza el brote de crecimiento vertebral, el llamado «estirón» de la columna, que llevará al raquis a obtener la morfología definitiva.
Por ello, son especialmente nocivos los malos hábitos posturales. «Al estrés local que supone el crecimiento se añade una asimetría postural en la musculatura del tronco que, además de producir dolor mecánico, puede producir deformidades estructurales de por vida», asegura el doctor González López, de la Unidad de la Columna del Hospital Nisa Pardo de Aravaca y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
Consecuencias a largo plazo
A largo plazo, estas alteraciones influirán sobre la calidad de vida del adulto: provocarán una mayor incidencia de artrosis y deformidades degenerativas, un dolor más habitual y más cantidad de bajas laborales.
Es importante inculcar desde edades tempranas buenos hábitos posturales, así como practicar de deporte activo de manera habitual para mejorar el tono muscular; de esta manera, se prevendrá el dolor muscular y mejorarán las asimetrías posturales. Los doctores señalan que el mejor ejercicio es el que permite un deporte armónico, es decir, en el que se emplee todo el cuerpo, sin asimetrías: fútbol, baloncesto, vóley, atletismo, natación, etc.
Por otra parte, los especialistas de la Unidad de la Columna recomiendan un estudio radiológico y una evaluación clínica siempre que se observe en el niño alguna asimetría en el tronco o si tiene malos hábitos posturales que los no sea capaces de corregir. El dolor de espalda frecuente también debe ser motivo de consulta, ya que existen enfermedades de crecimiento de la columna que provocan dolor y pueden exigir algún tratamiento.
Fuente: abc.es