Un fármaco utilizado para el tratamiento del linfoma ha demostrado prevenir el Alzhéimer | Por: @linternista
La enfermedad de Alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a un 10% de la población mayor de 65 años y para la cual no existe cura. Sin embargo, el desarrollo de esta enfermedad podría prevenirse, y no solo con la adopción de hábitos de vida saludable.
Podría ser suficiente con la administración de un simple fármaco. O así lo muestra, cuando menos, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y publicado en la revista «Science Advances».
La nueva investigación muestra como un fármaco, denominado ‘bexaroteno’ y ya comercializado para el tratamiento del cáncer, es capaz prevenir la aparición de la enfermedad de Alzheimer al detener el primer paso de la cascada de reacciones que provocan la muerte de las células cerebrales tanto en modelos de laboratorio como en estudios llevados a cabo con nematodos –un tipo de gusanos.
Como explica Michele Vendruscolo, director del estudio, «el organismo tiene una variedad de defensas naturales para protegerse frente a la neurodegeneración. Pero según envejecemos, estas defensas se deterioran de forma progresiva y pueden ser superadas. Así, y comprendiendo cómo funcionan estas defensas naturales, podríamos ser capaces de ayudarlas por medio de fármacos que actúen de una forma similar».
Detener el primer paso
La proteína beta-amiloide cumple numerosas funciones básicas en el organismo. El problema es que cuando adquieren una estructura errónea, estas proteínas se adhieren entre sí formando fibras de beta amiloide. Un proceso denominado ‘nucleación primaria’ que continúa con la unión de estas fibras para formar oligómeros de beta-amiloide –que a su vez formarán las placas de beta-amiloide–, de por sí altamente tóxicos para las neuronas y, según sugieren numerosos estudios, responsables de la muerte de las células cerebrales que desencadenan la enfermedad de Alzheimer.
Por ello, en las últimas décadas se han desarrollado numerosos estudios para encontrar un fármaco capaz de destruir estos oligómeros. Sin embargo, los resultados han sido completamente infructuosos. Y es que el mecanismo por el que se forman y proliferan estos oligómeros de beta-amiloide permanece prácticamente desconocido. O así ha sido hasta el día de hoy.
Como destaca Michele Vendruscolo, «si queremos bloquear la agregación de las proteínas necesitamos saber exactamente qué está pasando y cuándo está pasando. Y en este sentido, hemos desarrollado una prueba que analiza el proceso no sólo como un todo. También nos permite saber qué ocurre en cada etapa del proceso. Y si somos capaces de detener la agregación antes de que empiece, entonces ya no habrá proliferación».
Prevención, no tratamiento
Así, el siguiente paso del estudio fue identificar un fármaco capaz de detener esta agregación. O lo que es lo mismo, de prevenir la formación de los oligómeros de beta-amiloide y, por ende, del alzhéimer. Y entre los fármacos ya comercializados, hay uno que ya había demostrado un gran potencial en este sentido: el ‘bexaroteno’, ya autorizado en el tratamiento del linfoma.
Los investigadores administraron el fármaco en nematodos que, si bien aún no mostraban ningún síntoma del alzhéimer, habían sido genéticamente manipulados para desarrollar la enfermedad. Y según los resultados, ninguno de los animales acabó desarrollándola, lo que sugiere que el fármaco es efectivo a la hora de prevenir su aparición.
En este contexto, como resaltan los autores, debe tenerse en cuenta que el fármaco fue administrado antes de la aparición de los síntomas. Por el contrario, el fármaco no indujo ningún efecto en aquellos nematodos que ya mostraban la sintomatología de la enfermedad.
De hecho, el ‘bexaroteno’ ya había sido probado sin éxito en un ensayo clínico con pacientes de alzhéimer. Y es que el objetivo fijado entonces no era la prevención de la agregación de los oligómeros de beta-amiloide, sino la destrucción de los ya formados.
Como incide Rosa Sancho, directora de investigación de Cancer Research UK, organismo británico dedicado a la investigación del cáncer, a propósito de los resultados, «sabemos que la acumulación de beta-amiloide es la clave del alzhéimer, y que los fármacos que detengan esta acumulación podrían proteger a las neuronas del daño y la muerte celular. Es cierto que el reciente ensayo clínico llevado a cabo con ‘bexaroteno’ en pacientes con alzhéimer fue un fracaso, pero este nuevo estudio con nematodos sugiere que el fármaco debe ser administrado en una etapa más temprana de la enfermedad».
Primera ‘neuroestatina’
En definitiva, el fármaco previene el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Un efecto, por tanto, similar al que producen las estatinas, grupo de fármacos que al disminuir los niveles de colesterol, previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares. Tal es así que, dado su efecto, los investigadores consideran al ‘bexaroteno’ como la primera ‘neuroestatina’ eficaz.
Como concluye Chris Dobson, co-autor del estudio, «nadie trataría con estatinas a alguien que acaba de tener un infarto. Y dudamos que dar una ‘neuroestatina’ a un paciente de alzhéimer que no sea capaz de reconocer a sus familiares ayude en nada. Pero si reducimos el riesgo del paso inicial de este proceso, entonces hay buenas perspectivas de que se convierta en un tratamiento preventivo eficaz».
Fuente: abc.es