Atrapar al transmisor del chikungunya con sonidos | Por: @linternista
Crear novedosas trampas para acabar con el mosquito Aedes aegypti, responsable de la propagación del virus del chikungunya, es la misión que ocupa a un grupo de investigadores de la Universidad de Antioquia, en Colombia.
Este proyecto se inició a mediados del 2014 y se ideó para ayudar a controlar el problema de salud pública que históricamente ha representado el dengue, pero aparecieron los primeros casos de Chikungunya y considerando que ambas tienen el mismo vector, ahora, con estas trampas, podrían atacarse ambos males.
Los responsables del estudio son el grupo de investigación Sistemas Embebidos e Inteligencia Computacional (Sistemic), el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) y el Grupo de Entomología Universidad de Antioquia (Geua). La financiación proviene de recursos de la alma máter y de la Universidad de Purdue, de Estados Unidos.
Un sonido particular
El Aedes aegypti, que es el agente transmisor de estas enfermedades, genera un sonido particular, el cual se produce por el aleteo de la hembra y del macho. En ambos casos suenan diferente y solo mediante un acople armónico de esos sonidos es posible la reproducción. En pocas palabras, “el macho corteja a la hembra tocándole una canción y la hembra decide si copula o no”, así lo explica el investigador Hoo-ver Pantoja. La idea es engañar a los mosquitos atrayéndolos con su sonido natural hacia una trampa.
Estos dispositivos servirían para activar las alarmas cuando haya un aumento de mosquitos.
Estas trampas no son algo nuevo. Sin embargo, los investigadores lograron precisar que, aunque el comportamiento del mosquito es igual en cualquier país, hay ligeras variaciones en el sonido de acuerdo con la zona geográfica. De ahí el interés por crear una versión colombiana que sea efectiva y menos costosa.
Una ‘canción’ difícil
El procedimiento para lograr la ‘canción’ perfecta es engorroso: duermen al mosquito con frío y, una vez anestesiado, le pegan un cabello humano. Cuando despierta, el insecto se puede mover, pero permanece amarrado a un punto fijo. Eso permite grabarlo y grabar su sonido con un micrófono.
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Fuente: El Tiempo.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social