Dieta y AlimentaciónDislipidemias: Colesterol y TriglicéridosGeneralidadesMedicina InternaPrevenciónSaludSobrepeso y Obesidad

Picante y vino para eludir la obesidad | Por: @linternista

Un gran porcentaje de la población mundial – un tercio de esta, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud- sufre actualmente sobrepeso u obesidad.

Ambos problemas pueden conllevar otros trastornos para la salud, como el cáncer (se calcula que, en 2012, el sobrepeso y la obesidad estuvieron vinculados a 500.000 nuevos casos de cáncer en el planeta).

¿Cómo abordar el problema?

Una de las posibilidades es cambiar los hábitos de alimentación. Pero, como esto parece complicado, sobre todo en las sociedades occidentales, los científicos se afanan por buscar alternativas.

Entre ellas, está la planteada por investigadores de la Universidad de Wyoming (UW), en Estados Unidos. Estos afirman que la capsaícina, un compuesto que se encuentra en las guindillas y otros pimientos picantes, puede ayudar a adelgazar porque estimula el metabolismo de la energía, sin necesidad de que se restrinja la ingesta de calorías.

La obesidad, explican los investigadores de la UW está causada por un desequilibrio entre la ingesta de calorías y la disipación de energía. En nuestros cuerpos, se acumulan dos tipos de grasas:

  • La mayor parte es blanca -tejido adiposo blanco-, y se sabe que su principal función es la de almacenar energía (por ejemplo, en los»cauchos»).
  • La segunda grasa que acumulamos es marrón, y el cuerpo la quema para producir calor. Si seguimos una dieta altamente calórica y, al mismo tiempo, llevamos una vida sedentaria, se produce un desequilibrio en el metabolismo y se acumula más grasa blanca, lo que hace que engordemos.

Una dieta con capsaícina (componente activo de los pimientos picantes) podría contrarrestar este efecto, al estimular la termogénesis (generación de calor por quema de grasa).

Este efecto, demostraron experimentos de laboratorio realizados con ratones, ayudaría a prevenir y controlar la obesidad y otras complicaciones de salud relacionadas ella, como la diabetes de tipo 2, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares.

Que levante la mano el vino

Otra alternativa de prevención de la obesidad recientemente planteada, en este caso por Neil Shay, bioquímico e investigador de la Universidad Estatal de Oregón, en EEUU, es beber jugo de uva roja o vino con moderación.

Shay analizó en laboratorio la exposición de células hepáticas y células grasas humanas a los extractos de cuatro productos químicos naturales, que se encuentran en las uvas muscadinias, una variedad de uva de color rojo oscuro.
De entre estas sustancias, el llamado ácido elágico, resultó particularmente potente: desaceleró drásticamente el crecimiento de las células grasas existentes y la formación de otras nuevas; e impulsó el metabolismo de los ácidos grasos en las células hepáticas.

Efectos:

  1. La posibilidad de frenar la acumulación de grasas consumiendo uva roja.
  2. El jugo o el vino elaborados con uvas muscadinias podría ayudar a evitar el síndrome del hígado graso, un trastorno que, si no se trata, puede ocasionar cirrosis.

.

Fuente: La Razón, Tendencias 21.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: