La alimentación del bebé es fundamental para su salud en el futuro | Por: @linternista
La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé durante los primeros seis meses de vida y siempre que se pueda será la primera opción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las mujeres que den el pecho de forma exclusiva a sus hijos durante los primeros seis meses de vida.
La OMS asegura que la lactancia propicia salud a largo plazo, ya que los bebés amamantados y que no están expuestos a un consumo excesivo de proteínas durante el primer año de vida son menos propensos a padecer diversos trastornos de salud. Cuando la lactancia materna no sea posible, hay otras opciones.
El calostro, la leche de los primeros días después del nacimiento del bebé, tiene una composición diferente de la leche de transición (desde el tercer día hasta las dos semanas) o de la leche madura, que el niño recibe alrededor de 2 semanas después del nacimiento. La leche materna contiene bifidobacterias (bífidus) y la cantidad adecuada de nutrientes, como proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, para el correcto desarrollo del bebé. Su composición se adapta a las necesidades del bebé a lo largo de su desarrollo.
Tal como sucede con la leche materna, también se puede contribuir a promover una flora intestinal saludable y ayudar a prevenir la obesidad y las alergias a través de algunas fórmulas infantiles.
Por ello es muy importante la correcta elección de una fórmula infantil. En estos casos, es el profesional de la salud el que te debe ayudar y aconsejar.
Crecer sano
La primera infancia es una ventana de oportunidad única para que promueva el desarrollo y crecimiento de los niños y que influya positivamente en su salud futura. Según Nestlé, los primeros mil días de vida del bebé son clave para crecer sano, porque durante este periodo es cuando más se desarrollan las capacidades físicas y cognitivas. Hasta el primer año de edad, los bebés triplican su peso y acrecientan el número de células. Durante los 1.000 primeros días, los bebés desarrollan hasta el 80% de sus capacidades cognitivas adultas y el tamaño de su cerebro se triplica desde el nacimiento hasta el segundo año de vida. Aprenden hasta 900 palabras antes de los tres años, cifra que contrasta con las 600 que componen el 90% de los escritos publicados.
El aporte de los nutrientes necesarios en una adecuada cantidad y proporción desde la infancia es la base de una buena alimentación, ya que asegura un crecimiento sano y es beneficioso para la salud futura.
Una correcta alimentación es condición necesaria para añadir vida a los años y la implantación de hábitos saludables debe iniciarse en la infancia. Además, durante esta etapa tan inicial de la vida, se ayuda a crear hábitos alimentarios que se establecerán como definitivos entre los 2 y 3 años de vida del niño y que serán difíciles de modificar.
Fórmulas infantiles
Durante las últimas décadas se han realizado progresos considerables en el campo de la nutrición infantil. Los conocimientos adquiridos gracias a la investigación han influido favorablemente en el desarrollo de productos más adecuados a las necesidades de la población infantil, teniendo en cuenta siempre que la leche materna es el mejor alimento para los lactantes en los primeros meses de vida.
Nestlé, pionera en la nutrición infantil
Nestlé se ha afianzado como pionera en nutrición infantil por su prolongada experiencia. En 1866, el farmacéutico alemán Henri Nestlé, elaboró su «farine lactée» (harina lacteada) en Vevey (Suiza). Creada por Nestlé para que la consumieran los bebés que no podían tomar el pecho, combinaba leche de vaca, harina de trigo y azúcar con el fin de frenar la elevada tasa de mortalidad infantil.
En la actualidad, Nestlé ofrece una amplia gama de productos para la alimentación infantil de forma que los profesionales de la salud puedan elegir en cada momento el alimento más adecuado para satisfacer las necesidades del bebé.
La alimentación complementaria
La alimentación complementaria es el proceso en el que se inicia la introducción de otros alimentos distintos de la leche, que hasta ahora es lo único que ha tomado el bebé.
Se puede iniciar entre los 4 y los 6 meses y es un periodo muy importante ya que el bebé toma contacto con nuevos alimentos, diferentes a la leche, además empezará a tener preferencias y actitudes frente a los alimentos que pueden perdurar a lo largo de la vida. La leche sigue siendo muy importante y constituye el 50 % del valor energético de la dieta.
Introducir un alimento nuevo cada 2-3 días para ver la tolerancia y aceptación. Si un alimento no le gusta, es conveniente ofrecérselo hasta 8 veces más hasta que lo acepte totalmente. El profesional de la salud que se encarga del seguimiento del bebé es quien mejor podrá aconsejar sobre esta etapa.
Fuente: abc.es