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No hay asociación entre los tumores cerebrales y el uso de teléfonos celulares | Por: @linternista

Un reciente estudio publicado el 5 de mayo de 2016 en la versión electrónica de Cancer Epidemiology no ha revelado ninguna asociación entre el uso del teléfono celular y los tumores cerebrales, aunque sin duda esta no es la última palabra sobre el tema controversial.

En su estudio, los investigadores analizaron las tasas de incidencia específicas de edad y de género en 19.858 hombres y 14.222 mujeres con diagnóstico de cáncer de cerebro en Australia entre 1982 y 2012. Sin embargo, según un experto, en el análisis se agruparon todos los tumores malignos del cerebro y no se separaron los gliomas de alta malignidad (sobre todo del lóbulo temporal o el frontal), que son el tipo más relevante.

En los últimos dos decenios, la utilización de teléfonos celulares ha aumentado bastante, desde casi 9% en 1993 hasta cerca de 90% en la actualidad. Sin embargo, las tasas de incidencia ajustadas con respecto a la edad para el cáncer de cerebro en las personas de 20 a 84 años han aumentado sólo un poco en los hombres mayores de 30 años (p < 0,05) y han permanecido estables en las mujeres (p > 0,05). En general, ningún incremento en la incidencia de cáncer de cerebro puede considerarse compatible con el incremento pronunciado en el uso del teléfono celular.

Los hallazgos demuestran que la incidencia de cáncer de cerebro no aumentó durante el periodo de estudio en ningún grupo, excepto en las personas de 70 a 84 años. Sin embargo, en este grupo la incidencia de cáncer de cerebro comenzó a aumentar en 1982, antes que se comenzaran a usar los teléfonos celulares.

Los hallazgos de este estudio confirman los de estudios publicados en Nueva Zelanda, países nórdicos, Reino Unido y Estados Unidos, todos los cuales no pudieron comprobar la hipótesis de que «los teléfonos móviles pueden producir cáncer de cerebro», dijo el investigador principal, el Dr. Simon Chapman, profesor emérito en salud pública de la Universidad de Sidney en Australia. Según él, «la radiación emitida por los teléfonos celulares es no ionizante, de manera que es muy improbable que produzca cáncer».

La incidencia de tumores cerebrales también es más alta en hombres que en mujeres y se han observado diferencias de género en otros tipos de cáncer. Sin embargo, puntualizó el Dr. Chapman, «no hay indicios de que los varones utilicen los teléfonos con más frecuencia o más tiempo que las mujeres».

El ligero incremento observado en los hombres es explicado por la mayor incidencia en el grupo de mayor edad. «No hay un incremento en alguno de los grupos de edad más jóvenes en el curso del tiempo y hay una incidencia mucho más alta en los grupos de edad mayores, siendo la edad el factor predictor más importante de casi todos los tipos de cáncer», explicó.

«El incremento de los tumores malignos del cerebro en el grupo de mayor edad precedió a la introducción de los teléfonos, de manera que no es explicable sólo por el empleo del teléfono móvil».

¿Se acaba la controversia?

Estudios previos sobre el vínculo entre los teléfonos celulares y el cáncer han sido contradictorios, han encendido la controversia y han llegado a diversas conclusiones.

En aproximadamente 30 estudios epidemiológicos se ha tratado de evaluar la relación entre la utilización del teléfono celular y el riesgo de tumores del cerebro y de las glándulas salivales. Asimismo, ha habido una serie de estudios experimentales en los que se han utilizado cultivos celulares y modelos animales. Aunque algunos estudios han demostrado un incremento del riesgo para los tumores malignos del cerebro, otros han descubierto que no hay ninguna asociación. Sin embargo, al menos para un experto, la controversia ha terminado.

«Para la mayoría de nosotros, el problema de los tumores cerebrales y los teléfonos celulares está resuelto», dijo el Dr. John D. Boice Jr., presidente del Consejo Nacional sobre Protección y Mediciones de la Radiación. «No existe ningún riesgo. No existe un mecanismo biológico y ningún estudio en animales o estudio celular que halle evidencia reproducible de un efecto».

Según el Dr. Boice, quien es profesor de medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, el estudio australiano es interesante, pero hay muchos estudios descriptivos que tampoco demuestran ningún cambio en la incidencia de tumores cerebrales en el curso del tiempo.

«Los mejores estudios epidemiológicos son dos estudios prospectivos que son convincentemente negativos». «Los estudios de casos y controles proporcionan evidencia débil, debido a la presencia de baja respuesta, respuestas diferenciales entre los casos y los controles y sesgos de respuesta».

No concluyente

Sin embargo, el Dr. Lennart Hardell, del Departamento de Oncología en el Hospital Universitario en Örebro, Suecia, otro experto que ha investigado ampliamente la asociación entre los teléfonos celulares y los tumores cerebrales no considera que estos resultados sean concluyentes. «Hemos descubierto invariablemente un incremento del riesgo para el glioma de alta malignidad, incluido el tipo más maligno, el glioblastoma de grado IV, y el empleo de teléfonos celulares».

«Además, el riesgo es más alto para los tumores de los lóbulos frontales y temporales, zonas con la máxima exposición a la radiación de radiofrecuencia durante el uso del teléfono móvil».

«El estudio realizado por el Dr. Chapman y sus colaboradores no proporciona datos de incidencia para el glioma de alto grado ubicado en el lóbulo temporal o frontal, de manera que me temo que su estudio no es muy informativo», puntualizó el Dr. Hardell. «Agrupar todos los tipos de tumor, independientemente de su ubicación en el cerebro, obstaculiza cualquier conclusión sobre las tendencias en la incidencia». También señaló que el verdadero incremento en el empleo de teléfonos celulares ocurrió en tiempos recientes, con la introducción de los teléfonos inteligentes.

Incremento sólo en adultos de mayor edad

En su estudio, el Dr. Chapman y sus colaboradores modelaron las tasas esperadas según grupo de edad (20-39, 40-59, 60-69, 70-84 años) utilizando datos de estudios publicados, que informaban riesgos relativos de 1,5 en personas que alguna vez habían utilizado teléfonos celulares y de 2,5 en personas que se consideraban «usuarios constantes» (19% de todos los usuarios).

Se asumió un periodo de rezago de 10 años entre el inicio de la utilización del teléfono celular y los indicios de un aumento en el número de casos de tumores cerebrales.

En general, la incidencia de tumores cerebrales fue más alta en hombres que en mujeres (8,7 frente a 5,8 por 100.000). Sin embargo, los investigadores calcularon que las tasas de incidencia esperadas en 2012 deben haber sido de 11,7 por 100.000 (p < 0,01) en los hombres y 7,7 por 100.000 (p < 0,01) en las mujeres.

En el 2012, se observaron sólo 1434 casos de tumores cerebrales, en tanto que se esperaron 1867 casos.

En todos los grupos de edad, las tasas de incidencia esperadas fueron más altas que las tasas observadas.

La explicación más probable para el aumento en los adultos mayores de 70 años es un mejor diagnóstico, puntualizaron el Dr. Chapman y sus colaboradores. En Australia, la tomografía computarizada y las técnicas de imágenes relacionadas se introdujeron a principios de la década de los ochenta.

Según el Dr. Boice, «las pruebas de tomografía computarizada y de imágenes del cerebro mejoraron la detección».

«El aumento en los pacientes de mayor edad en Australia, no obstante, probablemente también esté relacionado con la biopsia cerebral estereotáctica, en la que se puede obtener tejido con relativa facilidad y se mejora el diagnóstico», explicó el Dr. Boice. «En el pasado, no era factible seccionar el cerebro de pacientes de mayor edad, de manera que no se establecía un diagnóstico específico de un tumor cerebral».

Fuente: espanol.medscape.com

Comité editorial medicinapreventiva.info

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