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Mucha sed, mucha hambre y pérdida de peso son síntomas de diabetes no controlada | Por: @rigotordoc

La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad metabólica causada por un exceso de glucosa (un tipo de azúcar) en la sangre. Existen básicamente dos tipos de diabetes:

  • Diabetes mellitus tipo 1 (DM1): se presenta cuando el páncreas produce poca insulina (la hormona que permite que las células utilicen la glucosa de la sangre) o nada en absoluto.
  • Diabetes mellitus tipo 2 (DM2): ocurre por la combinación de un defecto en la producción de insulina y a la resistencia a la acción de ella para utilizar la glucosa.

La DM1, a su vez, suele tener síntomas iniciales más graves y de fácil reconocimiento, por lo que la enfermedad suele ser identificada precozmente.

En la DM2, los primeros signos y síntomas pueden ser leves y pasar desapercibidos. Algunas personas pueden tener la enfermedad de forma casi silenciosa por varios años, sólo a descubrirla de forma accidental a través de exámenes de sangre solicitados por cualquier otro motivo, o mucho más tarde, cuando ya existen síntomas graves provocados por lesión de órganos, como ojos, riñones, nervios, corazón o piel.

La DM2 abarca aproximadamente el 90 % del total de los casos de diabetes y su incidencia está aumentando de manera muy llamativa en los últimos años, en relación con los cambios en el estilo de vida, cada vez más sedentario y con una dieta que favorece la ganancia de peso.

Recientemente se ha acuñado el término “diabesidad” unificando estas dos enfermedades muy estrechamente asociadas, diabetes tipo 2 y obesidad. De hecho, el 85 % de las personas con diabetes tipo 2 tienen exceso de peso. En los últimos tiempos se está viendo un fenómeno nuevo, el diagnóstico de diabetes tipo 2, la anteriormente conocida como del adulto, en niños. Esto va en paralelo con la obesidad infantil, que está creciendo de manera exponencial. Es importante destacar que en fases tempranas de la enfermedad, la cantidad de insulina producida por el páncreas es normal o alta y con el tiempo la producción de insulina puede disminuir.

La mayoría de las diabetes tipo 1 se originan por un proceso autoinmune, que afecta a las células del páncreas que producen la insulina. Por definición, todos los pacientes que presentan diabetes tipo 1 deben tratarse con múltiples inyecciones diarias de insulina, a diferencia de lo que sucede con los tipo 2, que pueden tratarse con estilo de vida y pastillas, aunque muchos acaban precisando insulina. Hasta el momento, no contamos con ningún tratamiento que pueda prevenir la diabetes tipo 1.

En el caso de la diabetes tipo 2, la prevención puede desempeñar un papel muy importante, por lo que es vital detectar quiénes están en riesgo de presentarla para concentrar la estrategia preventiva en estas personas.

Signos y síntomas de la diabetes en la fase inicial

Los signos y síntomas tempranos más comunes de la diabetes son:

  • Orinar mucha cantidad muy frecuente (poliuria).
  • Sed excesiva (polidipsia).
  • Hambre excesiva (polifagia o hiperfagia).
  • Pérdida de peso.
  • Debilidad o fatiga general (astenia).
  • Visión borrosa.
  • Cetoacidosis diabética.
Orinar mucha cantidad muy frecuente (poliuria)

Es una de los primeros síntomas de la diabetes. En condiciones normales, no hay presencia de glucosa en la orina, pues toda la glucosa que llega a los túbulos renales es reabsorbida a la sangre. Sin embargo, cuando hay aumento de la glucosa en la sangre (hiperglucemia), generalmente con valores superiores a 180 mg / dl, la cantidad de azúcar que llega a los riñones es tan grande, que no puede reabsorberse y es eliminada por la orina disuelta en agua. De esta forma, la glucosa actúa como diurético y determina una mayor emisión de agua; de ahí la poliuria. A causa de su dilución, la orina del diabético no tratado, es casi incolora.

Por lo tanto, cuanto mayor sea la hiperglucemia, más intensa será la glucosuria (pérdida de glucosa en la orina) y mayor será el volumen de orina producido a lo largo del día.

Sed excesiva (polidipsia)

El aumento de la sed es consecuencia de la poliuria y proporcional a la pérdida de agua. Debido a la gran cantidad de orina producida, el paciente acaba perdiendo más agua de lo normal, predisponiéndolo a la deshidratación. Como la sed es el principal mecanismo de defensa contra ella, no es sorprendente que el hecho de que los diabéticos necesiten beber más agua de lo normal. En los casos agudos ambos signos son simultáneos. En la diabetes moderada esos signos son poco marcados y pueden pasar inadvertidos al enfermo.

La deshidratación produce sequedad de las mucosas lingual, bucal y respiratoria, así como sequedad de la piel, provocando la necesidad de tomar líquido continuamente. La sed nocturna determina que el enfermo deje junto a su cama un recipiente con agua.

El paciente diabético que no controla adecuadamente su glucemia, bien porque aún no sabe que tiene la enfermedad, o porque no recibe el tratamiento adecuado, entra a un círculo vicioso. El exceso de glucosa aumenta de manera importante la cantidad de agua perdida en la orina, lo que a su vez desencadena una sed excesiva. El paciente bebe mucha agua, pero como la glucosa continúa muy alta en la sangre, se mantiene orinando a toda hora.

Hambre excesiva (polifagia o hiperfagia).

El exceso de apetito ha sido siempre considerado como un síntoma básico de la diabetes. Este signo no es tan constante como los otros componentes del sindrome, sin embargo, en algunos casos, puede llegar a destacarse como un hecho inusitado y llamar la atención del enfermo y de sus familiares.

Como las células no consiguen obtener suficiente glucosa de la sangre, el sistema «interpreta» la situación como si el paciente estuviera en ayuno, se afectan los centros hipotalámicos de la saciedad y la alimentación (en el cerebro), por lo cual se produce un aumento del deseo de comer. El aumento del apetito desaparece cuando el equilibrio metabólico se recupera con el tratamiento.

Pérdida de peso

La pérdida de peso es un síntoma muy común en la diabetes tipo 1. También puede ocurrir en la diabetes tipo 2, pero es menos frecuente. La pérdida de peso es un exponente de la gravedad de la diabetes y de la rapidez de su evolución. Repercute mucho más desfavorablemente sobre el estado general en el individuo de peso normal que en el obeso. El adelgazamiento traduce la intensidad del proceso de neoglucogenia (producción de glucosa por parte del hígado) a expensas de las proteínas tisulares y de la movilización de las grasas, que se exageran a medida que se pierde la capacidad de utilizar la glucosa. El adelgazamiento en un enfermo que come normal o exageradamente, debe conducir de inmediato a investigar la presencia de glucosuria.

Como en la DM1 hay ausencia de insulina, el paciente tiene dificultad para utilizar la glucosa que está en la sangre como combustible, por lo que las células acaban produciéndola a partir de la destrucción de proteínas y de las existencias de grasa del cuerpo.

Como en la diabetes tipo 2 hay insulina circulando en la sangre, estos efectos son menos evidentes. Además, en la DM2, la resistencia a la acción de la insulina se va estableciendo lentamente y de forma progresiva a lo largo de los años, conforme el paciente va engordando y quedando más viejo. En el paciente diabético tipo 2, la insulina tiene dificultad para permitir el paso de la glucosa dentro de la célula, pero todavía puede transformar parte del exceso de glucosa en la sangre en las reservas de grasa. El paciente come, una pequeña parte va a las células, otra sale en la orina y el resto se transforma en grasa.

Debilidad o fatiga general (astenia)

El cansancio crónico . La astenia física se sufre precozmente y es otro síntoma común de la diabetes. La sensación de postración anula todo rendimiento en las tareas habituales. El trabajo muscular se ve dificultado por la disminución progresiva de las fuerzas que obliga a interrumpir toda ocupación. La marcha y hasta la estación prolongada de pie resultan penosas y el paciente queda físicamente agotado con cualquier esfuerzo moderado.

Conociendo el papel fundamental que juega la glucosa en la fisiología muscular, se comprende que la actividad motriz está comprometida. La astenia pueden observarse todos los grados, desde una discreta disminución en el rendimiento, hasta la postración que impide todo esfuerzo. La astenia mental también es frecuente. Se observa fatigabilidad rápida, sobre todo en las formas graves con desnutrición. En esta situación toda actividad mental, aun muy limitada, como una simple lectura, se soporta mal, se convierte en penosa.

La astenia ocurre por dos factores:

  1. Por la incapacidad de las células para utilizar la glucosa.
  2. Por la deshidratación, cuyo mecanismo fue explicado anteriormente.

La glucosa es la principal fuente de energía de las células; es el combustible de nuestro organismo. El que promueve la entrada de glucosa de la sangre dentro de las células es la insulina, que en la diabetes tipo 1 es inexistente y en la diabetes tipo 2 no funciona bien. Por lo tanto, las células reciben menos glucosa que lo necesario para sus funciones.

Visión borrosa

Un síntoma muy común de la diabetes es la visión borrosa. La deshidratación repercute en el cristalino, el principal lente que está dentro del ojo, modificando su curvatura y flexibilidad, disminuyendo la capacidad de enfoque, lo que hace que la visión se haga borrosa. En ocasiones también puede hacer que el miope mejore su visión y que el que tiene presbicia o hipermetropía empeore.

La visión puede incluso hacerse turbia cuando la glucosa es muy elevada, volviendo a la normalidad después del control de la diabetes. Estos fenómenos se corrigen con la mejoría de la diabetes y el restablecimiento del equilibrio hidromineral. Esta alteración en los ojos no tiene nada que ver con la retinopatía diabética, la complicación oftalmológica que puede surgir después de años de diabetes.

Cetoacidosis diabética

La cetoacidosis diabética es una complicación de la diabetes tipo 1, siendo con mucha frecuencia, la forma de presentación inicial de la enfermedad. Es una complicación grave de la diabetes que ocurre cuando por consecuencia de la falta de insulina, los niveles de glucosa en sangre sobrepasan los 400 mg / dl y se comienzan a metabolizar las grasas para obtener energía, produciéndose niveles elevados de unos ácidos denominados «cuerpos cetónicos» con acumulación de ellos en la sangre. El β-hidroxibutirato y el acetoacetato son sustancias ácidas, que, cuando se generan en gran cantidad, pueden causar acidificación de la sangre, una situación llamada cetoacidosis.

En situaciones de ayuno prolongado, dietas restrictivas o incluso en la DM2, la cantidad de cetoácidos producida no es lo suficientemente grande para provocar acidosis grave. En la DM1, sin embargo, como hay completa ausencia de insulina, la producción de cetoácidos es inmensa y la acidosis generada puede ser muy grave, haciendo que el pH de la sangre caiga a niveles peligrosos, potencialmente mortales.

Los signos y síntomas de la cetoacidosis diabética más comunes son náuseas, vómitos, dolor abdominal, confusión mental, postración, aliento cetónico (con olor a fruta) y dificultad respiratoria; suelen presentarse rápidamente, a veces dentro de las 24 horas de presentarse el problema. Ante la presencia de una cetoacidosis diabética, se debe trasladar al paciente a un centro de emergencia a la brevedad posible.

¿Tienes algunos de estos síntomas?, te recomendamos consultar a un médico a la brevedad posible. Puedes comenzar por solicitar una medición de la glucosa de tu sangre (glucemia) en ayunas.

NOTA: El diagnóstico de la diabetes se tratará en otro artículo

Referencias:

  1. Diabetes Symptoms – American Diabetes Association.
  2. Ferri F. Diabetes mellitus. In: Ferri’s Clinical Advisor 2018. Elsevier; 2018.
  3. Kasper DL, et al. Diabetes mellitus: Diagnosis, classification and pathophysiology. In: Harrison’s Principles of Internal Medicine. 19th ed. McGraw-Hill; 2015.

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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna

Ambulatorio Medis.

Av. José María Vargas. Centro Comercial Santa Fe.

Nivel C3. Consultorio 2.

Caracas. Venezuela.

http://rigobertomarcano.com

 


 

Rigoberto José Marcano Pasquier

Médico internista venezolano: 31a de graduado UCV! Tecnofílico. Ecléctico. Co-Investigador del Estudio Evescam, Venezuela y Coordinador de Medios Sociales. Secretario de Redes de la Asociación Venezolana de Aterosclerosis. CEO de Medicina Preventiva Santa Fe. WebMaster de medicinapreventiva.info , medicinapreventiva.com.ve, ava.net.ve y estudioevescam.info.ve Fotógrafo aficionado: Instagram @rigobertomarcano. Médico afiliado a Mercantil Seguros y a Seguros Caracas

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