¿Puede volver a competir un deportista luego de haber sufrido un infarto? | Por: @rigotordoc
El día 1 de mayo, el guardameta español Iker Casillas sufrió un infarto miocárdico. Según informaciones de prensa, se sintió mal durante un entrenamiento del Oporto y tuvo que ser hospitalizado de urgencia. Se le realizó un cateterismo con implante de un stent en una de sus arterias coronarias, evolucionó satisfactoriamente y egresó del hospital en días pasados.
Según comenta la prensa, Iker Casillas se sintió algo extraño durante un ejercicio y de inmediato fue evaluado por los médicos del club y tras ser observado por ellos, tal y como establece el protocolo del conjunto luso, fue derivado al hospital; al llegar al centro médico, cuando se evidenció que estaba sufriendo un proceso de infarto con obstrucción coronaria, enseguida se le practicó un cateterismo para corregir la situación y se le colocó un stent, una especie de malla metálica que expande el vaso sanguíneo obstruido y permite que la circulación se restablezca y fluya normalmente.
Según las recientes “Recomendaciones para la participación en el tiempo libre o deportes competitivos en atletas con enfermedad coronaria” por parte de la Sección de Cardiología Deportiva de la Asociación Europea de Cardiología Preventiva (European Association of Preventive Cardiology: EAPC), es necesaria la siguiente explicación:
En personas con más de 35 años (incluidos los deportistas), la enfermedad arterial coronaria (EAC) es la primera causa de isquemia miocárdica y, como sabemos, hay factores de riesgo (FR) cardiovascular que influyen en su presencia (p. ej. antecedentes familiares de EAC, hipercolesterolemia, tabaquismo) especialmente si se combinan. En aquellos con menos de 35 años es menos habitual y, en la mayoría de los casos, es causada por la existencia de hipercolesterolemia familiar.
Si bien un entrenamiento físico regular reduce el riesgo de desarrollar EAC, así como el riesgo de muerte súbita cardíaca durante la realización de un ejercicio intenso, un entrenamiento habitual con ejercicios intensivos (más de siete veces por semana o 18 horas de ejercicio intenso semanal) puede aumentar el riesgo de muerte en personas con EAC.
El deportista puede tener los síntomas habituales, es decir, dolor en el pecho, sensación de falta de aire (disnea), palpitaciones, mareos o pérdida transitoria de conciencia (síncope), que generalmente están relacionados con el esfuerzo, aunque también pueden presentar síntomas atípicos (disminución de la capacidad de ejercicio, presencia de una frecuencia cardíaca excesivamente elevada durante el ejercicio), incluso no presentar síntomas durante el esfuerzo, que independientemente de la extensión de la patología coronaria subyacente, puede asociarse con un menor riesgo de isquemia durante el ejercicio agudo e intenso.
La evaluación del deportista debe incluir una valoración de la isquemia funcional y una estimación de los FR coronarios. ¿Qué pruebas se recomiendan?
La prueba de esfuerzo sigue siendo la prueba fundamental para evaluar al “paciente-atleta” (tal y como son denominados en este documento) que desea realizar deportes competitivos:
- Si la prueba es normal y el perfil de FR es bajo, se presupone que la presencia de EAC es poco probable, y no serían necesarias más pruebas adicionales y no se recomienda ninguna restricción para los deportes competitivos, siendo imprescindible un adecuado control de los FR con un seguimiento anual.
- Si el resultado es “borderline” (p. ej. depresión del ST de 0,15 mV, no ascenso típico del segmento ST), o presencia de un electrocardiograma (ECG) no interpretable (bloqueo rama izquierda o estimulación ventricular), se recomienda eco-esfuerzo, cardiorresonancia magnética o tomografía por emisión monofotónica (SPECT): En estas recomendaciones aconsejan un SPECT de máximo esfuerzo como primer paso diagnóstico en deportistas, aunque destacan la opción del ecocardiograma de esfuerzo o las pruebas de perfusión nuclear (con ejercicio o farmacológicas), siempre dependiendo de la experiencia y disponibilidad de cada centro.
- Si la prueba de esfuerzo es positiva: realizar tomografía computarizada (TC) o un cateterismo coronario para confirmar la presencia y la extensión de la EAC. Recientemente se ha informado que los deportistas veteranos o “máster” de alta resistencia muestran un score más alto y una distribución más difusa del calcio coronario en comparación con los no deportistas con FR similares, por lo que habrá que tomar decisiones individualizadas en estas situaciones.
Es importante mencionar que las pruebas de esfuerzo tienen una sensibilidad baja, sobre todo en personas asintomáticas y en casos menos avanzados de EAC, por lo que se pueden pasar por alto hallazgos potencialmente patológicos.
En la evaluación de deportistas competitivos con sospecha de EAC debemos valorar la capacidad máxima de ejercicio, que es un importante indicador de pronóstico por sí mismo. Las nuevas técnicas de imagen cardíaca que incluyen la puntuación o score de calcio coronario, la angiografía coronaria por TC y, en menor medida, la imagen por RMC han hecho cada vez más posible el diagnóstico de enfermedad coronaria subclínica, aunque no proporcionan información relativa al flujo y reserva coronaria, que representan un punto clave para evaluar el riesgo de muerte súbita cardiaca asociada con el ejercicio.
El gran problema es que la mayoría de deportistas con FR cardiovascular y/o EAC subyacente no presentan síntomas y es posible no detectar patología coronaria con las habituales evaluaciones médicas previas a la competición.
Ante un deportista con enfermedad coronaria conocida por haber tenido un evento previo con un cateterismo que ha precisado implante de stents coronarios, los consejos sobre su reincorporación a la competición se debe basar en una evaluación individual, y para ello deberemos fijarnos en la presencia de isquemia miocárdica y arritmias inducidas por el ejercicio, evidencia de disfunción miocárdica, valorar el tipo y nivel de competición deportiva, el nivel de condición física del paciente-atleta y considerar el perfil de los FR.
¿Qué se recomienda al deportista que ha tenido un cateterismo cardíaco con revascularización?
Debe iniciar un programa de rehabilitación cardíaca sin demora, ya que es my importante un rápido retorno a la actividad deportiva, de tal manera que en las fases iniciales esta actividad se realice de forma gradual, comenzando con ejercicios de baja intensidad de duración limitada, aumentando progresivamente hasta un punto en el que pueda realizar ejercicio sin limitación, siempre atentos a la posible aparición de nuevos síntomas. Estos programas de ejercicio dependerán de la extensión de la lesión y remodelación del miocardio, y deberán ser evaluados después de 3 meses.
¿Podrá realizar entrenamientos más intensos con participación en deportes de alta competencia?
Es muy importante que su reintegro debe ser de manera gradual y únicamente deben considerarse después de un aumento gradual y progresivo en la carga de entrenamiento, HACIENDO INCAPIÉ EN QUE DEBEN EVITARSE LOS DEPORTES DE CONTACTO, en los que pueda sufrir un traumatismo, mientras el deportista esté bajo la doble terapia antiagregante, debido al riesgo de sangrado, aunque una vez finalizado este tratamiento puede considerarse su reincorporación.
Se sabe que los beneficios de la actividad física regular superan claramente el riesgo de sufrir eventos coronarios provocados tras una actividad física intensiva. Ahora bien, cuando estamos hablando de deportistas de alto nivel que han tenido un evento coronario y que están habituados a realizar actividades con un alto nivel de intensidad, incluso sin ninguna limitación, siempre deberemos individualizar, por el bien de todos.
Por lo tanto, en el caso que estemos ante un deportista-paciente con una «baja probabilidad» de eventos cardíacos, se recomienda un mínimo de 3 meses después del intervencionismo coronario percutáneo antes de poder reanudar la participación en deportes competitivos.
Por lo general solemos tener una actitud diferente cuando se aconseja la participación en deporte amateur o en tiempo libre (aficionados), donde es más factible controlar la intensidad y duración de la carga de ejercicio, sin embargo, en deportistas profesionales con enfermedad coronaria conocida, debemos cotejar muy cuidadosamente los beneficios de los programas de ejercicios. Las recomendaciones actuales respaldan que el deporte competitivo solo debería estar restringido cuando existe un riesgo importante de eventos adversos o progresión de la enfermedad coronaria.
Referencias:
- Fernando de la Guía Galipienso. Deportista tras un infarto: ¿puede volver a competir?. https://secardiologia.es/blog/10519-deportista-tras-un-infarto-puede-volver-a-competir
- Mats Borjesson, Mikael Dellborg, et al. Recommendations for participation in leisure time or competitive sports in athletes-patients with coronary artery disease: a position statement from the Sports Cardiology Section of the European Association of Preventive Cardiology (EAPC), European Heart Journal, Volume 40, Issue 1, 01 January 2019, Pages 13–18, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehy408
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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