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Una dieta saludable se relaciona con un mayor volumen cerebral, de materia gris y materia blanca y del hipocampo | Por: @linternista

Según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad Erasmus en Rotterdam (Países Bajos), publicado en la revista «Neurology», las personas que siguen una dieta con alta ingesta de verduras, frutas, granos integrales, nueces, productos lácteos y pescado y la baja ingesta de bebidas que contienen azúcar tienen volúmenes cerebrales más grandes.

Como explica Meike W. Vernooij, directora de esta investigación , «distintos estudios han demostrado que las personas con cerebros de mayor volumen tienen mejores capacidades cognitivas, por lo que las intervenciones para mejorar la calidad de la dieta podrían constituir una buena estrategia para mantener las capacidades de pensamiento en los mayores».

El tamaño importa

De 5.690 participantes que visitaron el centro de estudio entre 2006 y 2012 para una revisión inicial o reexaminaciones se sometieron a extensos cuestionarios sobre su ingesta dietética, quedó un total de 4.447 participantes que tenían datos sobre la ingesta dietética y una resonancia magnética cerebral (IRM). La media del intervalo de edad entre la evaluación de la dieta y la exploración de IRM fue de 0,13 meses. De este grupo, se excluyeron a los participantes con una ingesta calórica diaria informada de <500 o> 5.000 kcal / d (n = 162) y participantes con demencia o infartos corticales prevalentes en la IRM (n = 72), dejando un total de 4.213 participantes, mujeres y varones holandeses de 45 años o más años de edad, con un promedio de edad de 66 años y sin diagnóstico de demencia, para los análisis.

Los participantes respondieron a un cuestionario en el que se les preguntaba por su frecuencia de consumo de cerca de 400 alimentos y nutrientes –entre otros, verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, lácteos, pescado, grasas saturadas e insaturadas, carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas, alcohol y sal– a lo largo del último mes. Y en función de las respuestas, los autores catalogaron la calidad de la dieta de cada uno de los participantes y le otorgaron una puntuación de 0 a 14 puntos.

Lógicamente, la dieta más saludable –14 puntos– fue aquella basada en el consumo de verduras, frutas, nueces, cereales integrales, lácteos y pescado y en el que la ingesta de bebidas azucaradas era únicamente testimonial. Y, exactamente, ¿cómo de saludable era la dieta promedio de los participantes? O lo que es lo mismo, ¿cuál fue la puntuación media alcanzada? Pues: 7 puntos.

Se utilizaron las imágenes de resonancia magnética para cuantificar el volumen del cerebro, el volumen de la sustancia gris, el volumen de la sustancia blanca, el volumen de la lesión de la materia blanca, el volumen del hipocampo y el volumen intracraneal, y se usó la clasificación automática del tejido cerebral. Asimismo, se recopiló información sobre otros factores que pueden afectar al volumen cerebral, caso de la actividad física, la hipertensión arterial y el hábito tabáquico.

Los resultados mostraron que el volumen cerebral promedio de los participantes se estableció en 932 mililitros. Y asimismo, que las personas que seguían una alimentación saludable tenían cerebros de mayor volumen que aquellas con dietas ‘más insalubres’. Concretamente, y comparados frente a los participantes cuyas dietas obtuvieron pocos puntos, aquellos con una dieta de alta puntuación tuvieron, de media, un cerebro hasta dos milímetros más grande. Pero, esta diferencia de dos milímetros, ¿es realmente significativa? Pues sí. Tan solo hay que tener en cuenta que un volumen cerebral 3,6 milímetros menor equivale a un año de envejecimiento.

Como indica Meike Vernooij, «la asociación entre una mejor dieta y un mayor volumen cerebral no se observó en un único grupo de alimentos, sino en varios grupos. Hay muchas interacciones complejas que pueden ocurrir entre los diferentes nutrientes y alimentos, y según nuestros resultados, las personas que consumen una combinación de alimentos más saludables tienen cerebros de mayor volumen».

Se encontró que una mejor calidad de dieta se relaciona con un mayor volumen cerebral, volumen de materia gris, volumen de materia blanca y volumen del hipocampo. La calidad de la dieta no se asoció con volumen de lesión de materia blanca, lagunas o microhemorragias. La ingesta alta de verduras, frutas, granos integrales, nueces, productos lácteos y pescado y la baja ingesta de bebidas que contienen azúcar se asociaron con volúmenes cerebrales más grandes. Una mejor calidad de dieta se asocia con volúmenes de tejido cerebral más grandes. Estos resultados sugieren que el efecto de la nutrición en la neurodegeneración puede actuar a través de la estructura del cerebro.

Hay que comer bien

Entonces, y con objeto de prevenir la pérdida de volumen cerebral, ¿debe recomendarse a las personas mayores que sigan una dieta saludable? Pues sí. Y no tanto por una mera cuestión de tamaño cerebral, sino porque la buena alimentación es, como han constatado infinidad de estudios, clave para una buena salud. En general.

Como concluye Meike Vernooij, «nuestro trabajo ofrece solo una imagen en el tiempo y no prueba que una mejor dieta conlleve un cerebro de mayor volumen. Solo muestra una asociación. Necesitamos más investigaciones para confirmar estos resultados y para analizar las vías por las que la dieta puede afectar al cerebro».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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