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El misterioso mundo de las mujeres «víctimas» de las relaciones amorosas | Por: @linternista

Nadie elige las carta que le tocan en la vida: vienen dadas. Se nace en una familia concreta, dentro de un determinado contexto social, con una fisionomía y aptitudes muy definidas. No somos responsables de esas cartas pero sí de muchas de las partidas que nos toca jugar con ellas. 

Con esta firme idea, la psicóloga y escritora Mariela Michelena, miembro titular de la Asociación Psicoanalista Internacional, invita a reflexionar en su última publicación, «Mujeres que lo dan todo a cambio de nada». Un libro que habla de amor y de relaciones pero, sobre todo, un libro por y para mujeres. Las que tropiezan una y otra vez en la misma piedra, que han perdonado más de una infidelidad, que se sienten atadas a relaciones pasadas, que ponen su vida en pausa esperando al hombre perfecto, o que en su relación han decido más veces de las que les hubiese gustado. Para mujeres que sufren por amor. Y ninguna está a salvo. No existen características ni perfiles concretos: «Todas sin excepción, podemos ser mujeres malqueridas o mujeres que suframos por amor», afirma Michelena en la presentación del libro. Las familias perfectas, dice, se parecen mucho, pero en las imperfectas cada una tiene su propia historia.

Las mujeres, por regla general, sienten que pueden con todo que son heroínas y que no pueden decir que no a nada. Y eso, señala, es un error: «Tenemos que ser capaces de decir que no, de pedir ayuda, de delegar, de darnos nuestro propio espacio». Lo mismo pasa en las relaciones sentimentales: «Hay mujeres que dan todo a cambio de nada, que invierten demasiado en algo que no da más de sí, que se atascan y que están dispuestas a sufrir por amor, una y otra vez. Pese a todos los cambios sociales que hemos conseguido las mujeres con el paso de los años, seguimos estando dispuestas a sufrir por amor».

Pero, ¿cuáles son los motivos detrás de esa conducta? Fundamentalmente tres. Según expone esta escritora, uno, es el instinto maternal que viene implícito en las mujeres. El segundo radica en la historia personal y las vivencias de cada uno y, por último, porque se tiende, sin querer, a repetir una y otra vez los mismos modelos de relaciones que ya se han vivido: «El hombre es el único ser capaz de tropezar dos (y mil veces) en la misma piedra». Cuando hay algo que constantemente se repite es importante parar, reflexionar y ver qué está pasando, qué podemos cambiar, qué podemos hacer para no volver a caer siempre en los mismos, o parecidos errores.

Las cuatro relaciones

Hay fundamentalmente cuatro tipos de relaciones que se repiten de forma constante y no necesariamente son excluyentes unas de otras. Un primer tipo son las relaciones intermitentes, esas donde existen grandes peleas y grandes reconciliaciones pero sigues invirtiendo en ellas porque la reconciliación lo puede todo. Otro tipo son las denominadas síndrome de cenicienta, como las llama Michelena, en las cuales «con tal de entrar en ese zapato, sea como sea, somos capaces de hacer cosas impensables».

También están las relaciones sumisas, en las cuales, según pasa el tiempo y sin darnos cuenta, se van haciendo pequeñas renuncias, cediendo cada vez en más cosas, y cada vez más espacio hasta que un buen día no te reconoces en el espejo. Y esto, «no sucede de la noche a la mañana. Se va haciendo poco a poco, y las mujeres que han sido víctimas de este tipo de relaciones nunca pensaron que podría pasarles a ellas», sostiene Michelena. En este tipo de relación es muy importante pararse a pensar por qué se ha llegado a esta situación: ¿Merece la pena seguir invirtiendo más?

Y por último, estarían las relaciones de adicción. Es decir, aquellas en las que da igual el tiempo que pase y lo que haya pasado, que cuando vuelves a encontrarte con esa persona, el efecto sigue siendo el mismo. «Es como ese primer café al que hay que decir no. Sin embargo, es muy difícil no caer en ese primer café», confiesa.

No existe fórmula mágica

En las buenas relaciones no existen recetas ni pócimas mágicas pero sí podemos tener en cuenta algunos signos de alarma que nos avisan de cuándo podemos estar cayendo en una relación no adecuada o no acta para nosotros. En el enamoramiento, explica la escritora, todo se idealiza, nos reparamos en los errores de la otra persona y nos parece todo perfecto. Por eso, a veces es difícil reparar en los signos de alerta, aquéllos que nos avisan de que esta relación puede no ser para nosotros, que nos avisan antes de que sea demasiado tarde. Un primer elemento es la reciprocidad, es decir, que el otro esté dispuesto a dar lo mismo que tú. Y segundo, la comodidad. Que te sientas cómoda con esa persona, porque si tú no te sientes tú, algo falla. Estos dos elementos que se detectan fácil y relativamente pronto. «La clave está en no engañarnos a nosotras mismas y de no pensar una vez más, que podemos con todo», asegura.

De forma equivocada podemos pensar que el origen de estas relaciones fallidas está en una baja autoestima, pero desafiando todos los tópicos, Michelena apunta otro responsable: «Puede ser una baja autoestima, pero normalmente el origen de todo se encuentra en una autoestima mal entendida». Es aquella que radica en un sentimiento de gran responsabilidad, mujeres capaces de entenderlo todo, capaces de poder con todo, que no pueden ni saben decir que no porque piensan que si lo hacen es un signo de fragilidad. Y realmente, es todo lo contrario: «tenemos derecho a decir que no, a pedir ayuda, a delegar y tomarnos nuestro tiempo para sufrir y vivir nuestro duelo cuando se termina una relación. Tenemos, incluso que aprender determinadas actitudes que sí tiene los hombres, como por ejemplo: pedir. Tenemos que pedir más», insiste.

Si las cosas van mal, lo que hay hacer es preguntarse y reflexionar el porqué de las cosas. Intentar cambiarlas si no te gustan, si no te hacen sentir bien porque, tal y como concluye, «aunque las cartas nos vengan dadas, sólo tú eres la responsable de jugar esas cartas de la mejor forma posible».

Fuente: El Mundo.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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