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Retrasar los síntomas del Alzheimer con actividad social | Por: @linternista

Una de las mayores  preocupaciones que rodean el diagnóstico de Alzheimer es el hecho de que es poco lo que se puede hacer para detener o tratar ésta enfermedad, lo cual crea muchas frustraciones entre los pacientes y los médicos.

Lo que más aconsejan los médicos a estos pacientes es que traten de mantenerse mentalmente activos, ejercitando la mente lo más que puedan, practicando nuevos idiomas, lecturas, juegos mentales de destreza y, sobre todo, lograr mantener lo más activamente posible en su vida social.

Esta  estimulación  debe ser constante, para mantener sin afectación las partes sanas del cerebro el mayor tiempo posible. También hay evidencia de que toda una vida repleta de actividad puede acumularse en las llamadas “reservas”, que pueden compensar las funciones del cerebro en las primeras etapas del Alzheimer.

El Dr. Keith Johnson del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, y sus colegas, publicaron un informe en la revista Neurology, donde revelan que mantenerse mentalmente y socialmente activo puede retrasar la aparición de problemas de memoria y otros síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

El doctor David Knopman, profesor de neurología, que fue quien revisó el documento y lo recomendó para su publicación. «Si mantener la actividad mental activa se tradujera en un año o dos de retraso de los síntomas en la población, estaríamos ante un avance enorme. Y eso es enorme», afirma.

Mientras que los resultados no muestran que la actividad mental puede afectar a la biología de la enfermedad de Alzheimer en modo alguno, sí que puede tener un impacto significativo en los síntomas.

En la investigación se utilizó una muestra donde participaron 186 voluntarios sanos con una edad media de 74 años que accedieron a informar de sus actividades cognitivas actuales y anteriores, así como a someterse a un escaneo cerebral para medir los niveles de la proteína llamada amiloide, asociada con el Alzheimer y la memoria.

El grupo con una mayor actividad intelectual durante su vida no mostró niveles más bajos de la progresión de Alzheimer que los que reportaron menos estipulación cognitiva. Pero sí que fueron capaces de retrasar la aparición de los síntomas, presumiblemente debido a una base intelectual más fuerte, compensada por los efectos de la enfermedad durante un período de tiempo más largo.

Knopman explica que «Si dos personas tienen la misma cantidad ante la enfermedad de Alzheimer, y uno de ellos está comprometido con actividades más cognitivamente estimulantes y el otro no, los síntomas de la enfermedad de Alzheimer aparecerían antes en la persona con una menor actividad y estímulo cognitivo «.

Este estudios es pionero en investigar la conexión de las personas sanas mediante el uso de técnicas de imagen con tecnología de última generación, para recoger y mostrar los depósitos de proteínas amiloide en el cerebro.

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Fuente: La Razón.

Daniel Ricardo Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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