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Con frecuencia los uniformes del personal de enfermería están contaminados con microorganismos patógenos | Por: @linternista

Según un nuevo análisis molecular de transmisión de microorganismos patógenos presentado durante el Congreso IDWeek 2016, los uniformes de las enfermeras pueden contaminarse con bacterias potencialmente perjudiciales a través de la atención directa al paciente y del contacto con el entorno del paciente.

El Dr. Deverick Anderson, investigador principal y profesor asociado de medicina en el Centro Médico de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte dijo que «el estudio demostró que la ropa de las enfermeras se contamina con microorganismos epidemiológicamente importantes en más de 10% de sus turnos». «Gran parte de la investigación publicada sobre la transmisión de microorganismos patógenos en los ámbitos de atención sanitaria está relacionada con la transmisión de un lado para otro entre pacientes y personal sanitario. Consideramos que el medio ambiente es una tercera parte de lo que llamamos el ‘triángulo de transmisión'», dijo. «Los microorganismos se están propagando de los pacientes a su medio ambiente y luego al personal sanitario».

En el estudio ASCOT (Contaminación y transmisión mediante uniformes antisépticos), el Dr. Anderson y su equipo llevaron a cabo análisis microbiológicos y moleculares para caracterizar los patrones de desplazamiento de microorganismos patógenos. El Dr. Anderson presentó

En las unidades de cuidados intensivos (quirúrgicas y médicas) en el Hospital de la Universidad Duke, 40 enfermeras participantes utilizaron nuevos uniformes durante tres turnos consecutivos.

Se obtuvieron cultivos de tres partes del uniforme (mangas, torso y bolsillo) y del cuarto de cada paciente (cama, barandales, carrito de insumos) al inicio y al final de cada turno.

Asimismo, se obtuvieron cultivos (nasofaríngeo, perirrectal, tegumentario) de todos los pacientes atendidos por las enfermeras en cada turno.

Se evaluó la relación genética de los microorganismos patógenos mediante electroforesis en gel de campo pulsado. Ocurrió un episodio de transmisión potencial si se identificó la misma especie patógena en el uniforme de la enfermera, en el paciente o en el medio ambiente. Se confirmó un episodio de transmisión potencial si los patógenos identificados fueron idénticos.

Durante los 120 turnos en la unidad de cuidados intensivos 40 enfermeras atendieron a 167 pacientes.

Los investigadores obtuvieron 2185 cultivos de las prendas de las enfermeras (principalmente uniformes), 455 de los pacientes y 2919 del medio ambiente de los pacientes. Analizaron tres posibles patrones de transmisión: del paciente a la enfermera, del medio ambiente a la enfermera y del paciente al medio ambiente.

Durante los 120 cambios se presentaron 39 (33%) episodios potenciales de transmisión  y 23 (19%) transmisiones confirmadas. Más de la mitad de las transmisiones confirmadas (10%) se encontraron en las prendas de las enfermeras.

La mayor parte de las transmisiones fue de paciente a enfermera y en más de un tercio de los casos se transmitieron las bacterias desde el medio ambiente, no desde el paciente.

«La tasa de 10% de transmisión confirmada es una cifra baja; es lo que confirmamos con nuestras técnicas de detección», informó el Dr. Anderson. Sin embargo, «es probable que sea más alta».

La distribución de los microorganismos fue similar en los tres lugares del uniforme de los cuales se obtuvieron muestras. Su presencia en la ropa significa que los microorganismos patógenos probablemente están presentes también en las manos y que posiblemente se transmitan”, expresó.

Microorganismos patógenos perjudiciales

Se observaron transmisiones confirmadas de patógenos potencialmente dañinos. De las 39 transmisiones potenciales: ocho fueron por Staphylococcus aureus resistente a meticilina, 10 fueron del complejo Acinetobacter baumannii- calcoaceticus, cuatro fueron especies de Enterococcus resistentes a vancomicina, y tres fueron especies del género Klebsiella.

Al inicio, tres enfermeras estaban colonizadas con  S. aureus resistente a meticilina, pero ninguna se colonizó con los microorganismos patógenos potencialmente más dañinos. Las bacterias más perjudiciales fueron adquiridas durante el día.

No hubo transmisiones de enfermera a paciente o de enfermera al medio ambiente, aunque tales transmisiones son desde luego posibles, dijo el Dr. Anderson.

«Por eso es importante rastrear esta clase de desplazamiento de microorganismos patógenos”, señaló. «Si las enfermeras se contaminan con S. aureus resistente a meticilina al final del día y cada una está atendiendo al menos a dos pacientes en la unidad de cuidados intensivos  ― y potencialmente más pacientes en otras unidades ―,  se tendrá una fuente de transmisión potencial de bacterias nocivas. Otros estudios han demostrado que la contaminación plantea un riesgo de problemas clínicos».

Los tres mensajes fundamentales de este estudio son que: «la transmisión es un proceso complicado; estos microorganismos se desplazan con más frecuencia de lo que se pensaría,  y el personal sanitario debe tener presente que no sólo pueden contaminarse de los pacientes, la simple visita a la sala del hospital plantea un riesgo», explicó el Dr. Anderson.

Control de infecciones

Los hallazgos resaltan la importancia de procedimientos básicos de higiene (lavado de manos antes y después del contacto con los pacientes, incluso cuando se utilicen guantes), el uso de guantes y batas desechables en algunas circunstancias (aunque las batas también pueden contaminarse),  así como la limpieza meticulosa y periódica de los cuartos de los pacientes (durante su hospitalización y no sólo tras el alta).

«Este estudio complejo» subraya la necesidad de «los principios de control de infecciones básicos que hemos estado recomendando durante décadas», señaló el moderador de la conferencia de prensa, el Dr. Kerri Thom, profesor asociado de epidemiología, salud pública y medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore, Estados Unidos.

«Donde sea y cuando sea que lo analicemos, parece que encontramos microorganismos en el medio ambiente. Ciertamente no vivimos en un mundo estéril, y este es un gran estudio que lo demuestra”, afirmó el Dr. Thom. «También resalta cuán poco sabemos sobre la dinámica de la transmisión».

Sin embargo, «estamos observando avances en la tecnología de limpieza y mejor limpieza física de las salas», manifestó el Dr. Arjun Srinivasan, de Centers for Disease Control and Prevention (CDC), quien es presidente de IDWeek para la Society for Healthcare Epidemiology of America (SHEA).

«También estamos analizando el diseño de la ropa para el personal sanitario, nuevos tipos de uniformes y otras prendas impregnadas de sustancias que resistan a las bacterias. Hay aspectos muy interesantes en el futuro», dijo el Dr. Srinivasan.

Referencia: Anderson D, Warren B, Addison R, y cols. Resumen 943: Molecular Analysis of Transmission Events in the Antimicrobial Scrub and Transmission (ASCOT) Trial. Congreso IDWeek 2016. Presentado el 27 de octubre de 2016. Resumen

Fuente: espanol.medscape.com

Comité editorial medicinapreventiva.info

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