El tabaquismo y la contaminación convertirán la EPOC en la 3ra causa de mortalidad en el mundo en 2030 | Por: @linternista
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que actualmente 65 millones de personas padecen la forma moderada o severa de esta enfermedad, pero un estudio que evaluaba los posibles casos en todo el mundo, incluyendo los leves, aseguraba que en 2012 la cifra de afectados era de 300 millones. Y desde entonces no ha dejado de aumentar.
En los mayores de 65 años, la prevalencia es cinco veces superior a la de los menores de 40 años, de forma que, según los neumólogos, a medida que la población europea envejece, el número de casos va a aumentar a un ritmo aún más acusado que el de los últimos años.
La EPOC puede provocar dificultad para respirar (disnea), fatiga, tos, sibilancias e infecciones respiratorias de repetición, incluida neumonía. Estos síntomas son producto de un cambio en la forma de las vías respiratorias, que se van estrechando en las personas con la enfermedad y pueden presentarse de forma paulatina con episodios repentinos de empeoramiento (exacerbaciones).
Alberto Papi, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ferrara (Italia), indicaba que las exacerbaciones son manifestaciones agudas de la enfermedad que se presentan casi siempre después de que el paciente sufra una infección –da igual que la provoque un virus o una bacteria– o haya estado expuesto a la polución ambiental. Este experto explicaba en un reciente encuentro de expertos y periodistas que hay muchas necesidades de los pacientes de EPOC para las cuales aún no se ha encontrado una respuesta adecuada. Explicaba que es fundamental, por ejemplo, conseguir que las exacerbaciones sean cada vez menos, por lo bueno que eso es para el paciente, pero también porque esos episodios suponen costes considerables para el sistema sanitario.
Los gastos económicos
«La EPOC constituye una carga financiera notable. En la Unión Europea representa más del 40 por ciento de los costes directos de todas las enfermedades respiratorias juntas, que en cifras absolutas serían aproximadamente 24.000 millones de euros cada año. Las exacerbaciones son responsables de la mayor parte de estos costes debido a que una considerable proporción de los episodios terminan con el paciente ingresado en el hospital», indicaba Papi.
También es notable la diferencia monetaria que hay entre ingresar a un paciente con EPOC moderada y hospitalizar a alguien con la forma severa: el primero cuesta unos 1.239 euros al sistema sanitario; el segundo, 3.314, según un análisis realizado por investigadores franceses.
En cuanto a cómo viven las personas con la enfermedad, un equipo de investigadores de Canadá llevó a cabo un sondeo entre pacientes y mostraban que un 60 por ciento y un 89 por ciento de los que experimentaban respectivamente dificultades moderadas y severas para respirar decían que la EPOC suponía una «enorme» limitación para sus planes de realizar actividades recreativas o deportivas, una queja que solamente tenían un 29 por ciento y un 37 por ciento de los que tenían los síntomas mejor controlados.
Por la parte laboral, el 31 por ciento de los pacientes incluidos en el estudio estaban jubilados o parados en el momento del sondeo. Entre los demás, el 30por ciento declaraba que la enfermedad les impedía realizar su trabajo y estaban de baja, un problema sobre todo entre quienes padecían disnea severa (el 68 por ciento). No obstante, incluso entre quienes no habían pedido la baja por ese motivo había un 40% que reconocía que rendía menos por las molestias de la EPOC y un 14 por ciento recordaba haber faltado al trabajo el año anterior por esa causa.
Cuando los investigadores analizaron otras actividades tales como esfuerzos físicos habituales en el día a día, tareas del hogar, actividades sociales, familiares, descanso y vida sexual, observaron el mismo patrón. Para diagnosticar la EPOC y tratarla cuanto antes los médicos pueden realizar una sencilla prueba llamada espirometría, que sirve para medir la profundidad de la respiración y la velocidad a la cual el aire pasa por sus pulmones. El resultado se mide con una variable denominada FEV. Si su valor está por debajo de 0,7, el paciente tiene EPOC.
En la EPOC hay varios mecanismos del organismo alterados, así que los investigadores intentan combinar medicamentos que tienen diferentes modos de acción. También en la vertiente cotidiana de la enfermedad hay muchos factores que influyen. Uno de ellos es que los pacientes suelen tener problemas para usar bien los inhaladores, «y eso es igual que si no hubieran tomado nada», explica David Singh, de la Universidad de Manchester (Reino Unido). Está muy avanzado el desarrollo de una combinación de tres medicamentos en un solo inhalador para facilitar las cosas.
Fuente: larazon.es