Los e-cigarrillos aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares | Por: @linternista
Según un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.), fumar los e-cigarrillos parece asociarse a un mayor riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Desde su irrupción en el mercado estadounidense en el año 2006, los cigarrillos electrónicos –o ‘e-cigarrillos’– han sido objeto de numerosos estudios para evaluar su eficacia como herramienta para dejar de fumar y, sobre todo, su seguridad. Si bien las evidencias sugieren que podrían resultar útiles para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco ‘tradicional’, cada vez parece más claro que, lejos de resultar inocuos, pueden resultar muy perjudiciales para la salud.
Como explica Holly R. Middlekauff, directora de esta investigación publicada en la revista «JAMA Cardiology», «nuestros hallazgos tienen implicaciones críticas para el riesgo cardiovascular a largo plazo asociado con el consumo habitual de e-cigarrillos y obligan a una reevaluación de la nicotina en aerosol y de sus metabolitos».
Malos para el corazón
Los cigarrillos electrónicos son cada vez más populares entre la población, muy especialmente entre los más jóvenes. Unos productos que a día de hoy cuentan con una cifra de 350.000 adeptos en nuestro país. Sin embargo, y a pesar de su uso creciente, poco se sabe sobre el efecto del ‘vapeo’ sobre la salud cardiovascular. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que las enfermedades cardiovasculares son, con cerca de 17,5 millones de decesos anuales, la primera causa de mortalidad en todo el planeta.
Así, y dado que no cabe ninguna duda de que los cigarrillos ‘tradicionales’ son malos, muy malos, para el corazón y el conjunto del sistema cardio y cerebrovascular, el nuevo estudio no comparó los efectos de los e-cigarrillos frente a los del tabaco convencional, sino frente a la ausencia de consumo de cualquier producto del tabaco –clásico o electrónico.
Concretamente, los autores contaron con la participación de 23 ‘vapeadores’ habituales, esto es, con un consumo diario de e-cigarrillos y durante un período mínimo de un año, y de 19 voluntarios que, igualmente ‘sanos’ y con edades comprendidas entre los 21 y los 45 años, nunca habían fumado ni vapeado.
Los resultados mostraron que los usuarios de cigarrillos electrónicos mostraban un incremento de la actividad simpática cardiaca –básicamente, un aumento de los niveles de adrenalina en el corazón– y del estrés oxidativo. O lo que es lo mismo, se asociaban a la presentación de factores de riesgo que, ya bien conocidos en el caso del tabaco convencional, aumentan la probabilidad de aparición de enfermedad cardiovascular.
Como indica Holly Middlekauff, «la nicotina, que es el ingrediente bioactivo principal en el aerosol del e-cigarrillo, puede provocar, junto a sus metabolitos, efectos fisiológicos adversos no reconocidos y sostenidos que conducen a un mayor perfil de riesgo cardiovascular en los usuarios habituales de cigarrillos electrónicos».
Hacen falta más datos
Entonces, la aparición de estos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular observada en los resultados, ¿puede directamente atribuirse a la nicotina u otros productos contenidos en los e-cigarrillos? Pues no, dado que como reconocen los propios autores, se trata de un único estudio y, además, con una muestra muy pequeña, lo que no permite extraer conclusiones del tipo ‘causa y efecto’. Pero es, al menos, un primer estudio.
Como concluyen los autores, «necesitamos realizar más investigaciones para evaluar los potenciales efectos adversos sobre la salud cardiovascular asociados al uso de e-cigarrillos».
Fuente: abc.es