Practicar natación, tenis o aerobic se asocia con una menor probabilidad de morir prematuramente | Por: @linternista
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Sídney (Australia) muestra que, comparados frente a otros tipos de deporte o ejercicio, practicar natación, deportes de raqueta o aerobic se asocia con una probabilidad significativamente menor de sufrir una muerte prematura –ya sea por una enfermedad cardiovascular o por cualquier otra causa.
La práctica de ejercicio físico es muy buena para nuestra salud; no en vano, infinidad de estudios han demostrado que las personas que realizan ejercicio tienen un riesgo mucho menor de desarrollar múltiples enfermedades y, por tanto, de padecer una muerte prematura. Pero, ¿los beneficios para la salud difieren según el tipo de ejercicio realizado? O lo que es lo mismo, ¿hay algunos deportes ‘más saludables’ que otros? Pues al parecer sí.
Como explica Emmanuel Stamatakis, director de esta investigación publicada en la revista «British Journal of Sports Medicine», «la participación en deportes específicos puede tener distintos beneficios para la salud. Y de acuerdo con nuestros resultados, no solo se trata de la cantidad y frecuencia con la que se practique ejercicio, sino también del tipo de deporte que se lleve a cabo, dado que parece marcar la diferencia».
In corpore sano
El objetivo del estudio fue cuantificar el impacto de los diferentes tipos de deportes y ejercicios sobre la salud. Y para ello, los autores analizaron los resultados de 11 encuestas nacionales de salud realizadas anualmente en Inglaterra y Escocia entre los años 1994 y 2011 y en los que se incluían los datos aportados por un total de 80.306 adultos con un promedio de edad de 52 años.
Más concretamente, los resultados de las encuestas recogían los datos sobre el ejercicio –tipo y frecuencia– realizado por los participantes en las últimas cuatro semanas. Y dado que deportes, así como ejercicios, hay muchos, los autores se centraron en cuatro tipos de actividad física –‘tareas domésticas exigentes’, jardinería, marcha o paseo, y ejercicios de mantenimiento– y en los seis deportes más populares en las islas británicas: el ciclismo, la natación, el aerobic –y sus variantes, como el ‘zumba’–, el fútbol o el rugby, el footing –o ‘running’, aunque el término correcto es ‘jogging’– y los deportes de raqueta –tenis, bádminton y squash.
Lo primero que observaron los autores es que hasta un 44% de los participantes no cumplía con las recomendaciones de actividad física semanal establecidas por las sociedades médicas. Y asimismo, que la cifra de decesos por cualquier causa durante el periodo de estudio (1994-2011) ascendió a 8.790, 1.909 de los mismos por una enfermedad cardiovascular o un ictus.
Y llegados a este punto, ¿cómo influyó cada deporte sobre el riesgo de fallecer por cualquier causa o por una enfermedad cardio o cerebrovascular? Pues según los resultados, la práctica de deportes de raqueta se asoció con una reducción del 47% del riesgo de muerte por cualquier causa. Una disminución que se estableció en el 28% en el caso de la natación, en el 27% en el de la práctica de aeróbic o sus variantes y en el 15% en el de la natación.
¿Y qué pasó con el fútbol, el rugby y el footing? Pues según este estudio, no se asociaron con una reducción significativa del riesgo de deceso prematuro. O lo que es lo mismo, su beneficio al respecto fue nulo.
Es más; los deportes de raqueta se asociaron con una disminución del 56% de la mortalidad por una enfermedad cardiovascular o un ictus, reducción que en el caso de la natación y el aerobic se estableció, respectivamente, en el 41% y en el 36%. Y una vez más, ni el fútbol, ni el footing, ni el rugby parecieron tener ningún beneficio sobre este riesgo.
¿Ni footing ni fútbol?
Entonces, ¿jugar al fútbol o practicar footing no vale para nada? ¿No ayudan a mejorar nuestra salud y, por tanto, previenen que desarrollemos enfermedades potencialmente mortales? Pues la verdad es que, cuando menos en el caso del fútbol o del rugby, no se sabe. Y es que el número de participantes que practicaban estos deportes de forma regular era tan pequeño que no se pudo extraer ninguna conclusión.
Por su parte, y por lo que respecta al footing, indican los autores, «es cierto que se asoció con una reducción del 43% en el riesgo de mortalidad por cualquier causa y con una disminución del 45% de la probabilidad de deceso por una enfermedad cardio o cerebrovascular, pero este beneficio aparente desapareció cuando se analizaron todos los factores que podían influir, cuando menos potencialmente, en estos resultados».
Pero, ¿cómo se explica que unos deportes sean ‘más saludables’ que otros, y de una manera tan desproporcionada? Pues no se sabe, dado que se trata de un estudio observacional y no pueden extraerse conclusiones del tipo ‘causa y efecto’.
Además, como concluye Emmanuel Stamatakis, «la imposibilidad de seguir los posibles cambios en la práctica de los distintos deportes, el corto periodo de tiempo evaluado y la ‘estacionalidad’ de ciertos deportes podrían haber tenido alguna influencia sobre los resultados. Sea como fuere, nuestros hallazgos constatan que la participación en deportes específicos puede conllevar beneficios muy significativos para la salud pública».
Fuente: abc.es