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Los niños estadounidenses consumen sal en niveles que exceden con mucho el límite diario recomendado | Por: @linternista

Un nuevo estudio publicado en el ‘Journal of the Academy of Nutrition and Diabetes’ alerta de que los niños estadounidenses consumen sal en niveles que exceden con mucho el límite diario recomendado y que las preferencias por los alimentos altos en sodio que se establecen cuando son niños siguen hasta la edad adulta y los ponen en mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares más tarde en la vida.

Según la investigadora Zerleen S. Quader, de la División de Enfermedades Cardiacas y Prevención de Accidentes Cerebrovasculares de los CDC, «la reducción de sodio se considera una estrategia clave de salud pública para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y este estudio es el más reciente en los esfuerzos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en curso para controlar la ingesta de sodio en Estados Unidos».

«Ya sabemos que casi todos los estadounidenses, independientemente de su edad, raza y género, consumen más sodio de lo recomendado para una dieta saludable y el consumo excesivo es motivo de gran preocupación entre los jóvenes en particular», agrega esta especialista.

Las enfermedades cardiovasculares, como patologías cardiacas y accidentes cerebrovasculares, matan a más de 800.000 estadounidenses cada año y se sabe que una cantidad excesiva de sal puede contribuir a la hipertensión y al aumento del riesgo cardiovascular.

Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2011-2012 (NHANES, por sus siglas en inglés), científicos de los CDC examinaron los hábitos alimenticios de 2.142 niños entre las edades de 6 y 18 años detectando que la ingesta promedio de sodio para los niños era de 3.256 miligramos por día, sin incluir ninguna sal agregada en la mesa.

La ingesta recomendada para los niños varía de 1.900 mg/día a 2.300 mg/día dependiendo de la edad. Casi el 90 por ciento de los niños entrevistados superó el nivel superior de sodio recomendado para su grupo de edad y la evidencia previa sugiere que uno de cada nueve niños de 8 a 17 años ya tiene una presión arterial por encima de la normal para su edad, sexo y estatura, lo cual eleva su riesgo de hipertensión arterial como adultos.

El análisis también detectó que los altos niveles de sodio se consumen a lo largo del día y de una variedad de diferentes fuentes. Por ejemplo, encontraron que el 39 por ciento del sodio se consumía en la cena, el 31 por ciento provenía del almuerzo, el 16 por ciento de los aperitivos y el 14 por ciento en el desayuno. Los científicos vieron que sólo diez tipos de alimentos constituían casi el 50 por ciento de la ingesta de sodio de los niños: pizza, platos mexicanos mezclados, sándwiches (incluyendo hamburguesas), panes, embutidos, sopas, aperitivos salados, queso, leche normal y aves de corral.

Los alimentos de las tiendas de comestibles representaban un 58 por ciento de la ingesta diaria de sodio, mientras que la comida rápida/pizza era responsable del 16 por ciento y la cafetería de la escuela de un 10 por ciento. «A excepción de la leche normal, que contiene naturalmente sodio, las diez principales categorías de alimentos que contribuyen a la ingesta de sodio de los niños en Estados Unidos en 2011-2012 comprenden alimentos en los que se añade sodio durante el procesamiento o la preparación –advierte Quader–. El sodio se consume durante el día a partir de múltiples alimentos y en distinto lugares, destacando la importancia de reducir la sal en el suministro de alimentos de Estados Unidos».

Aunque la ingesta de sodio excedió los niveles diarios recomendados en todas las edades, esta investigación reveló que los niveles promedio eran aún más altos para los adolescentes de 14 a 18 años (3.565 mg/día frente a 3.256 mg/día de todas las edades) y en los niños (2.919 mg/día para las niñas versus 3.584 mg/día para los niños); pero no se observaron diferencias significativas en la ingesta media de sodio por raza/grupo étnico, ingreso del hogar o estado del peso del niño.

Este estudio ilustra por qué puede ser difícil identificar objetivos para intervenir en la ingesta de sodio, ya que la sal está omnipresente en las dietas de los niños. También es complicado señalar los alimentos problemáticos, ya que el contenido de sodio de los platos puede variar significativamente de acuerdo a cómo se hacen

y se preparan. «Es sorprendente cuánto puede variar el contenido de sodio para el mismo tipo de alimento según el producto –destaca Quader–. La mejor manera de reducir la ingesta de sodio de estos productos es verificar el panel de información nutricional en los paquetes y buscar las versiones sin sal añadida o baja en sodio».

Para reducir el sodio en la alimentación de los niños, los investigadores proponen a padres y cuidadores que les proporcionen una dieta rica en frutas y verduras frescas sin sodio o salsas; que lean las etiquetas de nutrición, buscando las opciones más bajas de sodio de los alimentos favoritos de su hijo (con menos de 140 mg por porción) y que pidan información nutricional en los restaurantes para elegir las opciones más saludables.

Fuente: larazon.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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