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Definitivamente la conducta después de la cirugía bariátrica es clave en la disminución del peso | Por: @linternista

Un estudio en que se analizan factores postoperatorios demostró que la evaluación de los procedimientos para controlar el peso y las conductas alimentarias después del tratamiento quirúrgico bariátrico, así como el abuso de sustancias, pueden afectar significativamente cuánto peso disminuye un paciente.

Los datos parecen indicar que la implementación de cambios positivos en la conducta, lo que comprende cesar el comportamiento negativo o aumentar las conductas positivas, puede afectar a la cantidad de peso que se reduce posterior a la cirugía bariátrica.

El Dr. James E. Mitchell, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Dakota del Norte, Grand Forks y colaboradores, publicaron los resultados del estudio LABS-2 (Evaluación longitudinal de la cirugía bariátrica-2) el 20 de abril en la versión electrónica del JAMA Surgery.

Para maximizar los efectos favorables del tratamiento quirúrgico bariátrico en pacientes adultos con obesidad clase III y IV (mórbida y extrema), es esencial identificar factores que están relacionados con una reducción de peso satisfactoria después del tratamiento quirúrgico. Por consiguiente, los autores realizaron un estudio para evaluar factores postoperatorios predictivos de la cantidad de peso que se reduce después de procedimientos bariátricos en pacientes adultos con obesidad grave.

En el estudio LABS-2 se contó con la participación de 2022 pacientes que se habían sometido a procedimientos de cirugía bariátrica, de los cuales 1513 fueron objeto de una derivación gástrica en Y de Roux y 509 se sometieron a cerclaje laparoscópico con banda gástrica ajustable. A todos los participantes se les realizó la operación bariátrica inicial entre marzo de 2006 y abril de 2009 y se les efectuó seguimiento hasta septiembre de 2012.

Se realizaron encuestas a los participantes antes del tratamiento quirúrgico y luego cada año después de la operación, durante tres años. En la encuesta se analizaron 25 conductas postoperatorias que se consideraron modificables, entre ellas, las relacionadas con las conductas y problemas alimentarios, prácticas para bajar de peso y abuso de sustancias.

La mediana de edad de los participantes en el estudio fue de 47 años y la mediana del índice de masa corporal fue 46; 78% eran mujeres. Tres años después de la operación bariátrica, la mediana del porcentaje de reducción de peso que se observó fue de 31,5% del peso corporal inicial para la derivación gástrica en Y de Roux y de 16,0% para el cerclaje laparoscópico con banda gástrica ajustable.

Entre los participantes que se sometieron a derivación gástrica en Y de Roux , tres conductas representaron la mayor parte de la variabilidad (16%) en el cambio de peso al seguimiento a tres años. En concreto, los participantes que se pesaban cada semana, dejaban de comer cuando se saciaban y dejaban de comer continuamente durante todo el día, tuvieron una reducción promedio de 38,8% de su peso inicial. Esta fue casi 14% más que la de los participantes que no utilizaron estas conductas (media -24,6%; diferencia media, -14,2%; intervalo de confianza del 95%: -18,7% a -9,8%; p < 0,001) y 6% más que los que siempre habían utilizado estas conductas saludables (media: -33,2%; diferencia media: -5,7%; intervalo de confianza del 95%: -7,8% a -3,5%; p < 0,001).

El Dr. Mitchell y sus colaboradores observaron que se obtuvieron resultados similares para el cerclaje laparoscópico con banda gástrica ajustable. «Los resultados de este estudio parecen indicar que determinadas conductas, muchas de las cuales son modificables, se relacionan con diferencias en la reducción de peso que tienen una repercusión importante en pacientes sometidos a la derivación gástrica en Y de Roux o el cerclaje laparoscópico con banda gástrica ajustable.

La magnitud de esta diferencia es considerable y clínicamente significativa», señalan. «En concreto, los datos parecen indicar que implementar cambios positivos en la conducta, entre ellos, cesar las conductas negativas o aumentar las conductas positivas, puede aumentar la cantidad de peso que se pierde».

Por consiguiente, los autores resaltan la necesidad de que los médicos aborden estas conductas en los pacientes después que se han sometido a operaciones bariátricas. «Se deben evaluar los programas estructurados para modificar las conductas alimentarias problemáticas y los patrones de alimentación después de operaciones bariátricas, como un método para mejorar los desenlaces en el peso corporal de pacientes sometidos a procedimientos de cirugía bariátrica», terminan diciendo.

En un editorial complementario, el Dr. Amir A. Ghaferi, la M.Cs. y LE. Marilyn Woodruff, así como la M.Cs. y LN. Jenna Arnould, del Sistema de Atención a la Salud de VA de Ann Arbor en Michigan, resaltan la importancia de que «los médicos que realizan operaciones bariátricas deben buscar mejores métodos para el tratamiento longitudinal».

Sin embargo, también puntualizan la dificultad que afrontan los médicos al tratar de diferenciar entre los efectos de la conducta del paciente y los factores hormonales o genéticos que pueden contribuir a una menor pérdida de peso después del tratamiento quirúrgico bariátrico.

Terminan diciendo: «En la actualidad, les debemos proporcionar a nuestros pacientes una infraestructura para maximizar la adherencia a las mejores prácticas clínicas, y a la vez tener cuidado en evitar aplicar un método uniforme».

Referencia: JAMA Surg. Publicado el 20 de abril de 2016 en versión electrónica.  Resumen del artículoExtracto del editorial

Comité editorial medicinapreventiva.info

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