CuriosidadesGeneralidadesPsicologíaSalud

La perfección no siempre es perfecta | Por: @linternista

Falta tiempo para todo y la vida actual demanda cada vez más prisa, más eficacia y más resultados y la perfección parece convertirse en una meta a la que debemos llegar, cueste lo que cueste. Y aunque sea paradójico, la perfección no siempre es perfecta porque conlleva muchos más inconvenientes que ventajas para nuestra salud física y mental.

Los perfeccionistas suelen ser personas rígidas en su pensamiento, muy críticas consigo mismas, disciplinadas e incansables en la consecución de sus metas personales. Pero, les afecta más la ansiedad y el sufrimiento.

Fernando Miralles, profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo en España, explica que: «Una persona perfeccionista es aquella que en todo momento está sufriendo y fomenta su inseguridad, ya que quiere llegar a una perfección tal que, o cree que la consigue o no dará por terminada la acción que realiza. Lo normal es que pierda tanto tiempo en realizar acciones cotidianas que tenga que descuidar su vida personal».

Por ejemplo, una persona lleva estudiando una oposición 12 horas diarias y finalmente, no se presenta el día de la prueba porque piensa que no ha repasado lo suficiente, cuando en realidad lleva meses haciéndolo, según los casos reales de la consulta de este profesional,

El perfeccionismo está muy relacionado con una falta de confianza y seguridad. Suele dar lugar a comportamientos demasiados rígidos o controladores.

Josefa Perez, presidenta de la Asociación Nacional de Psicólogos clínicos y sanitarios (ANPCS) afirma que los perfeccionistas «Sienten una gran presión que les produce mucho sufrimiento: nunca están conformes con el resultado de sus acciones y rechazan cualquier error o imperfección, relacionándolo con una falta de valía personal».

El verdadero problema: «Tanto aciertos como fallos, no siempre son valorados desde la objetividad, sino desde el fracaso personal», afirma Mª Luisa Regedera, psicopedagoga y directora de ISEP Clinic Mallorca.

Las personas que tienen esta rasgo de personalidad suelen tener por regla general, altos niveles de ansiedad al cual se añade la inseguridad que les llevan a un sufrimiento tan elevado, que pueden tener crisis de ansiedad, cansancio excesivo o incluso una falta de motivación.

Estas posiciones se ven claramente reflejadas en un estudio elaborado por la Universidad de Brock, en Ontario. Después de evaluar la relación entre perfeccionismo y salud física en una muestra de 492 personas, de entre 24 y 35 años de edad, pudieron concluir: las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal, y a quejarse de falta de sueño, dolor y fatigas que aquellas que no lo son. Además de que son personas que temen mucho un fracaso.

Dependiendo de la historia personal del sujeto y de sus rasgos de personalidad, las conductas perfeccionistas están relacionadas con muchas alteraciones, por lo que es frecuente que somaticen con síntomas físicos y padezcan de algunos problemas tales como digestivos, intestinales, cefaleas tensionales, jaquecas, dermatitis, otros.

Y emocionalmente, estos comportamientos generan tensión y ansiedad, sobre todo en personas inseguras en las que el temor al rechazo les hace actuar en función de cómo creen que les gustaría a los demás y no de como realmente son. Así que «cuando no consiguen esa aceptación que les gustaría, pueden sentir mucha insatisfacción y frustración, pudiendo desembocar en estados depresivos», agrega esta profesional.

«Las personas demasiado perfeccionistas podrían llegar a tener el temido trastorno obsesivo-compulsivo, que les marcará cada vez más apartados de su vida y tendrán que ir a un facultativo para poder disminuir los síntomas de ansiedad y malestar», afirma Miralles.

Características

Las persona perfeccionista empieza a serlo desde la niñez. Empiezan en la fase de estudiantes y van ampliando esta característica a otras facetas de su vida. No tiene porqué ser perfeccionista en todas las áreas, insiste Miralles, pero lo normal en que si lo es una se extienda también a las demás.

  • En el trabajo. Una persona muy perfeccionista tendrá la virtud de repasar muchas veces su trabajo, pero esto supone un contra: perderá mucho tiempo en estas revisiones y será lento en la ejecución. Emplea normalmente, mucho más tiempo que sus compañeros en realizar ciertos trabajos y esto conlleva a ese temido sufrimiento. La parte positiva de esta conducta es que su trabajo será impecable, puesto que lo han revisado varias veces antes de entregarlo.
  • En lo social. El perfeccionista es una persona que ama con la misma intensidad que es capaz de criticar su realidad, por lo que es constante, afectuosa de manera intensa y leal. Pero lo negativo de esta conducta es inversamente proporcional: suele ser la persona más odiada y la primera prescindible en grupos sociales.
  • En lo personal. Suelen ser exigente con el otro, autocrítico y rígido de pensamiento y comprensión de la vida. Pero es apasionado y gran compañero, amante y amigo donde lo da todo por el otro porque la relación también es algo en lo que no puede fallar. En cuanto a la amistad, (como relación emocional y sentimental) es exactamente igual de perfecto.

En las relaciones de pareja, pueden buscar lo que desearían ser, como por ejemplo una persona no tan perfeccionista que a su vez es mucho más natural en su manera de ser, con índices bajos de ansiedad, elevada autoestima y seguridad en sí misma.

Como todo en la vida es buscar el punto medio, un equilibrio. Tener ambición de ser perfectos en la vida es bueno, «siempre y cuando no afecta a nuestro equilibrio emocional y bienestar personal. El perfeccionismo como cualidad humana puede ser bueno, pero siempre y cuando sepamos controlar desde la emotividad», concluye Regedera.

Y es que no todo es blanco o negro en la vida.

.

Fuente: El Mundo.

Daniel Ricardo Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: