La internet y su efecto negativo en los jóvenes | Por: @linternista
Algunos efectos negativos que deja el uso excesivo de las redes sociales entre los jóvenes son la depresión, la ansiedad y la envidia, afecta la autoestima los cuales se generan al comparar la vida propia con la ajena.
Un reciente estudio, publicado en The Journal Cyberpsychology, Behavior and Social Networking, asegura que los adolescentes que permanecen más de dos horas conectados a redes sociales son más propensos a tener un estado de salud mental en general más pobre, e incluso caen con más facilidad en pensamientos suicidas.
Tanto es así que se investiga el caso reciente ocurrido en Bogotá de una menor de 15 años y de su novio, de 21, que habrían sostenido múltiples conversaciones a través de las redes sociales (con contenidos que en ocasiones se referían a la muerte) y que fueron encontrados sin vida en un hostal del sur de la ciudad.
A esta investigación canadiense se suma la de la Universidad de Houston, publicada en abril en el Journal of Social & Clinical Pshicology. Este estudio concluyó que, después del uso prolongado de las redes sociales, las personas tienden a sentirse deprimidas, especialmente al comparar su vida con la que tienen sus contactos.
Pero, no todos sus efectos son malos; de hecho, tras revisar el tema, la Universidad de Alcalá concluyó que esta modalidad de socialización puede potenciar la creatividad y convertir el aprendizaje en algo colaborativo y social. Siguieron a 100 estudiantes que desarrollaron una serie de actividades on line y encontraron una mejora en la resolución de conflictos.
Así mismo, la Universidad de Michigan detectó que los jóvenes de niveles socioeconómicos más bajos, normalmente sin aspiraciones universitarias, se interesan más por la educación superior a través de las redes sociales, y se sienten más capaces de superar las pruebas de ingreso.
Viéndolo de forma integral, Cristian Muñoz Farías, psiquiatra experto en adolescentes en Colombia, asegura que las redes pueden ser un factor de riesgo tanto como de protección. Todo depende de la personalidad de cada joven y de su entorno familiar.
“Es necesario tener en cuenta la vulnerabilidad, la edad cognitiva, la experiencia, el manejo de emociones, la toma de decisiones y la posibilidad que tiene el adolescente de estar en contacto con una red de apoyo, como padres o colegios”, afirma el psiquiatra.
Una de las ventajas que ofrecen las redes, es la posibilidad que da a sus usuarios de tener un vínculo, de estar conectados. No obstante, el especialista recomienda estar alerta con los riesgos, que son innegables; por ejemplo, se pueden exceder los límites de confianza y envolver a algunos jóvenes en situaciones como el sexting y el ciberacoso.
“Parte de la información privada que se filtra o se pasa en esta clase de socialización puede afectar también emocionalmente a los adolescentes. Es algo que se ve con más frecuencia en las niñas; algunas pueden terminar enviando fotos desnudas, y de ahí desatarse todo un problema de autoestima, valoración y presiones”, explica el psiquiatra.
En general, la socialización es uno de los factores que más impactan las redes sociales, especialmente en el caso de los adolescentes. “Cuando las redes se usan de manera excesiva, pueden generar una limitación a este tipo de contacto, porque no hay otro tipo de comunicación ni interacción. Los jóvenes se pueden quedar metidos en un computador o celular, sin la posibilidad de leer el lenguaje no verbal o de compartir algo más”, añade el especialista.
Incluso el presidente del Instituto para el Desarrollo de la Salud Emocional, el psiquiatra Jorge Forero, cuenta que tiene pacientes que mantienen noviazgos exclusivamente en línea, a pesar de que su novio o novia vive a unas cuantas cuadras de su casa.
“Muchos jóvenes pierden la habilidad de tener una simple conversación frente a frente y les resulta mucho más fácil ‘pedir el cuadre’ por chat, que poner la cara”, señala. El problema, es que estos jóvenes pueden perder la habilidad básica de la interacción humana, lo que les va a crear una desventaja personal y hasta laboral que podría llevarlos a autoaislarse, según el psiquiatra.
En lineas generales, en las redes las personas intentan mostrar lo que les conviene o más les gusta de sus vidas; en esa dinámica, suele salir a flote información que despierta sentimientos como la envidia y la comparación, dice Forero.
“Mi amigo viaja al exterior y yo no, él tiene novia y yo no”, es lo que piensan muchos al ver la vida de otros en las pantallas, agregó.
La psicóloga de la Universidad Javeriana, experta en familia y crianza, Ángela María Narváez Sánchez, mantiene que es clave que haya un diálogo entre padres e hijos frente a lo que se espera del uso de las redes sociales y la finalidad de estas. Así se podrán mitigar las posibles consecuencias negativas. “Infortunadamente, cada vez son más los papás que les regalan a sus hijos pequeños aparatos electrónicos con planes de datos. El mensaje no es coherente porque están delegando una responsabilidad en ellos sin acompañarlos, solo hasta cuando se ven involucrados en problemas”, aclara.
A esto hay que sumarle, la edad legal para que un adolescente acceda a cuentas de redes sociales es a partir de los 14 años, pero, muchos padres les crean cuentas a sus niños antes de esta edad, sin tener en cuenta que no están preparados para enfrentar la presión social y otros riesgos.
“Con los hijos no debemos dejar de lado inculcarles que para acceder a sus amigos o estar en contacto con ellos es ideal recurrir al teléfono o visitarlos.
También debemos establecer límites de tiempo e, incluso, bloquear páginas con contenidos inapropiados”. aclara la psicóloga Narváez.
No se deben satanizar las redes, los padres deben acompañar, educar y dar ejemplo.
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Fuente: El Tiempo.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social