Un «veneno» llamado grasas trans que hace hasta perder la memoria | Por: @linternista
Esas sabrosas y ricas comidas que hacemos y que nos gustan tanto contienen esas ‘malvadas’ grasas trans y que ahora se ha descubierto que tienen un impacto negativo en nuestra memoria.
Según un estudio realizado por un equipo liderado por Beatrice Golomb, de la Universidad de California-San Diego (EE.UU.) y publicado en PLoS ONE, el consumo elevado de estos ácidos grasos trans, utilizados habitualmente en los alimentos procesados para mejorar su sabor, textura y duración, causa un deterioro de las funciones relacionadas con la memoria en hombres de 45 años o menos.
Se sabe que las grasas trans producen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes, obesidad… y ahora deterioro cognitivo.
Tras analizar una muestra de 1.018 hombres sanos y activos, todos aquellos que consumían mayores cantidades de grasas trans mostraron un peor rendimiento en una prueba de memoria, y esta asociación se mantuvo incluso después de tener en cuenta factores como la edad, la educación, el grupo étnico y la depresión.
Este grupo de adultos no habían sido diagnosticados con enfermedades del corazón. Todos los participantes completaron un cuestionario dietético, a partir del cual se estimó el consumo de grasas trans de los participantes. Para evaluar la memoria, los voluntarios realizaron una prueba de memoria, que consistía en que, tras mostrarles serie de 104 tarjetas, éstos tenían que indicar si cada palabra era nueva o estaba duplicada.
Según Beatrice Golomb, autora principal señala que «Desde el punto de vista de la salud, el consumo de grasas trans se ha relacionado con el sobrepeso y la enfermedad cardíaca. Yo les digo a mis pacientes que mientras que las grasas trans aumentan la vida útil de los alimentos, reducen la vida de las personas».
Fallas en la memoria
Los resultados mostraron que, entre los varones menores de 45 años de edad, aquellos que comían mayor cantidad de grasas trans tenían un peor rendimiento en la prueba de memoria. De hecho, cada gramo adicional de consumo diario de grasas trans se asociaba con una pérdida de 0,76 palabras en los test de memoria.
Se observó que todos aquellos que consumían la mayor cantidad de grasas trans recordaban 11 palabras menos (una reducción de más del 10 %) que los adultos que comían menos. El número promedio de palabras recordadas correctamente era 86 %.
Las villanas
Las grasas trans industriales son productos producidos artificialmente para convertir los aceites líquidos en sólidos a temperatura ambiente y extender la vida útil de los alimentos y lo logran al inyectar hidrógeno a estos aceites vegetales y son consideradas incluso más perjudiciales que los ácidos grasos saturados.
Se pueden encontrar en margarinas, comidas rápidas, bollería industrial, bocadillos, pizza congeladas, cremas para café y algunas pastas refrigeradas.
La Agencia Alimentaria de Estados Unidos (FDA) de EE.UU. considera que las grasas artificiales trans son una amenaza para la salud pública y prohibirá su uso de manera gradual en un período de tres años en este país.
«Los aceites parcialmente hidrogenados, una fuente de grasas ‘trans’ artificiales en comida procesada, no serán reconocidos generalmente como seguras», informa la FDA.
Las grasas trans son las responsables del colesterol malo, y por esta razón desaparecerán de los alimentos procesados casi en su totalidad, una medida con la que se espera reducir las enfermedades coronarias y la obesidad en EE.UU.
En Europa, solo unos pocos países como Dinamarca, Austria, Suiza e Islandia, han obligado a la industria a limitar la cantidad de ácidos grasos trans utilizada en los alimentos, pero la mayoría de los países todavía dependen de que los fabricantes de alimentos reduzcan voluntariamente el contenido de ácidos grasos trans de sus productos.
La única forma de limitar el consumo de ácidos grasos trans es exigiendo un etiquetado más claro de los alimentos.
La lista nefasta
Para saber identificar si un producto contiene o no grasa trans es leer la información que ofrece la etiqueta del producto. En la lista de ingredientes es donde se indica si el producto tiene grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas (indicativo de que el producto podría contener grasas trans).
Según los criterios la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de grasas trans deben representar menos del 1% de las calorías diarias ingeridas, aunque evitarlas es realmente difícil, a no ser que se siga una dieta muy estricta.
Algunos de estos alimentos ‘peligrosos’ son:
- Pastelería y bollería industrial.
- Comida rápida (hamburguesas, patatas fritas, pollo frito, nuggets, etc.).
- Sopas y salsas preparadas; muchas salsas elaboradas, con sabores irresistibles, contienen grandes cantidades de grasas trans.
- Aperitivos y snacks salados, como patatas fritas, platanitos, tostadas de maíz, entre otros.
- Cotufas (especialmente las preparadas para hacer en el microondas).
- Congelados, especialmente las pizzas.
- Productos precocinados (empanadillas, croquetas, canelones, otros.).
- Helados y cremas no lácteas para el café.
- Galletas, donuts, ponquecitos, barritas de cereales.
- Margarinas, aunque algunas clases que han sido sometidas a procesos de hidrogenación han conseguido reducir en gran medida la cantidad de grasas trans de su composición.
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Fuente: ABC.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social