Las cicatrices de la eplilepsia | Por: @linternista
Puede llegar de repente, quizás en plena noche, como si fuera una pesadilla. Podría haber sido un mal sueño, pero al poco tiempo, el mal sueño es real y tiene nombre: epilepsia.
La medicación consigue borrar las crisis a cambio de algunos efectos secundarios, quizás un poco de somnolencia y un ligero temblor en las manos, pero la enfermedad puede estar controlada y se puede llevar una vida normal.
El doctor José Serratosa, presidente de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP), explica que el 70 % de las aproximadamente 400.000 personas que sufren epilepsia en un país como España consigue mantener la enfermedad bajo control. «Pero un 30 % no lo logra, lo que afecta seriamente a su calidad de vida y les provoca problemas en el aprendizaje o a la hora de trabajar», aclara.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España el número de enfermos con discapacidad por epilepsia en edad activa es superior a las 26.000 personas y, de ellos, más de 18.000 sufren limitaciones respecto al trabajo.
Sigue habiendo muchos prejuicios
En muchos casos existe el desconocimiento y el estigma que sigue rodeando a la enfermedad, se discrimina y dificulta aún más la vida de estos pacientes.
La enfermedad sigue siendo una gran desconocida. Sólo se ven los casos más graves, por eso cree que es importante que los que tengan la epilepsia bajo control lo cuenten y comenten, para que la gente vea que muchos pueden hacer una vida normal.
Serratosa señala que, en los últimos años, se ha avanzado mucho tanto en el diagnóstico como en el abordaje terapéutico de la enfermedad. «Gracias a pruebas de imagen, como la resonancia magnética o el electroencefalograma en vídeo se puede detectar mejor dónde está el foco del problema», explica el también especialista de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
La variedad
Hay más de 100 tipos de epilepsia y, aunque las displasias corticales (alteraciones en la corteza cerebral) son la causa más frecuente, cualquier lesión cerebral (ya sea congénita o adquirida) puede dar origen a una epilepsia. En algunas áreas cerebrales, como el hipocampo, la posibilidad de que un daño se traduzca en una crisis es más habitual.
Al igual que hay una gran variabilidad en el origen de la epilepsia, también son muy distintos los síntomas que puede provocar. En algunos casos, las crisis provocan alteraciones leves del estado de consciencia o sensaciones anormales, mientras que en los más graves se presentan convulsiones generalizadas y una pérdida completa de la consciencia.
En cuanto al tratamiento, «cada vez hay más alternativas», señala José Serratosa. Cuando los fármacos no funcionan, continúa, «en algunos casos se puede recurrir a la cirugía, que permite retirar el foco epiléptico como si fuera un tumor». En nuestro país, hay siete unidades especializadas en cirugía de la epilepsia. También hay tratamientos basados en la estimulación cerebral o basados en seguir una dieta cetogénica, y la investigación sigue avanzando.
Recuerda el especialista que «Además, los pacientes deben controlar algunos aspectos, como la falta de sueño o el estrés emocional, porque suelen ser desencadenantes de las crisis».
«Es necesario apoyar más a la investigación en este campo, que está arrojando muy buenos resultados», afirma el doctor Serratosa, quien también reclama que todos los posibles afectados puedan tener acceso a unidades especializadas, donde «se puede afinar en el diagnóstico y acceder a todas las alternativas terapéuticas disponibles», termina señalando.
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Fuente: El Mundo.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social