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Espermatozoides: mientras más rápidos más poder de fertilización | Por: @linternista

Todos los espermatozoides de la primera fase del eyaculado son más numerosos, poseen una mejor movilidad, se mueven más y presentan un ADN de mejor calidad que los más rezagados.

Así lo afirman en un estudio liderado por la clínica de fertilidad Ginemed en España, que concluye que mientras el objetivo de la primera parte es fecundar el óvulo, el de la segunda fase es que ningún espermatozoide de otro varón tenga oportunidad de fecundar.

Esta investigación publicada en la revista Systems Biology in Reproductive Medicine, analizó las ventajas de usar, en la fecundación in vitro, fracciones del eyaculado por separado para mejorar así la calidad de la muestra de semen.

La hipótesis de los investigadores era que, de los diferentes impulsos de semen que salen en una eyaculación, la primera contendría los espermatozoides con los mejores parámetros seminales, por lo que se podría usar como un método útil de selección de espermatozoides antes de la fertilización.

María Hebles, de la Clínica Ginemed de Sevilla y primera autora del estudio explica que «El eyaculado siempre se ha considerado como un todo. Sin embargo, pensamos que se divide en dos fases bien diferenciadas por su composición y funciones fisiológicas, orientadas a conseguir dos acciones igual de importantes en la reproducción».

Objetivo de eyaculado

El primer objetivo de un eyaculado es fecundar el óvulo y el segundo que otro varón no tenga oportunidad de fecundarlo. Por ello, la primera fracción se caracteriza por tener componentes protectores como el zinc, mientras que la segunda contiene elementos que pueden causar daños a los espermatozoides.

Sin embargo, para su uso en técnicas de reproducción asistida el líquido se recoge normalmente en un solo bote, por lo que ambas fases están mezcladas. «Esto puede tener un efecto deletéreo sobre la población de espermatozoides», agrega Hebles.

Las muestras

Los especialistas solicitaron a 40 participantes la recogida del eyaculado fraccionada en dos botes, uno para cada fase. De este modo, separaron la primera y segunda fase y estudiaron las características de los espermatozoides en cada una de ellas.

Los datos sugieren que la primera parte posee una subpoblación mejorada de los espermatozoides, con una menor fragmentación del ADN espermático. Por lo tanto, el uso de los espermatozoides de esta fracción puede tener un efecto positivo sobre la fertilización y el desarrollo embrionario. «Como esperábamos, los espermatozoides de la primera fase del eyaculado eran superiores en movilidad y recuento, y lo más importante, tenían una integridad del ADN superior a los espermatozoides de la segunda fase», afirma la investigadora.

En vista de los resultados anteriores, los expertos ahora solicitan a todos los pacientes por protocolo la recogida fraccionada del eyaculado, «mejorando de forma simple y sin coste alguno la calidad de los espermatozoides que emplearemos para la fecundación», subraya Hebles.

El líquido expulsado durante la eyaculación se compone de varios fragmentos, distribuidos en una fase preeyaculatoria, primera y segunda fracción del eyaculado:

  • La fase preeyaculatoria o líquido preseminal no contiene espermatozoides, es una secreción incolora de las glándulas de Cowper que se expele para minimizar la acidez de la uretra.
  • La primera fase representa entre el 15 y el 45 % del volumen del eyaculado, es rica en espermatozoides, fosfatasa ácida, ácido cítrico, magnesio y zinc, que ejercen un efecto protector sobre los espermatozoides.
  • La segunda fase constituye el volumen restante, del 70 al 90 %, y está compuesta por secreciones de las vesículas seminales ricas en especies reactivas de oxígeno, que tienen un impacto negativo sobre las características seminales.

 

Fuente: ABC.es.

Daniel Ricardo Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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