Vacuna contra el dengue lista para 2016 | Por: @linternista
Muchas personas eligen destinos tropicales para disfrutar de sus vacaciones soñadas, en el paraíso, pero en estos destino abundan cantidad de enfermedades provocadas por parásitos, bacterias y virus que son características de estas zonas.
Y siempre que deciden venir toman medidas preventivas y se informan en centros especializados, con tal de no volver con algún problema de salud. Los sitios preferidos están todos dentro de un cinturón cálido y húmedo que engloba a América Central y gran parte de América del Sur, de África y el sur de Asia.
Esta preocupación por las enfermedades características de estas ciudades crean en el turista una preocupación temporal, que se mezcla con las maletas y los billetes, pero que para millones de personas es su realidad diaria. Pero, gracias a los científicos y sus investigaciones, se va viendo el final del túnel gracias a las vacunas, como en el caso del dengue o de la malaria.
Las enfermedades tropicales abundan en esas zonas del mundo, donde coinciden el mayor nivel de pobreza y se dan las circunstancias epidemiológicas propias para que proliferen.
Muchas de estas patologías (mayormente enfermedades infecciosas parasitarias predominan en climas calientes y húmedos, como el paludismo, la leishmaniasis, la esquistosomiasis, la oncocercosis, la filariasis linfática, la enfermedad de Chagas, la tripanosomiasis africana y virales como el dengue y ahora el chikungunya) se consideran enfermedades olvidadas en el primer mundo pero que constituyen actualmente una de las mayores causas de morbilidad y mortalidad en el mundo.
Las continuadas investigaciones que se llevan a cabo han ido creando nuevas estrategias en el desarrollo de vacunas para combatir estas enfermedades infecciosas causadas por organismos parasitarios que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afectan a más de 500 millones de personas alrededor del mundo, estas infecciones frecuentemente fatales y cuyo impacto en la salud mundial es enorme y aterrador.
Batalla a punto de ganarse
Entre estas enfermedades, hay alguna que ha merecido un proceso de investigación en busca de una vacuna no sólo por su grave repercusión en la salud pública de los países en vías de desarrollo sino también por la insuficiencia de los métodos disponibles para su control.
El virus del dengue tiene las horas contadas. Hasta el momento la única manera de combatir el dengue era eliminando los focos del insecto que lo transmite, pero a partir de enero de 2016 habrá un arma más: una vacuna.
El laboratorio Sanofi Pasteur lleva más de 20 años investigando la vacuna contra esta enfermedad, que estará disponible «para el segundo trimestre de 2015 o principios de 2016» como indica el comunicado de la compañía de vacunas.
Se ha completado con éxito los estudios clínicos de eficacia de fase III, por lo que ya ha culminado la fase de desarrollo clínico y «actualmente se encuentra en el proceso de sometimiento ante las agencias regulatorias», según explica César Mascareñas, director médico y científico de Sanofi Pasteur Latinoamérica. La vacuna se aplicará en tres dosis, una cada seis meses.
¿Qué es el dengue?
El dengue es una enfermedad viral producida por es un virus que es transmitida por el mosquito de la especie Aedes aegypti infectado por alguno de los cuatro variedades virales del dengue que provocan en los seres humanos dicha enfermedad.
Afecta principalmente a habitantes de las regiones tropicales y subtropicales del planeta.
Tiene un periodo de incubación de entre 3 a 14 días. Después de los cuales aparecen los síntomas que se manifiestan con fiebre de moderada a elevada incapacitante con cefaleas intensas, dolor retroobitario y dolores musculares y articulares.
Perjudica principalmente a lactantes, niños pequeños y adultos.
La forma hemorrágica del dengue es potencialmente mortal principalmente para los niños. En los últimos 10 años, la incidencia de la también llamada «fiebre rompehuesos» ha progresado de manera alarmante, presentando actualmente una amenaza mundial.
La agencia sanitaria de la ONU calcula que aproximadamente 390 millones de personas se infectan cada año de la enfermedad del dengue, el triple de lo esperado, puesto que el número real de casos de dengue está subnotificado y muchos casos están mal clasificados.
Entre estos, se calcula que 500.000 –esencialmente niños– desarrollan la fiebre hemorrágica, que es la forma grave y potencialmente mortal del dengue.
Por esto, es una prioridad de salud pública en muchos países de América Latina y Asia, donde factores como la urbanización o el aumento de los viajes favorecen su progresión. En estos continentes, ante la ausencia de tratamientos específicos, la vacunación y la erradicación de la enfermedad son la única esperanza.
La vacuna se constituirá en una gran herramienta en la lucha para el control de esta virosis que junto con el control del vector (mosquito) implementan los gobiernos para disminuir los casos de la enfermedad.
Debido a las características de la enfermedad, los serotipos circulantes, el vector y el comportamiento humano-ambiental, no se cree que la vacuna ayude a erradicar la enfermedad, «sino a controlarla», según añadió Mascareñas.
El objetivo es «ayudar a los países a alcanzar las metas establecidas por la Organización Mundial de la Salud de reducir la mortalidad en un 50 por ciento y la morbilidad en un 25 por ciento para 2020», apuntó Olivier Charmeil, director general de Sanofi Pasteur.
El impacto en la salud pública que tendrá la vacuna se desprende de los resultados de eficacia desarrollados en Latinoamérica y Asia, donde la vacuna ha demostrado ser eficacia «contra los cuatro serotipos en un 60,8 %, con una reducción en las hospitalizaciones de un 80,3 %, y una reducción del dengue severo de un 95, 5 %», según los datos aportados por el director médico y científico de Latinoamérica.
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Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social
