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Buscar al alma gemela puede conducir al fracaso de una relación | Por: @linternista

El «y vivieron felices por siempre» es una fantasía que ocurre única y exclusivamente en cuentos de hadas. En la vida real, los finales no siempre son felices pero tampoco son fatídicos del todo. La vida en pareja requiere de mucho equilibrio entre ambos miembros y ello incluye el no idealizar a otro de buenas a primeras, sino dejarle el trabajo al tiempo para que lo bueno y lo malo de cada quien fluya solo y así enamorarse de una persona real y no de un personaje ficticio, ideal.

Y es que creerse el cuento de que un día la princesa encuentra al príncipe azul, que es lo que hoy algunos comparan con la media naranja o el alma gemela, sería la génesis de los conflictos de pareja.

Una investigación de la Universidad de Toronto encontró que cuando las personas asumen sus relaciones en términos de que ‘estamos hechos el uno para el otro’, ello los hace más vulnerables cuando aparece un conflicto, porque puede significar que en verdad ‘no éramos almas gemelas, como creíamos’.

Idealizar más de la cuenta a la pareja y la relación, según la psicóloga de familia María Elena López, hace que las expectativas y exigencias de la convivencia estén fuera de lo real, lo cual inevitablemente termina en peleas, por la insatisfacción y la frustración.

Expectativas muy altas, desencantos muy profundos

“Existen muchas ideas erróneas alrededor de lo que debe ser la pareja. En un mundo inmediatista, muchas personas esperan demasiado del matrimonio o de la convivencia y lo evalúan de acuerdo con criterios de eficiencia, éxito y rentabilidad. Las parejas no son perfectas. Esperar que todo funcione es una actitud equivocada”, dice la especialista.

La psicóloga Argelia Medina, profesora de la Universidad Javeriana, asegura que las investigaciones apuntan a que lo importante para que una relación sea viable y se proyecte hacia el futuro; no es tanto lo parecidos que seamos, sino cómo nos coordinamos uno con el otro y las estrategias que usamos para superar las diferencias.

“Puede tratarse de una pareja con diferencias culturales, de edad, de educación y hasta de religión, pero se trata de aceptar al otro tal y como lo quiero, distinto, y no pretender que piense o se comporte igual a mí”, sugiere la psicóloga.

Según Medina, la relación es como un baile, se trata de ponerse de acuerdo, de cogerse el paso en las cosas cotidianas, y las diferencias no son para dominar sino para enriquecerse.

imagen-parejas-paisaje“Es necesario aprender a participar en lo que para el otro es importante y buscar que él participe en mis planes, aunque no le encanten. Hay que negociar. Si peleamos mucho porque uno de los dos es malgeniado, debo preguntarme qué aporte hago en esa conducta”, asegura.

Las parejas deberían establecer una línea de lo que para ellos debe estar por encima de las diferencias, aconseja María Claudia Abello, psicóloga y educadora sexual. Por ejemplo, ser fieles y hacer planes divertidos pueden ser prioridades para algunos. “En la medida en que la pareja esté compenetrada puede solucionar sus diferencias y hasta sacarle cosas buenas –dice–. Hay que dialogar abierta y honestamente. Cuando mi alma gemela me desilusiona, en el fondo también me estoy desilusionando de mí mismo, porque se suponía que éramos iguales”.

Transparencia desde el principio

Obviamente, en la conquista el vínculo se crea a partir de las similitudes y no de las diferencias. Lo importante, recomienda la psicóloga Medina, es tener presente que con el tiempo lo distinto de cada uno va a salir a flote, por eso es indispensable mostrarse como se es realmente.

López, por su parte, agrega que aunque siempre al comienzo hay cierto grado de idealización, la pareja es algo que se construye con principio de realidad y este es el soporte para que cuando lleguen los problemas y las crisis estos puedan manejarse con éxito.

“Al comienzo de las relaciones siempre habrá una dosis de querer dejar la mejor impresión. Hasta en los animales esto funciona: los pájaros, por ejemplo, muestran lo mejor de su plumaje; la leona, su melena. Pero es importante también mostrarnos como somos y ver en el otro sus aspectos positivos, pero también sus debilidades. Igualmente, modular las expectativas con las que se llega a las primeras citas”, sugiere la psicóloga.

Para tenerlo en cuenta de dos en dos

  • Entienda que la vida en pareja pasa por momentos de aburrimiento, desencanto o frustración. No siempre es emocionante y divertida, y esto es parte de la convivencia.
  • Recuerde que los logros en la relación de pareja, como en otras áreas de la vida, son una combinación inteligente de voluntad, deseo profundo de vivir mejor juntos y de amor.
  • Mírese a sí mismo al espejo. Es importante entenderse, revisar el comportamiento propio, las reacciones, la manera como se enfrentan las dificultades y, sobre todo, no olvide cuáles son las expectativas y las creencias que se tienen con respecto a la pareja y a sí mismo.
  • Cálmese. Con frecuencia las parejas se enfrascan en responder a logros muy altos, esto les puede generar estrés, agresividad, apatía y distancia afectiva.
  • Esfuércese para que tampoco caigan en el otro extremo de que no esperen nada el uno del otro y tengan pocas metas comunes.

Manejo de la crisis

  1. Identifique los aspectos mal manejados que pueden hacerle sentir a la pareja que ha fracasado.
  2. Para superarlos es clave saber a qué tipo de crisis se enfrenta y cuáles son sus causas.
  3. Sea receptivo a las peticiones de cambio que hace el otro y respáldelas con acciones reales, sistemáticas y consistentes.-Abra su pensamiento y actitudes para que la relación pueda pasar los momentos duros.
  4. Hable en pareja sobre los proyectos de vida y desafíos de cada uno.

Fuente: El Tiempo.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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