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Un gran hábito: lavarse bien las manos | Por: @drafadlallah

La sencilla norma de lavarse las manos constituye una de las formas de prevención contra enfermedades más fáciles de poner en práctica que existe. ¿Y nos lavamos las manos? ¿Y realmente lo hacemos bien?

El no lavarse las manos o lavársela solo debes en cuando pone en riesgo nuestra salud, llevándonos a padecer enfermedades. El simple acto de abrir un grifo y lavarse puede tener más relevancia de la que pudiera parecer.

Los expertos aseguran que arraigar la práctica del lavado de manos con jabón antes de comer y después de usar baño podría salvar más vidas que cualquier vacuna o intervención médica, reducir las muertes por diarrea casi a la mitad y evitar un cuarto de las muertes por infecciones respiratorias agudas en el mundo.

Extender la costumbre de lavarse las manos con jabón podría salvar alrededor de 230.000 vidas al año, especialmente en países subdesarrollados.

Tan fácil

Un gesto eficaz y barato como e lavarse las manos adecuadamente detiene la transmisión de gran parte de los agentes patógenos que se transmiten gracias a la contaminación por heces fecales humanas. Éstas son la principal fuente de patógenos de las diarreas, que pueden provocar desde las infecciones gastrointestinales más comunes como las parasitosis (amibiasis, giardiasis, ascaridiasis, otras) la contaminación con bacterias que son graves como la fiebre tifoidea o el cólera, las virosis (hepatitis A) o infecciones respiratorias como el resfriado común y la Gripe por influenza A o B o la neumonía.

Además pueden estar involucrados en el contagio de infecciones cutáneas o de los ojos e incluso en la transmisión de virus que pueden ser mortales como el ébola. Y es que el problema con la contaminación de heces fecales estriba en que un solo gramo de heces humanas puede contener diez millones de virus y un millón de bacterias.

¿Sabemos lavarnos las manos?

Lavarse bien las manos parece, pues, una forma de protegerse a sí mismo. Pero, ¿sabemos realmente hacerlo?

Recomendaciones de los expertos:

El uso de solo agua no es suficiente, se debe usar el jabón. Para lavarse bien las manos debe usarse una cantidad suficiente de jabón que además de remover la grasa y eliminar el sucio de la piel de las manos disminuye la cantidad de gérmenes presente en ellas.

Siempre es importante hacerlo, pero hay momentos que lo requieren más que otros, sobretodo después de usar el baño, de cambiarle el pañal a un niño y antes de manipular alimentos.

Hay objetos que manipulamos y que pueden ser altamente contaminantes: los manubrios de los que nos sugetamos en un autobús, las manijas de las puertas y más si son de baños públicos e incluso las monedas y billetes que usamos a diario para realizar nuestros pagos, todos pueden ser transmisores a través de nuestras manos de diferentes patologías y hacernos padecer de enfermedades.

Una buena técnica

Por esto es imprescindible usar una técnica apropiada para lavarnos las manos:

Las manos húmedas se deben cubrir con jabón y este debe frotarse sobre toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, entre los dedos y especialmente debajo de las uñas donde a los gérmenes les encanta esconderse, no olvide las muñecas, hay que hacerlo vigorosamente por lo menos 20 segundos. Luego, se deben enjuagar bien con agua corriente y secarlas, ya sea con una tela limpia o agitando las manos.

Según la OMS

La OMS recomienda realizar un buen lavado de manos para prevenir enfermedades como la diarrea, influenza y otras

Prevención y más prevención

Es importante recordar el buen uso de ésta técnica, el lavado correcto de las manos en cualquier circunstancia previene de enfermedades, que se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral, es decir, por la ingesta de agua o alimentos contaminados y también por la contaminación directa de las manos. El lavado de manos con jabón interrumpe este ciclo de contaminación que puede requerir de diagnóstico y tratamiento médico específico.

Hay que inculcar la norma de lavarse las manos siempre, para disminuir la propagación de los gérmenes entre los miembros de su familia. Se debe establecer como una regla para todos, y cumplirla siempre:

  • Antes y después de manipular alimentos
  • Antes y después de amamantar.
  • Antes de cocinar
  • Antes de comer o beber
  • Después de manipular basura o desperdicios.
  • Después de tocar alimentos crudos y antes de tocar alimentos cocidos.
  • Después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar
  • Luego de cambiarle los pañales al bebé.
  • Luego de haber tocado objetos “sucios”, como dinero, llaves, pasamanos, etc.
  • Cuando se llega a la casa de la calle, el trabajo, la escuela.
  • Antes y después de atender a alguien que está enfermo o de curar heridas.
  • Después de haber estado en contacto con animales, incluyendo mascotas familiares
  • Después de limpiar la casa
  • Después de estar afuera (jugando, haciendo jardinería, caminando al perro)

Siempre pendiente

Nunca subestime la importancia de esta norma tan sencilla y que a veces se nos olvida su importancia. El corto tiempo que se invierte para hacerlo le puede prevenir de padecer enfermedades incomodas e inconvenientes y que le pueden generar apuros, y puede ahorrarle una visitas a la consulta de su médico.

Cuidese usted y a su familia.

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Dra. Rosa Emilia Fadlallah @drafadlallah

www.medicinapreventiva.info

Rosa Emilia Fadlallah Sulbarán

Médico ucevista, mamá dedicada, lectora, dibujante, pintora, sofisticada y linda. http://rosaemilia.com.ve

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