Cáncer: Más presente que nunca | Por: @drafadlallah
La mayoría de nosotros conocemos o sabemos de alguna persona que padece de cáncer, y siempre se nos sobrecoge el corazón y nos conmueve. Ciertamente hay una mayor incidencia de esta enfermedad en la actualidad, pero al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse. La prevención constituye la mejor estrategia a largo plazo y la más eficaz para el control del cáncer.
Hoy 4 de febrero se celebra el día mundial contra el Cáncer y por eso es bueno recordar que hay factores que predisponen a su aparición y que podemos controlar:
Tu humo te daña y a mí me afecta
El tabaquismo provoca aproximadamente el 22 % de las muertes anuales por cáncer.
El humo de tabaco produce varios tipos de cáncer: el de pulmón, esófago, laringe (cuerdas vocales), boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero.
Se ha demostrado que el fumador pasivo también está expuesto a sufrir de cáncer y las otras formas de presentación del tabaco como: tabaco de mascar o en polvo también son cancerígenos afectando la boca, el esófago y el páncreas.
El desagradable hábito del tabaquismo constituye un factor de alto riesgo que puede ser evitable. Simplemente hay que dejar de fumar.
Los malos hábitos alimenticios
Modificar los hábitos alimenticios ha pasado a ser un factor importante en la lucha contra el cáncer. La relación existente entre el sobrepeso y la obesidad con algunos tipos cáncer como el de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón, debe motivar a la educación para concientizar a las personas para realizar cambios en sus dietas e incluir raciones ricas en frutas, vegetales y hortalizas que pueden tener un efecto de protección contra algunos tipos de cáncer.
Es innegable que el consumo excesivo de carnes rojas y embutidos pueden estar relacionados a un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal.
Los buenos hábitos de alimentación han demostrado que pueden prevenir muchas enfermedades. El consumo de estos alimentos saludables previenen el desarrollo de algunos tipos de cáncer, pero además, contribuyen también a reducir el riesgo de enfermedades como las cardiovasculares, diabetes, el sobrepeso y la obesidad, y la hipertensión.
Beber alcohol con cautela
El consumo de alcohol es un factor de riesgo importante para el desarrollo de muchos tipos de cáncer, como los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon y recto, y mama.
Y este riesgo es mayor en la medida que se aumenta la cantidad de alcohol que se consume. El riesgo que supone beber en exceso para varios tipos de cáncer (como los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago) aumenta notablemente si el bebedor también es un fumador empedernido.
El 22 % de los casos de cáncer de boca, orofaringe, esófago e hígado en los hombres son atribuibles al alcohol, mientras que en las mujeres la morbilidad atribuible a esa causa se reduce al 9 %.
El sol y otras radiaciones
La exposición sin protección a los rayos ultravioletas del sol (UvA y UvB) que son carcinógenos para el ser humano y provocan cáncer de piel, que pueden ir desde un carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular hasta el melanoma que es el más agresivo.
Utilizar filtros y bloqueadores solares y ropa de protección son medidas preventivas eficaces.
Las radiaciones ionizantes son carcinogénicas para el hombre y pueden provocar leucemia y varios tumores sólidos, y los riesgos son mayores cuanto más joven es la persona expuesta. . Las radiaciones ionizantes son un instrumento indispensable de diagnóstico y terapia. Para garantizar que los efectos benéficos de las radiaciones superen los posibles riesgos, los procedimientos radiológicos médicos deben prescribirse en los casos oportunos y realizarse correctamente, para reducir dosis de radiación innecesarias, especialmente en los niños
Actualmente los aparatos de bronceado que emiten rayos ultravioletas están clasificados como carcinógenos para el ser humano por su asociación con los cánceres oculares y de piel melanocíticos, por lo que debe evitarse su uso.
Mensaje incansable
No me cansare nunca de recomendar actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una dieta sana, son la ecuación matemática perfecta para reducir considerablemente el riesgo de contraer cáncer y otras enfermedades.
Los gobernantes deberían crear estrategias para la promoción del conocimiento y la educación sobre este problema. Debe haber políticas y programas constantes y eficientes para promover una mayor conciencia del ciudadano ante los posibles factores de riesgo a los que está expuesto y que producen cáncer. Mientras más educada la población, menor será el riesgo a la exposición de los factores que producen esta enfermedad.
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Dra. Rosa Emilia Fadlallah @drafadlallah
www.medicinapreventiva.info