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Batalla campal contra los carbohidratos blancos | Por: @linternista

Dejar de comer grupos completos de alimentos o nutrientes no son la forma más efectiva ni saludable para perder peso.

Sin embargo, podría haber su excepción porque hay un grupo de alimentos completamente  prescindibles: los alimentos basados en cereales o harinas refinadas, ricos en hidratos de carbono.

Evitar el consumo de las pastas blancas, el arroz blanco y el pan blanco y sustituirlos por sus similares pero integrales  «de granos enteros»

Ningún experto duda en que su eliminación no supondría ningún problema para la salud individual ni pública.

Juan Revenga, dietista y nutricionista asume que este escenario es viable; y apunta a que el consumo de granos integrales no debe superar una cuarta parte de la dieta, como afirma la Escuela de Salud Pública de la Harvard University.

Debe haber una mayor presencia de alimentos a partir de cereales y cualquiera que sea debe ser de grano entero, así se señala en la última actualización de la Guía de la alimentación saludable por la que apuesta la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), así lo señala Javier Aranceta presidente de la SENC.

Usar el termino de ‘grano entero’ en vez de productos integrales del pan, la pasta o el arroz para denominar estos alimentos, es lo más adecuado.

«Es una palabra con truco», advierte Aranceta, no todos los productos que se comercializan con esa denominación están elaborados a partir de harina de grano entero. El falso integral se ve mucho en el pan. «Hay algunos que se venden como integrales y se han elaborado con harina blanca refinada, que han oscurecido después con malta de cebada», agrega el endocrino.

La elaboración correcta el pan integral, es cuando  «La harina tiene que parecer arena, toda del mismo color oscuro, en el falso integral se ven algunos trozos oscuros más o menos groseros»; y añade que, en el resto de alimentos, como los cereales, el arroz y la pasta, «no queda otra que creerse» al fabricante, asegura Aranceta.

¿En qué consiste la harina de grano entero?

Es cuando el cereal o grano se utiliza sin descascarillar.

Normalmente, el exceso de elaboración es el que ha llevado a hacer poco saludable un alimento que lo es de base. Para elaborar las versiones blancas del pan, la pasta y el arroz, su base se muele previa eliminación de las partes externas del cereal. De ahí la denominación de refinado.

«Hasta ahora no se tenía conciencia de que lo más importante estaba en la cascarilla», afirma Revenga.

«Cuando consumimos cereales refinados, solo nos quedamos con el almidón y el valor energético», comenta y alaba las propiedades antioxidantes de esas partes que se suelen desechar, los fitocomponentes que «se van con la molienda», comenta Aranceta.

Efectos en el organismo

Hay un importante efecto: «estos alimentos elaborados con granos enteros se absorben más lentamente, mientras que los blancos lo hacen muy rápido y por lo tanto tienen más facilidad de transformarse en grasa», añade Aranceta.

Los expertos están de acuerdo en lo innecesario de los alimentos basados en cereales refinados

Pero, ¿sería viable un escenario en el que su consumo se prohibiera o, al menos, desaconsejara?  eso son palabras mayores según Aranceta.

«Lo que hay que hacer es priorizar una dieta de otro tipo, aumentar la presencia de los alimentos elaborados con harina de trigo entero», afirma. «Prohibirlo sería muy brusco, aunque no peligroso, es mejor cambiar paulatinamente», agrega.

Irene Bretón especialista de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)  se opone a una hipotética prohibición de la versión refinada y más consumida de estos alimentos. «Me gusta más la idea de recomendar que se elija preferentemente la versión de grano entero; hay que insistir en la capacidad de elección», explica.

Esta endocrinóloga, que ejerce en los hospitales Gregorio Marañón y Montepríncipe de Madrid teme un posible efecto de una legislación restrictiva contra los hidratos blancos. «Podemos encontrarnos con que, en la práctica, se eliminen del todo los cereales, y que se siga una dieta baja en carbohidratos», comenta.

Lo primero que habría que hacer es igual ambas versiones de cereal. «Conseguir que el pan normal sea el integral, que no se considere un artículo de lujo», dice Bretón, Sus palabras no andan desencaminadas. El IVA del pan integral es más elevado que el del pan blanco. Como se puede ver en una tabla distribuida por la Organización de Consumidores y Usuarios, la tasa impositiva del pan más sano es del 10%, frente al 4% del pan blanco. En países como Italia, es justamente al revés y en otros los impuestos son similares.

Juan Revenga ve muy difícil y complicado un escenario de restricción legislativa, aunque por otros motivos: «Las administraciones sanitarias tendría que tomarse en serio este asunto y dejar de pactar con la industria alimentaria; no es algo que diga yo, lo ha afirmado también la presidenta de la OMS, Margaret Chan».

El dietista denuncia a la industria, a la que acusa de utilizar las mismas políticas y presiones que usaron en su día las compañías tabaqueras. «Hay presiones a la hora de practicar políticas», concluye el experto.

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Fuente: El Mundo.

Daniel Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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