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¿Adicto al café? Usted tiene menos riesgo de desarrollar diabetes | Por: @linternista

Ya sea como justo remate de una buena comida, para espabilarnos a la mañana, o para sentarnos con un amigo a charlar o con un enemigo a resolver nuestras diferencias, nada mejor que un café. Café de por medio todo anda mejor. El aroma que se desprende de una buena cafetería debe estar entre los más apreciados del ser humano.
¿Pero qué pasa con la salud? ¿Vio que solemos decir que todo lo que hace bien es feo y todo lo rico hace mal? Mentira total y absoluta, al menos para el café.

Este hermoso brebaje se viene estudiando desde hace mucho. La misma cafeína tiene aplicación en medicina: quién no conoce su combinación con aspirina o con otras sustancias para calmar los dolores de cabeza.

Pero el café que tomamos no tiene solamente cafeína, es una bebida compleja y se puede esperar que las otras sustancias que contiene, solas o en conjunto, puedan tener algún efecto beneficioso para la salud. Uno de los varios estudios que se vienen haciendo se ha centrado entre la relación que pueda haber entre el café y la diabetes. Sin azúcar, por supuesto. Créase o no, parece que los bebedores de café tienen menos riesgo de desarrollar diabetes.

Completando varios estudios anteriores, se público en Diabetología, una de las revistas científicas más prestigiosas de la especialidad, una revisión que incluyó más de 100.000 personas seguidas durante varios años. Periódicamente se consultó sobre consumo de café medido como tazas por día, e inicio de diabetes. Aclaro que estos datos provienen de Estados Unidos, donde el café es gigantesco y se toma a toda hora del día, y supongo que también de la noche. Y también vale agregar que no está financiado por ningún centro de cafeteros, por lo que sus autores no tienen ningún conflicto de intereses.

consumo-cafe-riesgo-diabetes¿Los resultados? Los amantes del café pueden comenzar a festejar. Los que consumieron más café tuvieron menos probabilidad de desarrollar diabetes. Un número sorprendente: el grupo de los que tomaron 3 o más tazas por día desarrolló 37% menos de diabetes que los que tomaron una o ninguna taza por día. De la misma forma, pero a la inversa: los que disminuyeron más de 1 taza por día, presentaron 17% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

En comparación con aquellos que no hicieron cambios a su consumo de café, los participantes que tuvieron un incremento moderado a grande aumentos en la ingesta de café (> 1 taza / día) durante un período de 4 años tuvieron un riesgo 12% menor (IC del 95% al 4%, 19%) para la diabetes tipo 2 en los siguientes 4 años.

Los participantes que tuvieron un aumento moderado a grande en el consumo de café con cafeína (> 1 taza / día) tuvieron un riesgo 13% menor para desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con los que tuvieron un consumo de café con cafeína relativamente estable durante un periodo de 4 años. Por otra parte, los que tuvieron una disminución moderada a grande en su consumo de café con cafeína, tuvieron un riesgo 20% mayor para diabetes tipo 2 en los siguientes 4 años. Los cambios en el consumo de café descafeinado no se asociaron con riesgo de padecer diabetes tipo 2.

En comparación con los consumidores de bajas cantidades que se mantuvieron estables  (<1 taza / día al inicio del estudio y 4 años más tarde, el grupo de referencia), los que tenían bajo consumo pero aumentaron su consumo de café a más de 3 tazas por día tuvieron un riesgo 23% menor (no significativo) de presentar diabetes tipo 2.

Un punto a favor de este análisis es que no fue realizado específicamente para ver qué pasa con el café. La base de datos pertenece a un trabajo muy amplio, realizado en varios hospitales por grupos independientes, para observar la influencia de los hábitos de vida con la aparición de enfermedades crónicas. Para ello se completaron registros de alimentos en forma periódicas junto con el detalle de la actividad física a lo largo de varios años. El tema del café es una inquietud posterior como subestudio para aprovechar esta gran base de datos y observar la cantidad de café que tomaban las personas, ya que ese dato estaba en los registros, con la aparición de diabetes.

Atención, estos datos provienen de estudios donde se consideró café regular tamaño mediano. No se contabilizó café descafeinado, ni capuchinos ni café con leche, lo que no quiere decir que no sirvan, pero es bueno saber qué fue lo que se estudió. Tampoco se sabe cuál es la razón, y aunque en estos estudios se separan las diferentes causas que se estiman probables, por el momento cualquier explicación es una simple hipótesis.

Pero al fin de cuentas lo interesante es que algo que suele presentar dudas e incluso tener mala prensa como es tomar café, parece ejercer algún tipo de efecto protector para el desarrollo de diabetes, una de las enfermedades más vistas en el mundo moderno.

 

Fuente:

Diabetologia. DOI 10.1007/s00125-014-3235-7 /Clarín.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh  / Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc

Comunicador Social

 

Comité editorial medicinapreventiva.info

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