El reloj biológico es clave para conducir a nuevas terapias para la diabetes | Por: @linternista
Investigadores de la Universidad Northwestern (EE.UU.) acaban de revelar que nuestro reloj interno es capaz de marcar cómo y cuándo el páncreas debe producir insulina y controlar el azúcar en la sangre. Los resultados posiblemente podrían conducir a nuevas terapias para la diabetes.
En una investigación previa publicada en Nature, los investigadores ya habían mostrado que el reloj circadiano en el páncreas es esencial para regular la secreción de insulina y equilibrar los niveles de azúcar en sangre en ratones.
Los relojes circadianos o biológicos coordinan comportamientos tan comunes y necesarios como comer y dormir, así como la actividad fisiológica de nuestro metabolismo, en función de los ciclos de 24 horas de día/noche.
Existe un reloj maestro en el cerebro, pero también otros periféricos situados en los órganos, de forma que cuando la genética, el medio ambiente o el comportamiento interrumpen la sincronía de estos relojes, se pueden desarrollar trastornos metabólicos. Los científicos demostraron que la anulación de los genes del dicho reloj causaban obesidad y diabetes tipo 2.
Joe Bass, el investigador principal de este estudio señala que, a pesar de que se sabía que el páncreas no funcionaba si se eliminaban los genes del reloj, «no sabíamos cómo estaban afectando los genes a la función normal del páncreas». Estos genes del reloj son responsables de producir factores de transcripción, proteínas especiales que ayudan a ordenar a una célula para funcionar.
En este nuevo trabajo se logran identificar miles de genes en el páncreas que controlan los factores de transcripción del reloj al ritmo de la rotación diaria del planeta de día-noche.
«Hemos establecido un nuevo mapa genético que muestra cómo el repertorio completo de factores producido en el páncreas mantiene y anticipa los cambios diarios en el ambiente externo. Dichos factores están ligados a la rotación de la Tierra, al mecanismo que ha evolucionado para controlar cuándo dormimos, nos despertamos, comemos y almacenamos nutrientes cada día», comenta Bass.
Trabajando con las células beta del páncreas, que secretan insulina al torrente sanguíneo para ayudar al cuerpo a absorber la glucosa que se usa como fuente de energía y gracias a las técnicas de secuenciación de todo el genoma de las células beta con genes de reloj intactos y alterados, los investigadores fueron capaces de trazar el mapa de los factores de transcripción y genes.
El siguiente paso, señalan será analizar cómo los relojes biológicos interactúan y cómo se altera su ritmo, no sólo en la diabetes, sino también durante el proceso normal de envejecimiento y de problema de ‘sincronía’, como el jetlag, el estrés o cambios en la dieta.
«Nuestro estudio refuerza la idea de que los relojes que actúan en las células son fundamentales para la salud y que representan un objetivo sin explotar para mejorar las funciones de las células en el páncreas», termina comentando Bass.
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Fuente: ABC.
Daniel Hernández
Comunicador Social