Una diabetes de larga evolución con niveles altos de azúcar merman la capacidad cognitiva | Por: @linternista
Según un estudio que acaba de publicarse en la edición digital de Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, una diabetes de larga evolución con niveles altos de azúcar, son dos circunstancias que, sumadas, consiguen mermar las capacidades cognitivas del paciente.
«La regulación del flujo sanguíneo normal permite redistribuir la sangre a las áreas del cerebro que han aumentado la actividad en el desempeño de ciertas tareas», expone el principal autor de este trabajo, Vera Novak, de la facultad de Medicina de Harvard (Boston, EEUU). «Las personas con diabetes tipo 2 tienen problemas de regulación del flujo sanguíneo».
El mecanismo es fácil de explicar. «La inflamación que se produce por la alteración de los niveles de azúcar en sangre hace que los vasos del cerebro no regulen el flujo sanguíneo cerebral de la forma adecuada hacia todas y cada una de las zonas de este órgano», argumenta Jesús Hernández Gallego, neurólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Aunque el efecto de la diabetes en el cerebro ya se conocía, «esta es la primera vez que se cuantifica con mediciones concretas (volumen y flujo cerebral) a través de resonancia magnética», señala el experto español al comentar este estudio.
Precisamente con el objetivo de examinar de forma concreta la asociación entre diabetes tipo 2 y la merma de las capacidades neuronales, el equipo de investigadores de EEUU seleccionó a 40 personas cuya edad promedio era de 66 años. De éstos, 19 tenían diabetes tipo 2 y el resto estaban sanos. Valorando las historias clínicas de los participantes del primer grupo, detallan los autores de este trabajo, «llevaban en tratamiento alrededor de 13 años». El 100% de los miembros se sometieron a test de memoria y de inteligencia al inicio y a los dos años. También se sometieron a dos resonancias magnéticas específicas, con el fin de evaluar el volumen cerebral y el flujo sanguíneo. A su vez, se les extraía sangre para medir los niveles de azúcar.
Al cabo de los dos años, en las imágenes cerebrales de los pacientes con altos niveles de azúcar se observaron reducciones en su capacidad para regular el flujo sanguíneo en el cerebro. También tenían puntuaciones más bajas en varias pruebas de habilidades de la memoria y el pensamiento. Las personas con menor capacidad para regular el flujo de sangre al inicio del estudio tuvieron incluso mayores descensos en una escala que mide las habilidades para realizar tareas diarias como bañarse o cocinar.
En la prueba de aprendizaje y memoria, las puntuaciones de los diabéticos se redujeron en un 12%, pasando de 46 a 41 puntos a los dos años de estudio. Se situaban entre los 46 y los 41 puntos a los dos años de estudio. Por su parte, la población sin diabetes se mantenía en los 55 puntos de media. La regulación del flujo sanguíneo en el cerebro se redujo en un 65% en las personas con diabetes.
«La detección y el seguimiento de la regulación del flujo sanguíneo temprana pueden ser un importante predictor de cambios acelerados en las habilidades cognitivas e incluso en la capacidad para la toma de decisiones», argumenta Novak.
Según puntualiza el neurólogo español, Hernández Gallego, al comentar este estudio, hay que tener encuentra que «son diabéticos de larga duración y que no están bien controlados, porque a pesar del tratamiento, tienen los niveles de azúcar altos».
Lo mejor, agrega este galeno, es «mantener la adherencia al tratamiento y seguir las recomendaciones para tener controlados los niveles de azúcar en sangre». Aunque se trate de una enfermedad silente, asintomática, «si no se cuida, puede ocasionar serias consecuencias, como el síndrome del pie diabético (puede acabar con la aputación de la pierna), retinopatía deiabética, enfermedades del corazón, nefropatía diabética» (pérdida de función renal) y, dadas las últimas informaciones, también puede mermar la capacidad neuronal.
Como expone dicho neurólogo del Hospital 12 de Octubre, «a veces, cuando por determinados síntomas (dolores de cabeza, etc.) se le hace resonancia magnética a un diabético, se ven pequeños infartos cerebrales. No llegando a tener aún síntomas porque el volumen total de tejidos perdido es pequeño, pero la suma de dichas pérdidas llegarían a producir su deterioro y avisan de posibles problemas de merma neurológica».
Por su parte, los autores de este estudio reconocen que son necesarios más trabajos que involucren a una población más alta de participantes y por un periodo de tiempo más prolongado, para así poder «entender mejor la sincronización entre la regulación del flujo cerebral y los cambios en las habilidades de pensamiento y memoria».
Fuente: El Mundo.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social