Mosquiteros impregnados de antiparasitario evitan la transmisión del paludismo | Por: @linternista
Según los resultados de un estudio que fue publicado el 27 de febrero de 2019 en la revista «Nature», recubrir los mosquiteros con un fármaco antiparasitario -atovacuona- ha demostrado ser un sistema eficiente para prevenir la transmisión del paludismo o malaria.
Los mosquitos que se posaban en los mosquiteros ‘medicados’ quedaron completamente bloqueados y eran incapaces de desarrollar ‘Plasmodium falciparum’ (‘P. Falciparum’), el parásito que causa la enfermedad.
Las picaduras de mosquitos Anopheles transmiten los parásitos Plasmodium falciparum que causan la malaria, que mata a cientos de miles de personas cada año. Desde el comienzo de este siglo, los esfuerzos para prevenir la transmisión de estos parásitos a través de la distribución masiva de mosquiteros tratados con insecticida han sido extremadamente exitosos, y han llevado a una reducción sin precedentes en las muertes por malaria.
El estudio, dirigido por la Escuela de Salud Pública TH Chan dela Universidad de Harvard (EE.UU.), demuestra que los mosquitos absorben la atovacuona a través de sus patas y evita que los insectos desarrollen y propaguen el parásito. Los hallazgos indican que el tratamiento de los mosquiteros con atovacuona o compuestos similares sería una forma efectiva de reducir la carga de la malaria y mitigar significativamente el problema creciente de la resistencia a los insecticidas.
«Los mosquitos son organismos que han desarrollado resistencia contra cada insecticida que se ha usado para matarlos. Al eliminar el parásito de la malaria dentro del mosquito, en lugar de matarlo, podemos evitar esta resistencia y prevenir la transmisión del paludismo», afirma Flaminia Catteruccia, autora principal del trabajo.
Es una idea simple pero innovadora, añade, que además «es segura para las personas que usan mosquiteros y respeta el medio ambiente», agrega la investigadora.
La malaria representa un riesgo para casi la mitad de la población mundial. Anualmente, más de 200 millones de personas se enferman de malaria y más de 400.000 personas mueren a causa de ella. Durante los últimos 20 años, los mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración que matan a los mosquitos han reducido significativamente la carga mundial de malaria.
De hecho, se calcula que son responsables del 68% de todos los casos de malaria evitados desde el año 2000. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento en los mosquitos que son resistentes a los insecticidas de uso más común. En algunas zonas de alta prevalencia de malaria, existe una resistencia casi total a los piretroides, uno de los grupos clave de insecticidas actualmente en uso.
La disminución de la efectividad de los insecticidas es una emergencia de salud pública que amenaza con deshacer décadas de progreso hacia el control de la malaria y destaca la necesidad urgente de desarrollar nuevos enfoques para detener la propagación de la enfermedad.
En el presente trabajo se demuestra que el desarrollo de P. falciparum se puede bloquear rápida y completamente cuando los mosquitos Anopheles gambiae hembras toman concentraciones bajas de antimaláricos específicos de las superficies tratadas, condiciones que simulan el contacto con un mosquitero.
El objetivo inicial de este estudio era ver si se podían introducir antimaláricos, a través de las mosquiteros, a los mosquitos de manera similar como se hace con los insecticidas. En lugar de matar a los mosquitos, el objetivo era darles un tratamiento profiláctico para que no pudieran desarrollar y transmitir el parásito causante de la malaria.
Para probar el enfoque, recubrieron las superficies de vidrio con atovacuona y las cubrieron con un vaso de plástico. Luego se introdujeron mosquitos hembra en el vaso. Antes o inmediatamente después de que los mosquitos hicieran contacto con el vidrio cubierto con atovacuona, los científicos los infectaron con ‘P. Falciparum’. A lo largo del estudio, se expuso a los mosquitos a diferentes concentraciones de atovacuona y se mantuvieron en las tasas durante diferentes periodos de tiempo.
El estudio descubrió que el desarrollo de ‘P. Falciparum’ estaba completamente bloqueado a concentraciones relativamente bajas de atovacuona y cuando los mosquitos estaban expuestos durante solo seis minutos, lo que es comparable al tiempo que los mosquitos salvajes pasan en los mosquiteros tratadas con insecticida. Los científicos tuvieron un éxito similar al usar otros compuestos similares a la atovacuona. Aunque la atovacuona mató a los parásitos de manera efectiva, no tuvo efectos en la vida o reproducción del mosquito.
La exposición del mosquito a la atovacuona antes o poco después, la infección por P. falciparum causa la detención completa del parásito en el intestino medio y previene la transmisión de la infección. Se consiguen efectos de bloqueo de la transmisión similares utilizando otros inhibidores del citocromo b, lo que demuestra que la función mitocondrial del parásito es un objetivo adecuado para matar parásitos.
La incorporación de estos efectos en un modelo de dinámica de transmisión de la malaria predice que la impregnación de mosquiteros con inhibidores de Plasmodium mitigaría sustancialmente los efectos en la salud mundial de la resistencia a los insecticidas.
«Cuando aplicamos un modelo matemático sobre resistencia a insecticidas, rendimiento de mosquiteros y prevalencia de malariaa vimos que mosquiteras con atovacuona podrían reducir considerablemente la transmisión de la malaria, concluye el autor principal del artículo, Douglas Paton. Y añade: «lo que realmente nos emocionó es que también mostró que esta nueva intervención tendría el mayor impacto en las áreas con los niveles más altos de resistencia a los insecticidas contra los mosquitos».
Este estudio identifica una poderosa estrategia para bloquear la transmisión de Plasmodium por los mosquitos Anopheles hembra, que tiene implicaciones prometedoras para los esfuerzos para erradicar la malaria.
Fuentes: nature.com / abc.es