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¿Se imagina poder escribir con el poder del pensamiento? | Por: @linternista

Solo con el pensamiento se puede mover un cursor en una pantalla de la computadora y hasta escribir algunas palabras, gracias a un sistema (BrainGaté) capaz de convertir la actividad cerebral en órdenes dirigidas directamente al ratón.

Es lo que han conseguido hacer en EE.UU. dos personas tetrapléjicas con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), ambos autores de universidades estadounidenses (entre ellas, la de Stanford y California).

No es la primera vez que se alcanza este reto exponen los científicos, pero sí mejorar los resultados, así lo describe un artículo publicado en la revista Nature.

En esta ocasión, BrainGaté, que ya ha formado parte de otros ensayos con animales y también con humanos, ha demostrado mayor precisión con el movimiento del cursor de un punto a otro y en menos de la mitad de tiempo de lo que se había conseguido hasta la fecha.

De ahí que los expertos implicados decidieran aprovechar esta tecnología para realizar actividades más rutinarias, como la escritura.

«Para hacer la transición de la investigación al uso generalizado en la clínica, es necesario lograr un sistema con mejor rendimiento», explican los expertos.

Jaimie Henderson, del departamento de neurocirugía de la Universidad de Stanford (California, EEUU), y su equipo transformaron el sistema de prótesis neuronales que aplicaron en estudios previos con primates no humanos para su uso en humanos con ELA en un marco de ensayo clínico.

El procedimiento, consiste en una pequeña matriz de microelectrodos (de 4 x 4 milímetros) implantados en el cerebro capaz de registrar la actividad de la corteza motora correspondiente a los movimientos del dedo imaginario (en enfermos con parálisis severas) y utiliza dicha información para controlar dispositivos externos (el ratón en este trabajo).

La matriz estaba acoplada a un cursor neuroprotésico, de forma que los movimientos del mismo lograban ser más precisos y más rápido. Cuando los pacientes escribían con el cerebro, llegaban a ‘teclear’ 115 palabras en menos de 19 minutos (seis por minuto).

Eduardo Fernández Jover, del grupo de neuroingeniería biomédica de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, España, señala al comentar el artículo que: «Aunque esta velocidad puede parecer muy lenta, tenemos que pensar en lo que ello puede representar para facilitar la comunicación y la interacción con otras personas».

Este ensayo en concreto presenta dos novedades, aunque el proceso de decodificación de la actividad cerebral es común en esta línea de investigación. En primer lugar, se ha desarrollado en pacientes con ELA (no con daño cerebral) y, en segundo lugar, se ha llevado a cabo en sus casas, no en un laboratorio. «Esto implica optimizar el sistema a la hora de procesar las señales bioeléctricas, su descifrado, los algoritmos de control, etc.», agrega Fernández Jover.

«En el entorno familiar se presentan más dificultades (como los ruidos y las distracciones) y aun así, los pacientes realizaban el movimiento del cursor con más rapidez». Aparte de la tecnología, probablemente, «la mejor calidad de resultados tenga relación con que en las personas con ELA, el cerebro funciona perfectamente», concluye el investigador español.

Lo que les ocurre a las personas con ELA (en el mundo, aproximadamente cinco de cada 100.000) es que van perdiendo fuerza muscular a medida que las neuronas motoras se deterioran y dejan de enviar mensajes a los músculos, por lo que, de forma progresiva, pierden capacidad para mover los brazos, las piernas y el resto del cuerpo. Cuando los músculos de la caja torácica se ven afectados, se vuelve difícil respirar.

Los propios autores apuntan que la causa de los problemas motores puede influir en el rendimiento, que en estos dos casos «es el mayor registrado en humanos hasta la fecha».

Precisamente por esta razón, justifica Fernández Jover, «creo que es importante ser capaces de desarrollar dispositivos y sistemas que se adapten a las características específicas de cada patología y de cada paciente». En este sentido, argumenta el especialista español, «con los avances en el conocimiento de muchas enfermedades neurológicas y en disciplinas como las neurociencias, la ingeniería, la genética, la tecnología farmacéutica o los biomateriales, seremos capaces de diseñar nuevas formas de prevenir y tratar dichas enfermedades».

«Las mejoras en neurotecnología son una necesidad para el futuro y pueden llegar a representar una opción terapéutica esencial para aumenta la calidad de vida de muchas personas», termina agregando.

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Fuente: El Mundo.

Daniel Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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