Mueren más personas por muerte súbita cardíaca que por cualquiera de los tipos de cáncer más frecuentes | Por: @rigotordoc
La muerte súbita es aquella que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana y se encontraba «aparentemente» sana y en buen estado en las 24 horas previas.
Su causa principal es una arritmia cardíaca llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir. De esta forma, la víctima pierde en primer lugar el pulso, y en pocos segundos, pierde también la conciencia y la capacidad de respirar. Si no recibe atención inmediata, la consecuencia es el fallecimiento al cabo de unos minutos.
La fibrilación ventricular produce una actividad eléctrica cardíaca caótica que no es capaz de generar un latido cardiaco efectivo, por tanto el corazón deja de bombear la sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo del cerebro y del resto del cuerpo.
Las víctimas de muerte súbita presentan de manera brusca una pérdida completa del conocimiento y no responden a ningún tipo de estímulo. Pueden tener los ojos abiertos o cerrados, y en seguida, dejan de respirar. Sin atención, el color de la piel pierde rápidamente el tono rosado habitual y se torna azul violáceo y si no se les aplican las maniobras de reanimación cardiopulmonar, irremediablemente morirán en pocos minutos.
Es importante tener en cuenta que el órgano más vulnerable es el cerebro. Unos pocos minutos de parada cardíaca pueden ser la causa de lesiones cerebrales graves e irreversibles; de hecho, estas son las principales secuelas en los pacientes que son reanimados.
Si bien la fibrilación ventricular, a menudo precedida por taquicardia ventricular, ha sido la arritmia predominante que se manifiesta durante la MSC, la actividad eléctrica sin pulso y las bradicardias también pueden interrumpir la actividad mecánica del corazón y causar una circulación inviable.
El riesgo de MSC aumenta notablemente con la edad, con una incidencia 100 veces menor en adolescentes y adultos menores de 30 años que en adultos mayores de 35 años.
Aproximadamente dos tercios de las mujeres que se presentan con MSC no tienen enfermedad cardíaca detectada previamente, en comparación con el 50% en los hombres. Además, las mujeres que la presentan parecen tener una mayor prevalencia de corazones estructuralmente normales que los hombres.
La fibrilación ventricular es muy rara en corazones sanos. En personas mayores de 35 años, la causa más frecuente es el infarto agudo de miocardio. Por el contrario, en las personas jóvenes suele estar relacionada con enfermedades cardíacas previas que pueden afectar tanto al músculo del corazón (miocardiopatías), como a la actividad eléctrica del mismo (canalopatías), explicadas más adelante.
La proporción de actividad eléctrica sin pulso entre los casos de paro cardíaco ha aumentado constantemente durante las últimas tres décadas, y la proporción de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular como el ritmo documentado inicial durante el paro cardíaco ha disminuido de manera correspondiente.
Se estima que la incidencia anual de muerte súbita cardíaca en el mundo occidental oscila entre 50 y 100 por 100.000 en la población general, y en todo el mundo en el rango de 4 a 5 millones de casos por año.
En Asia y entre los asiáticos que viven en occidente, la incidencia informada de MSC ha sido algo menor, pero debido a la falta de métodos y definiciones uniformes, es dificil de comparar y combinar en los diferentes estudios realizados. Además, a diferencia de la FA para la cual hay al menos algunos datos disponibles de la mayoría de las partes del mundo, es prácticamente imposible estimar la incidencia de MSC en países que carecen de sistemas funcionales de respuesta inmediata.
A pesar de las mejoras significativas en la prevención primaria y secundaria que han reducido sustancialmente la mortalidad general por enfermedad coronaria en las últimas décadas, las tasas de MSC en particular han disminuido en menor medida.
Las estimaciones indican que la MSC representa aproximadamente el 50% de todas las muertes por cardiopatía coronaria y entre el 5% y el 15% de la mortalidad general, lo que indica en gran parte la falta de adjudicación estandarizada de casos en los estudios epidemiológicos.
Desde una perspectiva de salud pública en los Estados Unidos, la carga de muerte prematura para los hombres (2.04 millones de años de vida potencial perdidos) y mujeres (1.29 millones de años de vida potencial perdidos) fue mayor para MSC que para todos los cánceres individuales.

A pesar de los esfuerzos para aumentar la reanimación cardiopulmonar, el uso más amplio de desfibriladores externos automáticos (excepto en Venezuela donde NO HAY) y los avances más importantes en la reanimación cardiopulmonar y la atención posterior a la reanimación, la supervivencia de un paro cardíaco fuera del hospital (en naciones del primer mundo) sigue siendo deficiente, y solo aproximadamente el 8% de los pacientes sobreviven.
Si el ritmo inicial de presentación es la fibrilación o la taquicardia ventricular, y son aplicadas a tiempo las medidas de reanimación cardiopulmonar, se informaron tasas de supervivencia de más del 25%, en comparación con menos del 5% si el paro cardíaco se presenta con actividad eléctrica sin pulso o asístole.
¿Cuál es la causa de la muerte súbita cardíaca?
La fisiopatología de la MSC es compleja e incluye un sustrato anormal del músculo cardíaco (miocardio) o un sustrato eléctrico, así como factores transitorios que desencadenan las arritmias ventriculares letales que conducen al colapso hemodinámico y al paro cardíaco. Sin embargo, en un número significativo de casos de MSC, no se puede identificar un desencadenante aparente de arritmia.
La afección cardiovascular subyacente más común que predispone a la MSC es la cardiopatía isquémica, que representa aproximadamente el 80% de todas las MSC, aunque en pacientes más jóvenes otras patologías cardíacas son más frecuentes.
La manifestación de arritmias letales en la cardiopatía isquémica puede ser aguda o crónica. La isquemia miocárdica aguda puede ocurrir debido a la ruptura de la placa y la trombosis, la estenosis grave crónica en una o más de las arterias coronarias principales o el vasoespasmo coronario, creando un sustrato vulnerable que se manifiesta con fibrilación ventricular o taquicardia ventricular polimórfica.
Alternativamente, la dilatación ventricular y la formación de cicatrices debidas a un infarto de miocardio previo es una manifestación crónica, que es más probable que resulte en una taquicardia ventricular monomórfica, que en última instancia conduce a la fibrilación ventricular.
Las miocardiopatías, como la miocardiopatía dilatada, la miocardiopatía hipertrófica, la miocardiopatía ventricular arritmogénica y las miocardiopatías infiltrativas (por ejemplo, sarcoidosis, miocarditis de células gigantes y amiloidosis) representan la segunda mayor cantidad de muertes súbitas por causas cardíacas.
En la miocardiopatía dilatada, la MSC representa al menos el 30% de la mortalidad general, que se produce anualmente en el 8-10% de los pacientes de clase I funcional de la New York Heart Association (NYHA) y en el 20% de los pacientes de clase II-IV. Sin embargo, al menos el 50% de las muertes entre los pacientes con miocardiopatía dilatada clase I de la NYHA son repentinas, en contraste con solo el 20% al 30% en la clase IV de la NYHA, donde el fallo más frecuente de la bomba es el mecanismo más común de muerte en comparación con la arritmia letal.
Entre los pacientes con miocardiopatía hipertrófica, la tasa combinada de arritmias que ponen en peligro la vida y la MSC es menor, menos del 1% por año. El riesgo informado de MSC en la miocardiopatía ventricular arritmogénica varía notablemente, posiblemente debido a las diferentes características iniciales de los pacientes, con tasas anuales de fibrilación ventricular o MSC que varían desde 0,1% en familiares afectados hasta tan solo 5–8% en receptores de desfibrilador cardioversor implantable.
Otras enfermedades cardíacas estructurales, como las cardiopatías valvulares y congénitas, así como los trastornos cardíacos inflamatorios e infiltrativos adquiridos, representan solo un pequeño número de MSC en la población general.
A menudo se incluyen en la categoría de MSC sin enfermedad cardíaca manifiesta los pacientes con enfermedades cardíacas estructurales subclínicas, como la miocarditis y el espasmo coronario.
Por último, 5 a 10% de las víctimas de paro cardíaco no muestran evidencia de anomalías estructurales en la autopsia. Las condiciones responsables de la MSC en estos casos son anomalías de la despolarización y repolarización cardíacas, debidas a anomalías hereditarias de los canales iónicos o disfunción metabólica, electrolítica o inducida por fármacos.
Estas enfermedades principalmente eléctricas, o canalopatías, incluyen síndrome de QT largo, síndrome de Brugada, síndrome de QT corto, taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica y síndrome de repolarización temprana.
Sin embargo, en un subgrupo de pacientes, la etiología de la MSC permanece sin explicación y la afección se conoce como fibrilación ventricular idiopática o síndrome de muerte súbita arrítmica.
¿Qué hacer ante un episodio de parada cardíaca?
La desfibrilación es la medida más eficaz para el tratamiento de la parada cardíaca: Consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada con un dispositivo que se conoce como desfibrilador.
Lo primero que hay que hacer es solicitar atención médica de emergencia, llamando al teléfono de emergencias local o nacional de cada ciudad o país o al número del sistema de emergencias médicas al que esté afiliada la víctima; en Venezuela existe el número 171 del Sistema Integral de Emergencia y cada operadora celular tiene su propio número.
A la hora de solicitar la ayuda es muy importante explicar que la persona que tenemos delante está sufriendo una parada cardíaca. Si se hace de forma correcta, el personal del equipo de emergencias enviará lo más rápidamente posible un equipo médico capaz de atender a la víctima.
Mientras esperamos que llegue la ayuda, el siguiente paso es comprobar el estado del paciente. Para ello, mueve suavemente a la víctima por el hombro, valorando si tiene algún tipo de respuesta. Comprueba también si tiene pulso o no y si respira o no.
Los procedimientos a seguir a continuación, dependerán de si en el lugar se dispone de un desfibrilador semiautomático o no. El tiempo es vital en una persona que sufre una parada cardíaca, puesto que cada minuto que pasa sin que iniciemos las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP, explicadas más adelante) y/o uso del desfibrilador se reducen las posibilidades de supervivencia un 10%.
La rapidez es un factor esencial para aumentar el índice de supervivencia ante una parada cardíaca. El retraso en comenzar las maniobras de RCP o el uso del desfibrilador ocasiona daño neurológico y las secuelas pueden ser irreversibles. La mayoría de las paradas cardíacas extrahospitalarias, desafortunadamente, no sobreviven antes de llegar al hospital.
Si el uso del desfibrilador se produce en los 3 minutos después del paro cardíaco la supervivencia aumenta un 73% y si se utiliza en menos de 5 minutos las posibilidades se reducen hasta el 50%.
Si el paciente presenta una parada cardíaca, no respira y disponemos de un desfibrilador, debemos descubrir el pecho de la víctima y colocar los parches adhesivos que encontraremos en el interior del dispositivo. Es importante que no dejemos de realizar RCP mientras hacemos esta maniobra.

Una vez colocados los parches adhesivos, se deben seguir las instrucciones visuales/sonoras del dispositivo. En el caso de aplicar una descarga, el DESA nos informará y nos dirá que pulsemos una luz roja intermitente para llevarla a cabo. Tras aplicar la descarga, se debe continuar con las maniobras de RCP hasta que llegue la unidad con el equipo de emergencias.
Si el paciente presenta una parada cardíaca, no respira y NO disponemos de desfibrilador, se deben realizar técnicas de reanimación cardiopulmonar mientras llega el equipo de emergencia. Aunque es una medida bastante conocida, se ha comprobado que la respiración boca a boca resulta innecesaria e ineficaz, ya que lo realmente importante es realizar un masaje cardíaco correcto. Para ello, se deben poner ambas manos en el centro del pecho del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto cuerpo de la víctima.
Hay que comprimir el esternón hacia abajo unos 4-5 cm, con una frecuencia aproximada de 100 veces por minuto (lo que equivale a comprimir 25 veces cada 15 segundos, unas 1,6 veces por segundo), e intentar que las compresiones sean rítmicas y regulares, es decir, con las mínimas interrupciones posibles, de otra manera NO serán efectivas. El masaje cardíaco se debe mantener hasta que la víctima recupera el conocimiento o hasta que llegue la asistencia médica.
La muerte cardíaca súbita sigue siendo un problema de salud global importante, pero es un desafío particular para evaluar en ausencia de un sistema de respuesta médica de emergencia que la mayoría de las regiones y países del mundo, especialmente subdesarrollados, todavía no puedan proporcionar.
Sin embargo, según la información de varias regiones del mundo, ha habido un cambio de paradigma relacionado con una mayor prevalencia de presentaciones no conmocionables (actividad eléctrica sin pulso, asistolia) en comparación con los ritmos de descarga (fibrilación / taquicardia ventricular).
Si bien continuamos aprendiendo más sobre la carga global de arritmias, existe una necesidad importante de mejorar la vigilancia de estas condiciones y extenderla a todas las regiones del mundo.
Referencias:
- Aapo L. Aro and Sumeet S. Chugh. Epidemiology and global burden of arrhythmias. DOI: 10.1093/med/9780198784906.003.0064
- Rodríguez Mañero, Moisés. MUERTE SÚBITA. https://fundaciondelcorazon.com/informacion-para-pacientes/enfermedades-cardiovasculares/muerte-subita.html
- DESFIBRILADOR SEMIAUTOMÁTICO (DESA). https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/rcp-reanimacion-cardiopulmonar-salvar-vida/desa.html
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
Ambulatorio Medis.
Av. José María Vargas. Centro Comercial Santa Fe.
Nivel C3. Consultorio 2.
Caracas. Venezuela.