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La presencia de disfunción eréctil es un predictor de eventos cardiovasculares y de cardiopatía isquémica | Por: @linternista

Según un reciente estudio publicado el 11 de junio en la versión electrónica de Circulation, la disfunción eréctil fue un predictor significativo tanto de eventos graves de cardiopatía isquémica (infarto de miocardio, paro cardíaco resucitado, y muerte por cardiopatía isquémica, relación de riesgo, 2.5) y enfermedad cardiovascular (índice de riesgo, 2.6).

Los investigadores utilizaron datos del estudio multiétnico de la aterosclerosis (MESA), aún en curso, y encontraron que los hombres que referían disfunción eréctil tenían un incremento en los riesgos de enfermedad coronaria y eventos de enfermedad cardiovascular en el seguimiento a 3,8 años.

“Nuestros hallazgos fortalecen la evidencia existente de una relación independiente entre la disfunción eréctil y la enfermedad cardiovascular inicial, y podrían tener importantes implicaciones para la estratificación del riesgo en hombres de edad madura”, concluyen el Dr. Michael J. Blaha, maestro en salud pública, de la División de Cardiología, en el Johns Hopkins Ciccarone Center for the Prevention of Heart Disease, en Baltimore, Estados Unidos, y sus colaboradores.

En la actualidad, la disfunción eréctil no se incluye en las guías estadounidenses para la predicción del riesgo, señalan. “Nuestros resultados pueden justificar un tratamiento más intensivo en estos pacientes”.

 

Factores de riesgo comunes

La disfunción eréctil vascular y la enfermedad cardiovascular tienen factores de riesgo en común, como obesidad, hipertensión, síndrome metabólico, diabetes y tabaquismo, escriben los investigadores. También tienen mecanismos patológicos subyacentes similares, como disfunción endotelial, inflamación y aterosclerosis, advierten.

“Pese a estas relaciones estrechas, es limitada la evidencia que documenta la disfunción eréctil como un predictor independiente de futuros eventos de enfermedad cardiovascular”, afirman.

Para este análisis, los investigadores utilizaron datos del estudio MESA, un estudio de cohortes multicéntrico, prospectivo, de base poblacional y étnicamente diverso, con el fin de analizar la utilidad de la disfunción eréctil autonotificada para pronosticar la aparición inicial de cardiopatía isquémica y enfermedad cardiovascular en participantes que no tenían enfermedad cardiovascular al inicio.

Incluyeron a 1.914 participantes del género masculino que acudieron a la quinta consulta del estudio MESA y dieron respuesta a la pregunta única sobre síntomas de disfunción eréctil del Massachusetts Male Aging Study. La edad media de los 1914 participantes fue de 69 ± 9,2 años y el 42,3% eran blancos, el 24,2% afroamericanos, el 10,5% chinos americanos y el 22,9% hispanos. Se consideró que los participantes tenían disfunción eréctil si respondían “a veces pueden” o “nunca pueden”, escriben los autores. Los síntomas de disfunción eréctil fueron reportados por 877 de los participantes (45,8%).

Se excluyó a otros 155 participantes debido a que tuvieron un evento de enfermedad cardiovascular antes de la quinta consulta, quedando 1.757 que fueron objeto de seguimiento durante 3,8 años para detectar eventos duros de enfermedad coronaria, como infarto de miocardio, paro cardiaco con reanimación y muerte por enfermedad coronaria, y eventos duros de enfermedad cardiovascular, como todos los eventos de enfermedad coronaria más accidente cerebrovascular y muerte por accidente cerebrovascular.

Durante 3,8 años de seguimiento, hubo un total de 40 eventos duros de enfermedad coronaria y 75 eventos duros de enfermedad cardiovascular. Una proporción significativamente mayor de participantes con disfunción eréctil (DE) experimentaron eventos duros que aquellos sin disfunción eréctil (eventos duros de cardiopatía isquémica (CI): 3.4% versus 1.4%, P <0.001; eventos duros de enfermedad cardiovascular (ECV): 6.3% versus 2.6%, P <0.001).

En los modelos de Cox no ajustados, DE fue un predictor significativo de los eventos de CI duro (razón de riesgo, 2.5) y ECV (razon de riesgo, 2.6). En los modelos completamente ajustados (modelo 3), la DE siguió siendo un predictor significativo de eventos ECV duros (razón de riesgo: 1,9; 95%), mientras que los eventos de CI dura no fueron significativos, aunque con una estimación puntual de riesgo similar (Figura).

En el análisis transversal de tiempo desplazado, también se observó una asociación significativa entre el evento previo de ECV y el DE en la visita 5 (razón de riesgo, 2,1; 95%), que se mantuvo significativo pero atenuado por el uso de medicación y depresión en el totalmente ajustado modelos (razón de riesgo, 1.7).

Tabla 1. Eventos duros con o sin disfunción eréctil
Variable

Con disfunción eréctil (%)

Sin disfunción eréctil (%)

Valor de p

Eventos duros de enfermedad coronaria

3,4

1,4

< 0,001

Eventos duros de enfermedad cardiovascular

6,3

2,6

< 0,001

En los modelos de riesgos proporcionales de Cox no ajustados, la disfunción eréctil fue un predictor significativo de eventos duros tanto de enfermedad coronaria como de enfermedad cardiovascular, pero después del ajuste completo con respecto a factores como edad, raza/grupo étnico, formación educativa, antecedente de tabaquismo, diabetes mellitus, antecedente familiar de enfermedad coronaria, cociente de colesterol total/de lipoproteínas de alta densidad, presión arterial sistólica, uso de antihipertensivos e hipolipidemiantes, así como depresión y uso de β-bloqueantes, la disfunción eréctil permaneció como un predictor significativo de eventos de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, la relación con los eventos duros de cardiopatía isquémica se volvió estadísticamente no significativa, “pese a una estimación puntual similar”, escriben los autores.

Tabla 2. Riesgo ajustado para eventos duros de disfunción eréctil frente a no disfunción eréctil
Variable

Razón de riesgo no ajustada

  Razón de riesgo completamente ajustada

Eventos duros de enfermedad coronaria

2,5

1,8

Eventos duros de enfermedad cardiovascular

2,6

1,9

Los autores señalan que una limitación de su análisis es que la pregunta única sobre disfunción eréctil no distingue entre los tipos de disfunción eréctil vascular y no vascular, lo cual puede haber atenuado la relación entre disfunción eréctil y enfermedad cardiovascular. Además, dado que el seguimiento fue de solo 3,8 años “se necesitan datos de 10 años adicionales sobre la utilidad de la disfunción eréctil para predecir el riesgo”.

“En conclusión, nuestro estudio proporciona algunas de las evidencias más sólidas hasta el momento para determinar el valor predictivo independiente de la disfunción eréctil en una cohorte moderna, multiétnica y bien fenotipificada”, concluyen los autores.

Fuente: espanol.medscape.com

Referencia: Uddin SMI, Mirbolouk M, Dardari Z, Feldman DI, y cols. Erectile Dysfunction as an Independent Predictor of Future Cardiovascular Events: The Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis. Circulation. 11 Jun 2018. pii: CIRCULATIONAHA.118.033990. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.118.033990. PMID: 29891569. Resumen

Comité editorial medicinapreventiva.info

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