Beber dos tragos alcohólicos por día no es perjudicial para la salud cardiovascular | Por: @rigotordoc
Dos nuevos estudios publicados ofrecen nuevas pruebas de que beber dos bebidas alcohólicas por día no es perjudicial para la salud cardiovascular. El primer estudio, publicado en Lancet Public Health [1], un meta-análisis de 36 ensayos, demostró que la reducción de la ingesta de alcohol redujo la presión arterial de una manera dependiente de la dosis.
La reducción del consumo de alcohol no tuvo un efecto significativo en la presión arterial para las personas que tomaban hasta dos bebidas alcohólicas por día, pero se asoció con una reducción de la PA para los que bebían más allá de este nivel.
Las personas que acusaron beber seis o más bebidas al día al inicio del estudio y redujeron la ingesta a aproximadamente la mitad, tuvieron la reducción más grande de la PA sistólica (diferencia promedio -5,50 mm Hg) y de la PA diastólica (diferencia promedio -3,97 mm Hg).
Según el autor principal Dr. Michael Roerecke, «Para los grandes bebedores, una reducción en el consumo de alcohol a dos o menos bebidas al día, podría ser la primera opción en el tratamiento de la hipertensión», (Centro para la Adicción y la Salud Mental, Toronto, ON).
El segundo estudio, publicado en J Am Heart Assoc 2017 [2] tomó una visión larga del consumo de alcohol durante un lapso de 25 años y su asociación con los cambios en la rigidez arterial medida por la velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral (pulse-wave velocity, PWV).
Se ha demostrado que la PWV es un marcador pronóstico fiable para morbilidad y mortalidad cardiovascular, que en la medida que se evidencian mayores valores de PWV , indican una mayor rigidez arterial.
Después de analizar los datos de 3.869 empleados, en su mayoría varones (73%) en el estudio de cohortes Whitehall II cohort study, los investigadores británicos encontraron que los hombres que regularmente bebían cantidades elevadas de alcohol (> 3.9 onzas de etanol / semana o aproximadamente > 14 porciones / semana) tuvieron valores basales de PWV más altos que bebedores moderados (< 3.9 onzas de etanol / semana) (b = 0.26 m / S, P = 0,045).
Se observó un efecto similar en las mujeres eran altas consumidoras regulares de alcohol en modelos ajustados por factores demográficos y de estilo de vida (b = 0,73 m / s, p = 0,029), pero la asociación ya no era significativa después del ajuste completo, incluyendo covariables clínicas (b = 0,42 m / s, P = 0,169)
Según explicó el autor principal Dr. Darragh O’Neill (University College de Londres, Reino Unido), «comparado con grandes consumidores, se sabe que la ingesta moderada de alcohol está asociada con un mayor colesterol de alta densidad (HDL), un factor protector contra el endurecimiento arterial».
Los participantes de la cohorte Whitehall II fueron reclutados entre 1985 y 1988 (rango de edad de 34 a 56 años) y se registró el auto-reporte de consumo de alcohol hasta 2009. La PWV se midió al inicio y luego durante el seguimiento en 2012 y 2013.
Los hombres eran más propensos a ser grandes bebedores (17,7% estables, 27,9% inestables) que las mujeres, que tuvieron más de dos veces más probabilidades de ser no bebedoras estables (8,2%) y ex bebedoras (18,7%). Mientras que pocos entre ambos sexos eran fumadores actuales, 68% de los hombres y 74,1% de las mujeres fallaron cumplir con los niveles de ejercicio semanal recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Los valores medios de PWV aumentaron significativamente entre los varones de 8,5 m/s al inicio hasta 9,1 m/s en el seguimiento y de 8,2 m/s a 8,7 m/s entre las mujeres (P <0,001 para ambos).
Aunque todos los tipos de bebedores, independientemente del sexo, tuvieron aumentos en sus PWV desde el inicio durante el seguimiento, sólo los hombres exbebedores tuvieron una progresión acelerada significativa de la rigidez arterial (b = 0,11 m/s, p = 0,009).
Roerecke y colaboradores escribieron en su trabajo de metaanálisis que «una reducción tanto del consumo de alcohol como de la presión sanguínea tienen el potencial de beneficios sustanciales sinérgicos en salud en términos de morbilidad, mortalidad y costos de atención médica, sin embargo, sólo alrededor de la mitad de las pautas para el manejo de la hipertensión en todo el mundo recomiendan reducir el consumo de alcohol para reducir la presión arterial elevada».
Según sus cálculos, si la mitad de los residentes del Reino Unido que beben más de dos tragos al día reducen su ingesta de alcohol, la proporción de personas con presión arterial sistólica > 140 mmHg disminuiría un 4,4% para los hombres y un 1,2% para las mujeres, con una mayoría de efectos que emergería a mediados de la edad adulta. Esta reducción en la PA se traduciría en la prevención anual de 7.272 hospitalizaciones y 678 muertes cardiovasculares.
Referencias:
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Roerecke M, Kaczorowski J, Tobe SW, et al. The effect of a reduction in alcohol consumption on blood pressure: a systematic review and meta-analysis. Lancet Public Health 2017; DOI:10.1016/S2468-2667(17)30003-8. Article
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O’Neill D, Britton A, Brunner EJ, et al. Twenty-five-year alcohol consumption trajectories and their association with arterial aging: a prospective cohort study. J Am Heart Assoc 2017; DOI:10.1161/JAHA.116.005288. Article
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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