La levadura roja de arroz reduce en un 22 por ciento el colesterol y los triglicéridos | Por: @linternista
Un preparado farmacéutico a base de levadura roja de arroz reduce en un 22 por ciento el colesterol y los triglicéridos, y por tanto el riesgo de enfermedad cardiovascular, sin efectos secundarios apreciables, según los resultados de un estudio presentado en el X Congreso Internacional de Fitoterapia organizado por la Sociedad Española de Fitoterapia (Sefit) y la Sociedad Asturiana de Fitoterapia (SAF), el pasado mes de mayo.
La levadura roja de arroz es un producto obtenido a partir de una levadura que crece sobre este cereal. De hecho, el arroz así fermentado ha servido como elemento de la dieta durante siglos en algunos países asiáticos. Tal y como explica Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta de Infito, «la levadura roja de arroz (Monascus purpureus) contiene un conjunto de hasta 14 sustancias que se conocen como monacolinas, pertenecientes a la categoría de las estatinas –fármacos para bajar el colesterol–, entre las que destacan la monacolina K y la monacolina L. Contiene también ácidos grasos mono y poliinsaturados, fitoesteroles, isoflavonoides y pigmentos que le dan el color rojo».
Para comprender su mecanismo de acción, Navarro explica con detalle que «es múltiple: por un lado, las monacolinas, al igual que el resto de las estatinas naturales o sintéticas son capaces de inhibir la HMG-CoA reductasa, enzima llave en la síntesis del colesterol; por otro, su contenido en ácidos grasos mono y poliinsaturados y fitoesteroles contribuye a la disminución de lípidos plasmáticos y a evitar la oxidación del colesterol ‘’malo’’ o LDL». En este sentido, la doctora Miren Morillas, vocal de la Sección de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), matiza que «en concreto, la monocolina K es como una estatina natural que, a dosis muy bajas junto con un estilo de vida saludable, es decir, dieta y ejercicio, contribuye a bajar las cifras de colesterol».
En cuanto a las indicaciones de la levadura roja de arroz, Navarro sostiene que, «cuando en una persona se superan ampliamente los niveles máximos de colesterol, es el médico quien debe establecer el tratamiento más idóneo, junto con la dieta y el ejercicio. En caso de que los valores del colesterol total y del ‘‘malo’’ o LDL superen en un 10-15 por ciento las cifras establecidas como normales, se puede intentar la normalización de estos valores mediante la aplicación de intervenciones dietéticas y ejercicio y contar en estos casos con el apoyo de determinados suplementos dietéticos. Entre ellos, destacan los elaborados con levadura roja de arroz, con fitosteroles, preparados de ajo, etc».
A nivel general para toda la población, Morillas recomienda que «las cifras de colesterol para todos cuánto más bajas mejor, pero a la hora de marcar de qué forma pasamos de hacer un estilo de vida saludable y ejercicio y en qué momento buscamos otros recursos depende del riesgo del paciente. Los cardiólogos, que vemos mucha prevención secundaria, es decir, personas que ya han tenido enfermedades cardiovasculares o tienen factores de riesgo y un suplemento de este tipo se queda muy corto. Se puede recurrir a ellos cuando la persona es intolerante a las estatinas y puede ser un coadyuvante con otro tipo de hipolipemiantes para intentar que se acerque a las cifras recomendadas.
Sin embargo, la levadura roja de arroz tiene más cabida en prevención primaria, es decir, en aquellas personas que tienen un colesterol alto familar, pero todavía no alcanzan el nivel de riesgo, pero sabemos que esas cifras no son buenas para él. La persona que recurre, además de dieta y ejercicio, a suplementos funcionales y que le ayuden a minimizar su riesgo es positivo. Incluso, a veces la persona acepta mejor cuando hay una enfermedad probada y queremos reducir un riesgo antes que pasar directamente a darles un tratamiento farmacológico más agresivo».
En esta misma línea se posiciona la doctora Beatriz Fuertes, cardióloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid quien añade que «el beneficio cardiovascular de las estatinas no sólo se encuentra en que bajan el nivel del colesterol del paciente, sino en que protegen el endotelio (recubrimiento interno de los vasos sanguíneos). Cuando el endotelio se inflama provoca la aterosclerosis. Las personas que han padecido un infarto, que tienen una angina de pecho, portan un stent o son diabéticos no pueden dejar de tomar estatinas, aunque logren reducir sus niveles de colesterol, porque este fármaco también cuida de su endotelio».
El aval científico de este producto establece sus limitaciones en cuanto a un uso generalizado. Fuertes sostiene que «es un alimento muy utilizado en la cocina oriental, que consigue reducir los niveles de colesterol (sobre todo el colesterol ‘‘malo’’ o LDL), pero existen escasos estudios que demuestren la disminución de episodios de enfermedades cardiovasculares, por lo que no está reconocido su uso en pacientes con cardiopatía con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, en Estados Unidos, ha surgido la polémica al detectar sustancias cancerígenas en varios preparados comerciales de levadura roja de arroz, por lo que es muy importante regular y controlar su composición y venta».
Un metaanálisis español publicado en el último número de la revista de la Sociedad Española de Arterioesclerosis confirma que la combinación entre levadura roja de arroz y policosanol resulta eficaz para la mejora del perfil lipídico al conseguir reducir los niveles de colesterol y triglicéridos. Tanto la levadura roja de arroz como los policosanoles de la caña de azúcar tienen un efecto hipolipemiante, «de manera que pueden ser una opción útil para los pacientes con dislipemia y riesgo cardiovascular bajo o moderado, pues actúan sobre los valores de LDL y HDL», destaca el doctor Miguel Martín Almendros, coordinador del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Además, el policosanol tiene actividad antioxidante, antiagregante, antiisquémica y antitrombótica.
Sin embargo, nada de lo anterior sirve si no se sigue un patrón de vida saludable que incluya una adecuada alimentación y la práctica regular de ejercicio físico. Conchi Maximiano Alonso, del comité de prensa de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma), advierte de que «nunca un suplemento por sí mismo va a reducir los niveles de colesterol, sino enmarcado dentro de una alimentación saludable, y aún mejor, bajo la supervisión de un nutricionista». Por tanto, no es de extrañar que todos los expertos coincidan en que, de entrada, la dieta es el mejor «fármaco» para bajar el colesterol. «Las recomendaciones en personas con el colesterol elevado o hipercolesterolemia pasan por cambiar sus hábitos y estilo de vida. La mejor forma es mantener una dieta equilibrada compuesta por alimentos bajos en colesterol, disminuir el consumo de aquellos alimentos especialmente grasos, y en concreto los ricos en grasas saturadas. Además, es importante realizar ejercicio físico de forma regular porque ayudará a prevenir otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular que con frecuencia se asocian a la hipercolesterolemia, como son la hipertensión, la obesidad y la diabetes», recuerda Maximiano.
En este sentido, no hay que olvidar los resultados obtenidos del estudio Predimed, en el que «se evaluó el impacto de la adhesión a la dieta mediterránea sobre distintos factores implicados en la salud cardiovascular se concluye que las personas que siguieron con mayor fidelidad este tipo de dieta presentan mejores valores de colesterol total y LDL. Como es bien conocido, esta dieta se encuentra caracterizada por la ingesta de legumbres, pescado, cereales, frutas y verduras frescas, aceites como el de oliva, rico en ácidos grasos insaturados y distintos derivados lácteos», concluye la presidenta de Infito.
Fuente: larazon.es