Al parecer el consumo moderado de alcohol NO es bueno para la salud | Por: @linternista
Siempre se ha sabido que el alcohol consumido en exceso es una de las primeras causas globales de enfermedad, discapacidad y muerte. Tal es así que, como alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol fue responsable solo en 2012 de cerca de 3,3 millones de muertes en todo el planeta.
Pero, ¿un consumo moderado de alcohol es realmente beneficioso? Se venía diciendo que el consumo moderado de alcohol es bueno para la salud, hasta el punto de que muchas personas beben un vaso de vino en las comidas con el objetivo de vivir más años y con una mejor salud. Pues según una revisión de los estudios al respecto llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Victoria (Canadá), este beneficio resulta, cuando menos, cuestionable.
Concretamente, la investigación, publicada en la revista «Journal of Studies on Alcohol and Drugs», muestra que la gran mayoría, cuando no la totalidad, de los estudios publicados en los últimos años constatan que el consumo moderado de alcohol se asocia a una menor mortalidad cardiovascular y a una mayor esperanza de vida. Pero, asimismo, también muestra que muchos de estos estudios son metodológicamente defectuosos y refieren un beneficio sobre un riesgo que, en realidad, no existe.
Como explica Tim Stockwell, director de la investigación, «un punto clave de todos estos estudios es cómo definen a los supuestos ‘abstemios’. Por lo general, los estudios comparan a los bebedores moderados, esto es, personas que consumen hasta dos vasos de alcohol diarios, con ‘abstemios’. Y el problema es que este grupo de abstemios puede incluir a personas con una mala salud y que, por tanto, no puede beber alcohol. Así pues, la pregunta fundamental es, ¿con quién se está comparando a estos bebedores moderados?».
Ocasionales, que no moderados
Para llevar a cabo la investigación, los autores analizaron en profundidad la metodología y resultados de 87 de los últimos estudios llevados a cabo por evaluar el posible beneficio sobre la salud asociado al consumo moderado de alcohol.
Lo primero en lo que se fijaron los autores fue en el posible sesgo en los estudios entre los ‘abstemios’ y los bebedores moderados, observando que, en realidad, el consumo moderado no conllevaba un aumento de la longevidad. De hecho, los resultados de los únicos 13 estudios que, del total de 87, no presentaban esta deficiencia metodológica no mostraron la existencia de ningún beneficio para la salud relacionado con el consumo moderado de alcohol.
Sin ajuste, el estudio meta-análisis de todos los 87 estudios incluidos replicaron la clásica curva en forma de J, en la que los bebedores de bajo volumen (1,3 a 24,9 g de etanol por día) tuvieron riesgo 14% menor de mortalidad (RR = 0,86).
Los bebedores ocasionales (<1,3 g por día) tuvieron un 16% menos de riesgo de mortalidad, muy similar (RR = 0,84), y los ex bebedores más bien tuvieron 22% mayor riesgo (RR = 1,22). Después del ajuste de los sesgos y de las características de los estudios relacionados con la calidad, no se observó una reducción significativa en el riesgo de mortalidad para los bebedores de bajo volumen (RR = 0,97).
Los análisis de los estudios libres de prejuicios de mayor calidad también fallaron en encontrar un menor riesgo de mortalidad de los bebedores de bajo volumen de alcohol. Las estimaciones de riesgo para los bebedores ocasionales fueron similares a aquellos para los bebedores de bajo y medio volumen.
Las estimaciones del riesgo de mortalidad por consumo de alcohol se alteran de manera significativa por el diseño del estudio y las características de los mismos. Los metanálisis que ajustan por estos factores encuentran que el consumo de bajo volumen de alcohol de no tiene ningún beneficio neto de mortalidad en comparación con la abstinencia de por vida o beber de vez en cuando. Estos resultados tienen implicaciones para las políticas públicas, la formulación de directrices de consumo de bajo riesgo, y las investigaciones futuras sobre el alcohol y la salud.
Es más; como indica Tim Stockwell, «una vez realizamos las pertinentes correcciones, lo que vimos es que las personas con mayor longevidad eran las que podríamos definir como bebedores ‘ocasionales’, es decir, con un consumo inferior a un vaso de alcohol a la semana. En consecuencia, estas personas estarían consumiendo una dosis biológicamente insignificante de alcohol, por lo que resulta altamente improbable que este patrón de consumo sea la razón para su longevidad».
¿Menos cirrosis hepática?
En este contexto, debe asimismo tenerse en cuenta que los beneficios asociados al consumo moderado de alcohol no se limitan a la mortalidad general o a las enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, y comparados frente a los abstemios, los bebedores moderados tienen menos riesgo de ceguera e, incluso, de cirrosis hepática. Tal es así que, como apunta Tim Stockwell, «o el alcohol es una panacea o el consumo moderado es en realidad un marcador de algo más».
Es cierto que en la nueva revisión no se distinguió entre los distintos tipos de alcohol, caso del vino tinto, por lo general asociado en todos los estudios con una mayor esperanza de vida. Pero «incluso siendo así, es muy improbable –incide el director del estudio– que se pueda conceder el mérito al alcohol de por sí».
En definitiva, concluye Tim Stockwell, «hay una idea generalizada de que el alcohol es bueno, pero solo porque es lo que oímos todo el tiempo. Sin embargo, hay muchas razones para ser escéptico».
Fuente: abc.es