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Incluso pérdidas de peso transitorias mejoran el riesgo cardiovascular | Por: @rigotordoc

La pérdida de peso a cualquier edad adulta – incluso si no se mantiene – es lo que realmente importa, ya que puede conferir beneficios para la salud cardiovascular a largo plazo, según un único estudio epidemiológico de 60 años de seguimiento.

La investigación realizada por Marietta Charakida, Tauseef Khan, William Johnson y colaboradores del Centro Nacional para la Prevención Cardiovascular, Instituto de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad College de Londres, Reino Unido,publicada en línea el 21 de mayo de 2014 en The Lancet: Diabetes y Endocrinología examinó el efecto de los patrones de cambio peso a lo largo de la vida – las alteraciones en el índice de masa corporal (IMC) – sobre los factores de riesgo cardiovascular y el engrosamiento de las capas intima-media de la arteria carótida (EIMc) entre los 60 y 64 años de edad.

Cuanto más pronto un adulto adquiera grasa, peor es el perfil de riesgo de las enfermedades cardiovasculares: mayor prevalencia de diabetes, aumento de la presión arterial sistólica, mayor EIMc, mayores niveles de leptina, y disminución de los niveles de adiponectina.

En comparación con el peso normal, el sobrepeso y la obesidad se asociaron con un mayor EIMc (0.029 mm, IC 95%: 0,014-0.043) y mayor presión arterial sistólica (7,95 mm Hg; IC 95%: 5,86 -10,0). El incremento del EIMc, la presión arterial sistólica, la leptina, la prevalencia de la diabetes y la reducción de la adiponectina se asociaron con la duración de la exposición a la adiposidad en la edad adulta (p <0,0001 para todos). Se notó poco efecto adicional del sobrepeso infantil.

Sin embargo, las personas que perdieron bastante peso en sus 30s, 40s, 50s, o 60 años para caer una categoría en el IMC (es decir, si pasaron de obesidad a sobrepeso o de sobrepeso a peso normal) – aún si hubieran recuperado el peso – tuvieron un EIMc en los siguientes años de su vida que fue 0,034 mm (IC 95%: -0,056 a -0,013) más bajo, con menores concentraciones de leptina (-0,4 ng/mL: −0,47 a −0,32) que aquellos que siempre tuvieron sobrepeso u obesidad en la adultez y nunca perdieron peso.

Según los autores, esta diferencia podría predecir una tasa aproximadamente 9 % menor tanto para el accidente cerebrovascular (ACV) y el infarto de miocardio (IM). El beneficio cardiovascular podría derivarse de la pérdida de peso en la edad adulta, independientemente de cuando se logra esta pérdida de peso, apoyando de manera muy importante las políticas de salud pública de las modificaciones de estilo de vida para la prevención y el manejo de individuos con sobrepeso y obesidad en todas las edades.

El exceso de grasa corporal está asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 e hipertensión en la edad adulta y estos riesgos pueden afectar negativamente a la progresión de la enfermedad arterial.

La pérdida de peso se asocia con mejoría de los factores de riesgo cardiovascular, aunque no necesariamente con los resultados cardiovasculares, según los autores. Por otra parte, es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas con sobrepeso u obesidad que pierden peso, lo recuperan nuevamente.

El estudio de cohorte de nacimientos británicos de 1946 ofreció una oportunidad única para evaluar el impacto de la adiposidad durante toda la vida en los factores de riesgo cardiovascular y y en el EIMc en los siguientes años de su vida.

La muestra representativa a nivel nacional reclutó 5.362 bebés nacidos, estratificados por clase social, durante con 1 semana de marzo de 1946 en Inglaterra, Escocia y Gales. El estudio actual incluyó a 1.273 (45 %) de los 2.856 participantes en el estudio elegibles en 2006-2010, el 60% de los participantes todavía vivos y con un domicilio actual conocido en esas regiones que asistieron a una evaluación clínica después de la invitación a los 60-64 años.

El IMC se evaluó en la infancia (2 años de edad, 4, 6, 7 y 11 años) y en la edad adulta (edades 36, 43, 53, y 60 a 64 años) para definir el estado de adiposidad. Se evaluaron también múltiples factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta, incluyendo EIMc – una medida reproducible, no invasiva de la progresión de la aterosclerosis y del resultado adverso cardiovascular – a los 60 a 64 años.

Se utilizó la regresión lineal multivariable para establecer la asociación entre la categoría de IMC a la edad de 60 a 64 años con el EIMc, ajustado por diversos factores de confusión.

El sobrepeso y la obesidad aumentaron con la edad. A los 36 años, el 27% de los participantes tenían sobrepeso u obesidad, mientras que entre los 60 y 64 años, 67 % de los participantes estaban en estas categorías. De los niños que tenían sobrepeso u obesidad, el 67 % se mantuvo sin cambios.

Sólo el 15 % de los participantes del estudio perdieron peso durante la edad adulta, y sólo el 2 % logró mantenerse luego de perderlo.

Entre los 60 y 64 años, en comparación con personas de peso normal, aquellos que tenían sobrepeso o eran obesos habían aumentado las concentraciones de marcadores inflamatorios, la leptina y la HbA1c, tenían mayor presión arterial sistólica y diastólica así como 2,48 veces más probabilidades de tener diabetes tipo 2.

Las reducciones en la categoría de IMC, aún si no hubieran sido mantenidas, se asociaron con disminuciones en el EIMc y mejoras en el perfil de riesgo cardiovascular.

El trabajo muestra de manera fehaciente que reducir el sobrepeso y la obesidad puede tener beneficios para la salud a largo plazo sobre el riesgo cardiovascular. Otros estudios han demostrado, especialmente en los pacientes con diabetes, que el aumento del IMC se asocia típicamente con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y el riesgo es particularmente alto en aquellos con IMC de 35 o mayor.

Es importante comentar que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en esta cohorte es similar a la observada en los Estados Unidos o en otras poblaciones occidentales e ilustra cómo el exceso de peso corporal es actualmente un importante problema de salud pública mundial.

Aunque es alentador que la pérdida de peso, incluso transitoria durante la edad adulta parece proporcionar beneficios cardiovasculares, este estudio pone de relieve la necesidad de prevenir el aumento de peso tanto en la edad media como en la edad adulta temprana.
La prevención de la ganancia de peso es quizás más importante que la pérdida de peso, ya que una vez que una persona se vuelve obesa, es difícil perderlo, y más difícil aún es mantener el peso perdido a largo plazo.

Referencia: The Lancet Diabetes & Endocrinology, Volume 2, Issue 8, Pages 648 – 654, August 2014. doi:10.1016/S2213-8587(14)70103-2

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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc

Medicina Interna

Ambulatorio Medis.

Av. José María Vargas. Centro Comercial Santa Fe.

Nivel C3. Consultorio 2.

Caracas. Venezuela.

http://rigobertomarcano.com

Rigoberto José Marcano Pasquier

Médico internista venezolano: 31a de graduado UCV! Tecnofílico. Ecléctico. Co-Investigador del Estudio Evescam, Venezuela y Coordinador de Medios Sociales. Secretario de Redes de la Asociación Venezolana de Aterosclerosis. CEO de Medicina Preventiva Santa Fe. WebMaster de medicinapreventiva.info , medicinapreventiva.com.ve, ava.net.ve y estudioevescam.info.ve Fotógrafo aficionado: Instagram @rigobertomarcano. Médico afiliado a Mercantil Seguros y a Seguros Caracas

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