Vacunación

La vacunación como manera efectiva de prevenir severas enfermedades | Por: @rigotordoc

La inmunización es la intervención más exitosa y costoefectiva en salud, especialmente porque reduce globalmente la morbilidad y la mortalidad. Durante las dos décadas pasadas, la inmunización ha prevenido mundialmente un estimado de 20 millones de muertes por enfermedades prevenibles por vacunas.

La prevención de una determinada enfermedad representa un hecho fundamental para la salud pública. Es siempre mejor prevenir una enfermedad que tratarla. Las vacunas son responsables del control de numerosas enfermedades infecciosas que han sido muy comunes en cualquier parte del mundo; basta pensar que la vacuna ha erradicado la viruela, una de las más devastadoras enfermedades en la historia.

Edward Jenner (1749-1823): médico rural e investigador descubridor de la vacuna antivariólica.
Edward Jenner (1749-1823): médico rural e investigador inglés, descubridor de la vacuna antivariólica.

Muchas son las enfermedades que pueden ser prevenidas mediante el uso de vacunas, entre ellas tenemos: ántrax, difteria, hepatitis A y B, meningitis por haemophilus influenzae tipo b, influenza, encefalitis japonesa, sarampión, meningococo, parotiditis, neumococo, polio, rabia, rotavirus, rubeola, tosferina, herpes zoster, viruela, tétano, tifoidea, tuberculosis, varicela o lechina y fiebre amarilla.

Una vacuna es una preparación biológica que mejora la inmunidad contra una determinada enfermedad. Una vacuna típicamente contiene un agente inocuo que se parece al microorganismo causante de la enfermedad y es a menudo preparada a partir de formas muertas o debilitadas, de sus toxinas o de los componentes de su superficie; por lo tanto, la vacuna contiene los mismos antígenos o partes de los antígenos que causan las enfermedades.

Los antígenos de las vacunas no son suficientemente fuertes para causar la enfermedad, pero son suficientemente fuertes para que el sistema inmune produzca los anticuerpos específicos. Por medio de la vacunación las personas vacunadas desarrollan la inmunidad sin sufrir las enfermedades que las vacunas previenen. Los niños recién nacidos son inmunes a muchas enfermedades porque poseen anticuerpos que reciben de la madre. Sin embargo, esta inmunidad desaparece durante el primer año de vida.

Antes que existieran las vacunas respectivas, muchas personas murieron o fueron severamente afectados a causa de enfermedades que hoy en día son prevenidas por ellas, tales como tosferina, sarampión y polio. Finalmente, la inmunización individual de las personas ayuda también a proteger la salud de la comunidad entera, ya que a medida que una amplia mayoría de personas son vacunadas es mucho más difícil que ocurra una explosión de la enfermedad.

Las vacunas pueden no garantizar la protección completa frente a una determinada enfermedad, debido a características propias de la propia vacuna, a su efectividad, a problemas derivados del manejo de las vacunas y además, a que el sistema inmune del huésped no responde adecuadamente o no responda en absoluto. Esta deficiencia puede ser debida a una reducida inmunidad en general (paciente diabético, uso prolongado de esteroides, infección por VIH, edad) o porque el sistema inmune del huésped no tiene células específicas (células B) capaces de generar anticuerpos contra ese antígeno.

La eficacia de una vacuna depende de varios factores, tales como la enfermedad de por sí, el lote de las vacunas, el cumplimiento de la cronología y frecuencia de la aplicación de la vacuna, la condición de no respuesta a la vacuna para algunas enfermedades, y otros factores como la etnicidad, la edad o cierta predisposición genética.

 

¿Cómo se desarrolla la inmunidad?

El sistema inmune reconoce las vacunas como agentes extraños y por lo tanto, los destruye y los “recuerda”. Cuando se encuentra la versión virulenta de un agente, el organismo reconoce las características de la superficie del agente patógeno, bien sea virus o bacteria y prepara su respuesta neutralizándolo el agente invasor antes que penetre las células y destruyendo las células infectadas antes que el agente nocivo logre multiplicarse en un número muy grande.

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Esquema de la respuesta inmune celular, a la izquierda y humoral, a la derecha.

Para lograr la mejor protección, se recomienda vacunar los niños tan pronto su sistema inmune esté suficientemente desarrollado para responder a una determinada vacuna, con los refuerzos adicionales que a menudo se requieren para alcanzar la inmunidad completa. El amplio número de vacunas y de refuerzos que se recomiendan (hasta 24 inyecciones dentro de los primeros dos años de vida) ha creado problemas para alcanzar un cumplimiento satisfactorio.

Para reducir la falta de cumplimiento, hoy en día se tienen disponibles combinaciones de vacunas que proveen protección contra múltiples enfermedades. Además de las recomendaciones para la vacunación y los refuerzos para la población infantil, hay vacunas específicas recomendadas para otros grupos etarios, más comúnmente para sarampión, tétano, influenza, y neumonía.

Las vacunas recomendadas para los adultos, a partir de los 50 años, especialmente si padecen de enfermedades crónicas se concentran fundamentalmente en neumonía e influenza, enfermedades de alta mortalidad en ese grupo. Además desde el 2006 se introdujo la vacuna contra el Herpes Zoster (Zostavax, recientemente disponible en Venezuela para su uso), una enfermedad causada por el virus de la varicela zóster, un virus de la familia herpesvirus que usualmente afecta a las personas por encima de los 50 años.

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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc

Medicina Interna

Ambulatorio Medis.

Av. José María Vargas. Centro Comercial Santa Fe.

Nivel C3. Consultorio 2.

Caracas. Venezuela.

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