Luego de estar en la cúspide por años, Nokia dice adiós | Por: @linternista
En la lista de los 20 celulares más vendidos de la historia, 13 tienen la marca Nokia. Todavía en la mente de muchos, esta palabra es sinónimo de calidad y durabilidad.
De hecho en los linderos de las redes sociales aún se utiliza la imagen del emblemático Nokia 1100 -o del 3210- como sinónimo de una era en la que los teléfonos móviles eran fuertes como una roca, simples de manejar, con baterías tan duraderas que parecían eternas. La marca finlandesa evoca una época en la que los teléfonos tradicionales aún campaban a sus anchas, sin advertir los cambios que se avizoraban en el horizonte a manos de una nueva generación liderada por Apple y Google.
Durante la década de los noventa y el inicio del siglo XXI, Nokia se trepó a un liderazgo indiscutido en el mercado de los teléfonos celulares. Cuando Steve Jobs reveló el iPhone en enero de 2007, la firma finlandesa acaparaba casi el 50 por ciento del mercado, según la consultoras Gartner e IDC.
Por ese entonces, los teléfonos tradicionales, conocidos en el argot de la tecnología como feature phones, eran la opción predilecta. Nokia vendió, en 2007, 435 millones de unidades, según la firma Gartner. Lo seguía Motorola, con un lejano 14 por ciento del mercado y Samsung completaba el podio con 13 por ciento. Apple aún no aparecía en los listados.
En la Navidad del 2007, El Nokia N95 fue uno de los artículos electrónicos más deseados. Pesaba solo 120 gramos e incorporaba una pantalla de 2,6 pulgadas con resolución de 240 x 320 píxeles. Su cámara trasera de 5 MP era la envidia de los demás fabricantes y se encontraba habilitado para tecnología de internet móvil 3G. Costaba casi 700 dólares.
Las ventas de teléfonos inteligentes apenas asomaban como una amenaza lejana. Anssi Vanjoki, el director estratégico de Nokia demostró a comienzos de ese año, con una declaración, que la finlandesa respetaba al iPhone, pero lo veían como un producto de nicho: “El desarrollo de teléfonos móviles será como el del PC. Incluso con el Mac, Apple ha atraído mucha atención al principio, pero se han mantenido como un fabricante de nicho. Lo mismo pasará con el iPhone”.
No obstante, Olli Pekka, el director ejecutivo de Nokia en su momento, no dudó en advertir que podía ser un fuerte contendor, que no debía desestimarse por ser un jugador nuevo en la escena.
En octubre de 2007, durante la conferencia de resultados financieros del tercer trimestre, admitió sentirse paranoico con respecto al iPhone. Pekka dijo que Nokia empezaría a incrementar su inversión en investigación para combatir la amenaza que representaban no solo Apple sino también RIM, la canadiense detrás de BlackBerry.
Y al lado del iPhone, el Android
Pero Nokia reaccionó con la lentitud de Goliat y fue derribado por los otrora pequeños rivales. El ritmo avasallador del mercado del mercado de teléfonos inteligentes golpeó sus ventas poco a poco. En 2009, Nokia reportó su primer trimestre con pérdidas en una década. Los teléfonos Android también empezaban a irrumpir con fuerza.
Para 2010, se sabía que Pekka no seguiría como cabeza de la empresa. En septiembre de ese mismo año, Stephen Elop asumió las riendas de la firma.
Elop no logró conjurar el desplome. Según el portal de estadísticas Statista, para el tercer trimestre de 2010, acaparaba el 32 por ciento las ventas de teléfonos inteligentes. Para 2011, ya solo ostentaba el 23 por ciento.
Un año después, en 2012, Nokia sumaba el 7,8 por ciento de las ventas. En cuestión de cinco años, Nokia pasó de ser un gigante a luchar en los últimos escalones del mercado de celulares.
James Surowiecki, columnista de The New Yorker resume de forma ejemplar lo sucedido: “Al final, la empresa subestimó la relevancia del software, desde las aplicaciones hasta la experiencia de usuario. Nokia era una empresa conformada por expertos en hardware que marginaban a los expertos en software”.
La migración a Windows Phone
El sistema operativo de Nokia, Symbian, no logró adaptarse a una era en la que los teléfonos dejaron de ser meras obras de ingeniería y se transformaron en una experiencia, en una herramienta polifacética.
Desesperados, adoptaron Windows Phone en 2011, con la esperanza de que el sistema operativo móvil de Microsoft los ayudaría a llegar a los consumidores que habían perdido en los últimos cuatro años. Sin embargo, esta plataforma no se convirtió en su carta de salvación.
Entre 2012 y 2013, la participación de Nokia en el mercado de teléfonos inteligentes quedó reducida a escombros. Para el segundo trimestre de 2013, se encontraba en menos de 5 por ciento. Entonces, en septiembre, se anunció que Microsoft adquiriría la división de móviles de la finlandesa por 7.200 millones de dólares.
Desde entonces, se temió por la eventual desaparición de la marca en el entorno de teléfonos móviles. Los miedos se confirmaron el pasado 23 de octubre.
Ese día, el gigante de Seattle anunció que sustituirá la marca Nokia por Microsoft en los nuevos teléfonos que fabrique, tras cerrar la adquisición de la división de teléfonos móviles de la compañía finlandesa el pasado 25 de abril. Así, los teléfonos Nokia Lumia se llamarán a partir de ahora Microsoft Lumia.
Con esta movida, se apaga una de las marcas que nos enseñó a entender qué significaba la telefonía móvil. Sus razones tendrá Microsoft para despegarse de ella.
Fuente: El Tiempo.
Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh
Comunicador Social