La temible grasa blanca que acumula calorías puede convertirse en grasa parda, que las quema | Por: @linternista
Según un estudio reseñado en la revista Cell Metabolism, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas (UTMB), en Galveston (Estados Unidos) demostraron por primera vez en humanos que la temible grasa blanca que acumula calorías puede convertirse en grasa parda, que las quema.
Teniendo en cuenta la epidemia actual mundial de obesidad y síndrome metabólico, la posibilidad de quemar calorías sin necesidad de aumentar los niveles de actividad física sería de gran valor terapéutico. El aumento del gasto de energía y la transformación de la grasa blanca en marrón resultaría muy prometedora para el tratamiento de las complicaciones asociadas con la obesidad y el sedentarismo.
Las células de grasa parda son distintas de las de la grasa blanca en sus genes, estructura y función. Las células de grasa parda son más pequeñas que las células de grasa blanca y tienen un mayor número de mitocondrias, los motores de combustión de la célula que expresan una proteína llamada UCP1. La adrenalina se enciende con UCP1, lo que hace que las mitocondrias quemen calorías sin generar ninguna energía química sino simplemente calor.
Estudios previos realizados por el grupo de UTMB y otros han demostrado que las personas tienen grasa parda, aunque en pequeñas cantidades, y cuando esta se «enciende», puede aumentar la tasa metabólica al tiempo que reduce los niveles de glucosa en sangre.
En este trabajo, los investigadores han demostrado que la grasa blanca en los seres humanos también se puede convertir en una forma parecida a la grasa parda. Sin embargo, para que esto suceda se requiere fuerte y prolongada liberación de adrenalina.
El trauma de una quemadura representa un modelo único de estrés fuerte y prolongado, donde la liberación de adrenalina se incrementa masivamente durante varias semanas después de la lesión. Los investigadores utilizaron este «modelo de estrés» para estudiar su hipótesis de que, de forma similar a los modelos animales, la grasa blanca humana también puede convertirse en grasa parda.
Los autores reclutaron 72 pacientes que habían sufrido quemaduras graves en aproximadamente 50% de sus cuerpos. Diecinueve personas sanas sirvieron como grupo de comparación. Se tomaron muestras de la grasa blanca de los pacientes quemados en diferentes momentos después de la lesión.
Los investigadores encontraron que en los pacientes con quemaduras se producía un cambio gradual en las características moleculares y funcionales de la grasa blanca a un fenotipo de grasa parda, lo que sugiere un «oscurecimiento» progresivo de la grasa blanca en respuesta a una lesión por quemadura.
«Nuestro estudio proporciona una prueba de que es posible el oscurecimiento de la grasa blanca en los seres humanos. El siguiente paso es identificar los mecanismos que sustentan este efecto y luego para desarrollar medicamentos que imitan el efecto inducido por quemaduras», explicó el autor principal, Labros Sidossis, profesor de Medicina Interna en la UTMB.
Fuente: ABC.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social