Fumar incrementa el riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas | Por: @rigotordoc
El tabaquismo está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, de acuerdo con los resultados de un estudio de cohorte prospectivo publicado en la revista British Medical Journal.
«La detección de zonas de ADN específicas sensibles al tabaquismo y las mutaciones en el gen p53 en el tejido mamario de fumadoras apoya la plausibilidad biológica de una asociación positiva entre tabaquismo y cáncer de mama», según lo reportan la Dra Juhua Luo, del Departamento de Medicina Comunitaria de la Universidad de Virginia Occidental en Morgantown, y colaboradores.
El objetivo del estudio fue evaluar la asociación entre el tabaquismo y el riesgo de cáncer de mama invasivo en mujeres posmenopáusicas, utilizando mediciones cuantitativas de la exposición de por vida al tabaquismo pasivo y activo.
Ingresaron en el estudio 79.990 mujeres de 50 a 79 años en 40 centros clínicos de EE.UU., quienes formaban parte del Estudio Observacional de la Salud de la Mujer durante el período comprendido entre 1993 y 1998. El objetivo final del estudio fue confirmado patológicamente, el cáncer mamario invasivo como una función de tabaquismo activo y pasivo auto-reportado.
Las mujeres que desarrollaron cáncer de mama invasivo fueron ligeramente mayores que las mujeres que no, pero su índice de masa corporal y actividad física fueron similares.
En comparación con las mujeres que permanecieron libres de cáncer de mama, las que desarrollaron la enfermedad tuvieron significativamente más probabilidades de ser blancas no hispanas, con más alto nivel de educación, nulíparas, mayores al tener el primer hijo, tener una historia de haber tomado terapia de estrógeno más progesterona, alta ingesta alcohólica y una historia familiar de cáncer de mama (todos los valores de P <0,05).
Entre las no fumadores de por vida, el 88,1% estaban expuestas al tabaquismo pasivo y la mayoría de las mujeres tenía varios tipos de exposición al tabaquismo pasivo. La exposición de los niños sólo fue ligeramente superior entre las no fumadoras que desarrollaron cáncer de mama que aquellas que no lo hicieron, al igual que varios tipos de exposición al tabaquismo pasivo.
Durante el seguimiento de una duración media de 10,3 años, hubo 3.520 casos incidentes de cáncer de mama invasivo. En el análisis primario, con todas las no fumadoras de por vida como grupo de referencia, el riesgo de cáncer de mama se elevó en un 9% (2% a 17%) entre las ex fumadoras y un 16% (0% a 34%, P = 0.05) entre las fumadoras actuales.
En comparación con las no fumadoras, el riesgo de cáncer de mama se asoció positivamente con la intensidad del hábito tabáquico, la duración del hábito de fumar y los paquetes/años de cigarrillos fumados e inversamente asociado con la edad del inicio del hábito tabáquico.
Comparadas con las no fumadoras que tenían al menos un embarazo a término, las mujeres que comenzaron a fumar antes de su primer embarazo a término tuvieron un 21% (11% a 33%) aumento de riesgo de cáncer mamario. Todas las tendencias de riesgo fueron estadísticamente significativas.
Fumadoras activas de alta intensidad y duración del hábito de fumar, así como aquellas que comenzaron a fumar cuando eran adolescentes, tuvieron un riesgo significativamente mayor de cáncer de mama.
Las mujeres que habían fumado durante al menos 50 años tuvieron el riesgo más alto para el cáncer de mama (35% mayor) frente a todas las no fumadoras de por vida y 45% mayor al compararlas contra las no fumadoras de por vida sin exposición al tabaquismo pasivo. Después de dejar de fumar, los años desde que dejaron de fumar fueron inversamente asociados significativamente con el riesgo de cáncer de mama, el cual se mantuvo aumentado hasta por 20 años, 14% y 17% respectivamente.
La razón de riesgo de cáncer de mama entre las fumadoras actuales fue significativamente elevada (P <0.05), independientemente del grupo de referencia utilizado, al igual que el riesgo entre las mujeres que comenzaron a fumar antes de su primer embarazo a término, fumando ≥ 50 años, o tenían ≥ 50 paquetes años de tabaquismo.
Entre las mujeres que nunca habían fumado, no se observó una asociación significativa entre el riesgo de cáncer de mama y el tabaquismo pasivo, excepto para el nivel más alto de exposición (exposición de los niños ≥ 10 años, exposición en el hogar de adultas ≥ 20 años, y la exposición laboral de adultas ≥ 10 años).
Tampoco se observó una tendencia significativa de relación dosis-respuesta para cualquier método de calcular la exposición acumulativa, con todas las estimaciones. La exposición más extensa al tabaquismo pasivo se consideró de al menos 10 años en la infancia y de por lo menos 20 años como adulto en casa, y la exposición por lo menos 10 años como adulto en el trabajo.
Entre las mujeres que nunca habían fumado, aquellas con la exposición más extensa al tabaquismo pasivo tuvieron un 32% más de riesgo de cáncer de mama frente a aquellas que nunca habían estado expuestas a tabaquismo pasivo, después de ajuste por posibles factores de confusión.
Otros grupos con menor exposición al tabaquismo pasivo acumulado no tuvieron ninguna asociación significativa con el riesgo de cáncer de mama, ni hubo ninguna relación dosis respuesta aparente con la exposición acumulativa al tabaquismo pasivo.
Debido a que la exposición extensa a tabaquismo pasivo se asoció con un riesgo de cáncer mamario aumentado, lo que podría dar lugar a subestimar los riesgos del tabaquismo activo, se realizó un análisis secundario utilizando a no fumadoras de por vida, sin antecedentes de exposición al humo pasivo como el grupo de referencia.
La asociación de tabaquismo activo y pasivo con un incremento en el riesgo de cáncer mamario es biológicamente posible, especialmente cuando la exposición se produce durante ciertos períodos críticos. Los modelos animales han demostrado que el tejido mamario puede ser particularmente susceptible a la exposición a cancerígenos durante los años desde el inicio de la pubertad hasta el primer embarazo a término.
Las células epiteliales mamarias no se convierten en totalmente diferenciadas hasta después del primer embarazo a término, por lo que el período entre el inicio de la pubertad y el primer embarazo a término puede ser un tiempo de alto riesgo de inicio del cáncer.
Los resultados de un riesgo elevado de cáncer de mama asociado con una edad temprana de inicio de fumar (<15 años), particularmente antes del primer embarazo a término, soporta la hipótesis de que fumar durante la adolescencia temprana aumenta el riesgo de cáncer de mama.
Por otra parte, estos resultados pueden ser correlacionados con una larga duración del hábito de fumar, lo cual se asoció con un mayor riesgo en la cohorte estudiada.
Adicionalmente, los estudios de biomarcadores humanos han sugerido fuertemente que el tejido mamario es un blanco para los efectos cancerígenos del humo del tabaco. Los estudios han encontrado que los aductos de ADN (DNA unido covalentemente a una sustancia química cancerígena) con derivados del humo de tabaco son más comunes en los tejidos mamario de fumadoras que de no fumadoras.
Estos resultados destacan la necesidad de intervenciones para prevenir el inicio del hábito de fumar, especialmente a una edad temprana, y alentar a dejar de fumar a cualquier edad.
Referencia: Juhua Luo et al: Association of active and passive smoking with risk of breast cancer among postmenopausal women: a prospective cohort study. BMJ 2011; 342:d1016 doi: 10.1136/bmj.d1016
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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