Combinación de fármacos elimina los pólipos en pacientes en alto riesgo de cáncer intestinal | Por: @linternista
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Oncológico Huntsman de la Universidad de Utah en Salt Lake City (EE.UU.), identificó un protocolo de tratamiento que reduce tanto el número como el tamaño de los pólipos benignos –y precancerígenos– en el intestino delgado.
La poliposis adenomatosa familiar (PAF) es una enfermedad hereditaria infrecuente caracterizada por la aparición de más de un centenar de pólipos benignos en el colon y el recto a partir de la segunda década de vida. El problema es que, una vez superada la treintena, el riesgo de que alguno de estos pólipos se convierta en maligno es muy elevado, hasta el punto de que los afectados por PAF tienen un riesgo cercano al 100% de desarrollar cáncer colorrectal en algún momento de su vida a no ser que se someta a una colectomía –extirpación del colon–.
Sin embargo, la probabilidad de aparición de pólipos en el duodeno es también muy elevada. De hecho, el 15% de los pacientes acaba desarrollando cáncer de intestino delgado. Y contrariamente a como sucede con el colon, el intestino delgado no se puede extirpar.
Como explica Jewel Samadder, director de esta investigación publicada en la revista «JAMA», «el abordaje médico y quirúrgico de los pacientes con PAF es complicado dada la dificultad de la extirpación preventiva de los pólipos precancerosos en el intestino delgado. Además, la extirpación del duodeno supondría que los pacientes tuvieran una dificultad enorme a la hora de absorber los nutrientes. Y esto no deja con muy pocas opciones, por no decir con ninguna, de tratamiento».
Menor número y tamaño
Distintos estudios previos realizados con cultivos de células de cáncer colorrectal y modelos animales –ratones– de PAF habían mostrado que la combinación de sendos fármacos para bloquear la vía inflamatoria mediada por la ciclooxigenasa-2 (COX-2) y para inhibir el efecto del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) se asociaba con una reducción del 87% de la incidencia de cáncer en el intestino delgado. Por ello, los investigadores evaluaron el efecto de la combinación de los fármacos sulindac –inhibidor de la COX-2– y de erlotinib –inhibidor del EGFR– en seres humanos afectados por PAF.
Concretamente, el estudio, primero de este tipo, fue realizado con 92 pacientes con PAF que, según un criterio totalmente aleatorio, recibieron durante 6 meses la combinación de sulindac y erlotinib o placebo. Todos los participantes fueron sometidos a sendas endoscopias al inicio y a la conclusión del estudio con objeto de evaluar el efecto del tratamiento.
Los resultados mostraron que, frente a aquellos tratados con placebo, los participantes que recibieron la combinación farmacológica experimentaron una reducción promedio del 71% del número de pólipos. Es más; el tamaño de los pólipos restantes fue asimismo significativamente menor en los pacientes tratados con sulindac y erlotinib.
Por su parte, y por lo que respecta a la seguridad del tratamiento, los pacientes que recibieron la combinación experimentaron mayores efectos secundarios, fundamentalmente erupciones cutáneas –en hasta un 87% de los casos– y úlceras bucales (39,1%). Y si bien muchos pacientes tuvieron que ver reducidas las dosis de sulindac y erlotinib como consecuencia de estos efectos adversos, esta disminución no conllevó ningún efecto sobre el beneficio sobre los pólipos precancerosos.
Como refiere Jewel Samadder, «la mayoría de los efectos secundarios fueron tolerables. Además, y en el caso de un tratamiento farmacológico que, como este, ofrece una prevención tan precisa, el cociente riesgo-beneficio cambia porque aunque el paciente pueda padecer algún efecto adverso es mucho más importante reducir el riesgo de cáncer».
¿Menor riesgo de cáncer?
Y esta reducción en el número y tamaño de los pólipos, ¿conlleva a su vez una disminución del riesgo de cáncer de intestino delgado? Pues si bien puede esperarse que esto sea así, aún no es posible asegurarlo.
Como concluye Jewel Samadder, «si bien los resultados de este estudio preliminar son alentadores, todavía no sabemos si la combinación de estos fármacos previene el cáncer. Por ello, se realizará un seguimiento de los pacientes durante dos años, lo que nos permitirá conocer los resultados a largo plazo. Además, ya se están diseñando futuros estudios en los que se emplearán sulindac y erlotinib tanto en combinación como en monoterapia y a diferentes dosis».
Fuente: abc.es