El aumento global de la tuberculosis multirresistente y ultrarresistente amenaza al mundo | Por: @linternista
Durante el Día Mundial de la Tuberculosis, el 24 de marzo de 2017, las autoridades sanitarias de todo el mundo coincidieron que se necesitan aumentar los esfuerzos para eliminar esta terrible enfermedad.
Los datos de vigilancia de la tuberculosis (TB) del año 2016 de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), muestran que a pesar del ligero descenso en el número de casos durante la última década y la incidencia de tuberculosis desde el 2015, la incidencia de la tuberculosis sigue siendo 29 veces más alta que la tasa de eliminación de la tuberculosis.
La tuberculosis sigue fuera de control en varias partes del mundo, incluyendo África y Asia y aunque su control ha sido eficaz en algunas regiones del mundo, estas ganancias están amenazadas por la creciente carga de la tuberculosis resistente a múltiples fármacos (MDR) y extensamente resistente a los fármacos (XDR).
La tuberculosis XDR ha evolucionado en varios países con tuberculosis endémica a tuberculosis incurable por medicamentos o programáticamente incurable (tuberculosis totalmente resistente a fármacos). Esto plantea varios desafíos similares a los encontrados en la era pre-quimioterapia, incluyendo la incapacidad para curar la tuberculosis, la alta mortalidad, y la necesidad de métodos alternativos para prevenir la transmisión de la enfermedad.
Este fenómeno refleja el aumento mundial de la resistencia a los antimicrobianos y la aparición de otros patógenos MDR, como la malaria, el VIH y las bacterias Gram-negativas.
La tuberculosis MDR y XDR se asocian con alta morbilidad y mortalidad sustancial, son una amenaza para los trabajadores de la salud y son prohibitivamente costosas de tratar, por lo que son un grave problema de salud pública.
«Cada año, el Día Mundial de la Tuberculosis sirve como un recordatorio no sólo de lo lejos que hemos llegado en la lucha contra la tuberculosis, pero lo que aún nos hace falta», refirió en un comunicado, el Dr. Philip LoBue, director de la División de Eliminación de la Tuberculosis del Centro Nacional de Prevención de VIH/SIDA, Hepatitis Viral, ETS y TB de los Centers for Disease Control and Prevention, Estados Unidos.
El Dr. LoBue agregó que los nuevos datos, «sugieren que a menos que el progreso contra la tuberculosis se acelere en los Estados Unidos, no seremos capaces de eliminarla en un futuro próximo, o incluso en este siglo».
Un informe publicado en Lancet Respiratory Medicine, advierte que el aumento global de la tuberculosis multirresistente (MDR) y ultrarresistente (XDR) amenaza con descarrilar décadas de progreso del control de la enfermedad.[1]
La tuberculosis es «una epidemia que está en una encrucijada», agregan el Dr. David Dowdy, PhD, de la Bloomberg School of Public Health, en la Universidad Johns Hopkins Baltimore, Estados Unidos, y sus coautores en un comentario adjunto.[2]
«Durante la próxima década, es muy posible que veamos una epidemia de tuberculosis resistente a los medicamentos de escala global sin precedentes. Pero también es posible que la próxima década podría ser testigo de una reversión sin precedentes de la tuberculosis resistente a los medicamentos», dicen los comentaristas.
«La diferencia entre estos dos resultados no depende tanto del patógeno, sino más del desempeño de nuestra comunidad de control de tuberculosis global, y si tenemos la iniciativa (políticas) para dar prioridad a una respuesta específica a la enfermedad. La tuberculosis resistente a los medicamentos no se detiene, y nosotros tampoco debemos de hacerlo», advierten los comentaristas.
En búsqueda de acciones globales
«Para lograr la meta nacional de la eliminación de la tuberculosis, no solo se necesitan maximizar todas las herramientas disponibles, sino también se requiere continuar involucrando a todos los países para reducir la carga de la enfermedad en el extranjero», agregó el Dr. LoBue. «Estas colaboraciones serán esenciales, dado que el mayor riesgo de tuberculosis se encuentra entre las personas de Estados Unidos que viajan al extranjero, o en aquellos que nacieron en países que carecen de sistemas de control adecuados para la tuberculosis».
En el informe de Lancet Respiratory Medicine, el Dr. Keertan Dheda, de la Universidad de Ciudad del Cabo, en África del Sur, y sus colaboradores señalan que la incidencia mundial de la tuberculosis ha disminuido «marginalmente» durante los últimos 10 años y que la tuberculosis “se mantiene fuera de control” en varias partes del mundo, incluyendo África y Asia. A pesar de que los esfuerzos para el control de la tuberculosis han sido eficaces en algunas partes del mundo, estos logros se ven amenazados por la creciente incidencia de tuberculosis multirresistente y ultrarresistente.
En 2015, la tuberculosis mató a alrededor de 1,8 millones de personas en todo el mundo, siendo 24.400 personas de las Américas. Aproximadamente 1 de cada 5 casos de tuberculosis son resistentes a por lo menos uno de los principales medicamentos contra la tuberculosis y el 5% de todos los casos se clasifican como multirresistente (resistente a isoniazida y rifampicina) o ultrarresistente (resistentes además a fluoroquinolonas y la segunda línea de medicamentos inyectables). A nivel mundial en el año 2015, había un estimado de 480.000 casos de tuberculosis multirresistente.
La tuberculosis, multirresistente y ultrarresistente, se asocia con una «alta morbilidad y mortalidad, una amenaza para los trabajadores de la salud, costos prohibitivamente altos, y por lo tanto es un problema grave de salud pública», destacan el Dr. Dheda y sus colaboradores.
Aunque existen fármacos nuevos y otros con nuevas indicaciones disponibles para tratar la tuberculosis resistente a los medicamentos, los autores advierten que sin pruebas de diagnóstico precisas, para permitir la entrega de tratamientos dirigidos de forma individual y pautas de prescripción claras sobre el uso apropiado, los esfuerzos de control mejorados para prevenir la transmisión, la dosificación óptima y orientación sobre su administración, y sin sistemas de salud eficientes, rápidamente se perderá la eficacia de los mismos.
Los investigadores refieren que se necesita un «cambio de paradigma», que promueva la toma de las pruebas de tuberculosis a partir de la relación clínica en la comunidad, “iniciando así la búsqueda activa de casos, y la detección de los casos no diagnosticados e insospechados de tuberculosis resistente a medicamentos, en la comunidad».
«Se necesitan con urgencia formas novedosas para reducir o eliminar la transmisión de la tuberculosis resistente a los medicamentos y para entender la biología fundamental de la transmisión», añaden.
En su informe de 70 páginas, el Dr. Dheda y sus colaboradores describen las acciones prioritarias para los próximos 2, 5, y 10 años para las comunidades de investigación y política, así como las principales recomendaciones de tratamiento y procedimientos para los profesionales médicos que tratan a pacientes con tuberculosis multirresistente y ultrarresistente.
La OMS publica una nueva guía ética
La OMS ha emitido una nueva guía ética de tuberculosis en un esfuerzo para asegurar que los países que aplican la estrategia de Fin a la tuberculosis se adhieran a las normas éticas estándar para proteger los derechos de todos los afectados.
«La tuberculosis ataca de manera más severa a las personas con menores recursos en el mundo», refirió en un comunicado de prensa la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS. “La OMS está decidida a superar el estigma, la discriminación y otras barreras que impiden que muchas de estas personas obtengan los servicios que tanto necesitan”.
Las guías de ética orientan sobre cuestiones «debatibles», según la OMS, incluyendo el aislamiento de los pacientes durante el periodo de contagio, los derechos de los pacientes con tuberculosis en la prisión, y las políticas discriminatorias contra los migrantes afectados por la tuberculosis.
La OMS delinea cinco obligaciones éticas para los gobiernos, los proveedores de la salud, las organizaciones no gubernamentales, los investigadores y otras partes interesadas:
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Proporcionar a los pacientes el apoyo social que necesitan para cumplir con sus responsabilidades.
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Abstenerse de aislar a los pacientes con tuberculosis antes de agotar todas las opciones para permitir la adherencia al tratamiento y hacerlo sólo bajo condiciones muy específicas.
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Habilitar «poblaciones clave» para que tengan acceso al mismo nivel de atención que se ofrece a otros ciudadanos.
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Asegurarse de que todos los trabajadores de la salud operen en un entorno seguro.
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Compartir rápidamente la evidencia de la investigación, e informar cambios en las políticas nacionales y globales para el control de la tuberculosis.
«Solo tendremos éxito en cumplir nuestros objetivos de erradicar la tuberculosis y lograr la cobertura universal de salud, cuando se realicen intervenciones basadas evidencia con un marco ético sólido, manteniendo el respeto de los derechos humanos», agregó en el comunicado el Dr. Mario Raviglione, director del Programa mundial de la tuberculosis de la OMS. «La orientación que hemos dado a conocer hoy tiene como objetivo identificar los dilemas éticos que se presentan durante la atención de la tuberculosis, y pone en relieve las acciones clave que se pueden tomar para hacer frente a ellos.»
Fuente: espanol.medscape.com / thelancet.com