Un mayor Índice de Masa Corporal se relaciona con un incremento del riesgo de ACV isquémico | Por: @linternista
Según señala un nuevo estudio publicado en la versión electrónica el 7 de septiembre en Neurology, un mayor índice de masa corporal (IMC) se asocia a un aumento en el riesgo de ictus (anteriormente llamado accidente cerebrovascular) isquémico, aunque con menos riesgo de ictus hemorrágico.
«Este fue un estudio tan extenso que pudimos analizar el efecto del IMC por separado sobre diferentes tipos de ictus, no sólo sobre el isquémico, que todos sabemos es mayor conforme se incrementa el IMC, sino también sobre diferentes tipos de ictus hemorrágico, que si bien son menos frecuentes, resultan más mortales», dijo la autora del estudio, Gillian K. Reeves, PhD, profesora de epidemiología, Unidad de Epidemiología de Cáncer, Universidad de Oxford, Reino Unido.
El análisis incluyó 1.277.129 mujeres del Estudio del Millón de Mujeres (media de edad al inicio: 56,7 años), que fueron reclutadas en centros de detección de cáncer de mama en Inglaterra y Escocia entre 1996 y 2001. Los hallazgos, según la Dra. Reeves, no debieran afectar a las recomendaciones de salud pública relacionadas con el peso corporal elegido como objetivo.
Aproximadamente en 1% de las mujeres se perdió el seguimiento, el que se continuó durante una media de 11,7 años.
Los investigadores utilizaron datos del Servicio Nacional de Salud obtenidos en forma sistemática y registros electrónicos del hospital, para obtener información sobre ictus mortales y no mortales. Durante el seguimiento, se presentaron 20.549 ictus iniciales, de los cuales 9993 eran isquémicos, 5852 eran hemorrágicos (incluidos intracerebrales y subaracnoideos) y 4704 eran de tipo no especificado.
Categorías de IMC
Los investigadores clasificaron a los pacientes en cinco grupos, de acuerdo con su IMC (kg/m2): menos de 22,5, 22,5 a menos de 25, 25 a menos de 27,5, 27,5 a menos de 30, y 30 o más.
Un IMC más alto se relacionó con un aumento de ictus isquémico. El riesgo relativo (RR) para ictus isquémico por incremento de 5 kg/m2 en el IMC fue 1,23 (intervalo de confianza [IC] de 95%: 1,20 – 1,26) después del ajuste con respecto a edad y región.
El riesgo relativo fue 1,21 (IC 95%: 1,18 – 1,23) después del ajuste adicional con respecto al grado de «privación» alimentaria, ejercicio físico, ingesta de alcohol, tabaquismo y estatura.
En contraste, el riesgo relativo correspondiente para ictus hemorrágico disminuyó conforme aumentó el IMC. Fue de 0,88 (IC 95%: 0,85 – 0,91) después del ajuste con respecto a edad y región y 0,89 (IC 95%: 0,86 – 0,92) cuando también se hizo el ajuste con respecto a factores de confusión adicionales.
Los resultados de un análisis de sensibilidad que incluyó sólo ingresos hospitalarios con ictus enumerado como el primer código diagnóstico, no fueron sustancialmente diferentes de los hallazgos principales. El mismo caso fue para los análisis que excluyeron los primeros cinco años de seguimiento o a pacientes con alguna enfermedad previa diferente al ictus y para el análisis ajustado con respecto al antecedente de cáncer.
Concentraciones de lípidos
El mayor riesgo de ictus isquémico conforme aumentó el IMC podría estar relacionado con factores de riesgo como hipertensión y diabetes. También puede tener algo que ver con los cambios en las concentraciones de lípidos, dijo la Dra. Reeves, lo que puede favorecer la ateroesclerosis.
Si bien el vínculo entre el IMC y el riesgo de ictus hemorrágico parece ser menos claro, aquí también podrían intervenir los lípidos. Alguna evidencia parece indicar que el aumento de las concentraciones de colesterol se relaciona con una disminución del riesgo de ictus hemorrágico, dijo la Dr. Reeves.
El grado en el cual el colesterol total y el de las lipoproteínas de baja densidad podrían moderar la relación del IMC con el ictus hemorrágico no se pudo analizar en el presente estudio, pero «sería interesante», comentaron la Dra. Kathryn Rexrode, División de Medicina Preventiva, Departamento de Medicina, Brigham and Women’s Hospital, Boston, Massachusetts, y la Dra. Tatjana Rundek, PhD, Departamento de Neurología, Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, Florida, en un editorial complementario. «Se necesita más investigación sobre los mecanismos por los cuales el IMC bajo afecta al riesgo de ictus hemorrágico», afirmaron en su editorial.
Los hallazgos del estudio son importantes por cuanto ayudan a los investigadores a comprender mejor qué es lo que produce algunos de los tipos más infrecuentes de ictus, dijo la Dra. Reeves. «Ahora sabemos que el sobrepeso y la obesidad parecen proteger», dijo. «Cualquier cosa que nos ayude a comprender cómo está ocurriendo realmente la enfermedad nos ayudará en última instancia a la prevención».
Metanálisis
Los investigadores también llevaron a cabo un análisis sistemático y metanálisis que incluyó 12 estudios: cinco de Europa, uno de Norteamérica, uno de Australia y cinco de Asia.
«Observamos que casi todos los estudios que analizamos demostraron invariablemente un mayor riesgo relativo asociado a la adiposidad para el ictus isquémico que para el accidente cerebovascular hemorrágico», dijo la Dr. Reeves. Sin embargo, hubo algunas diferencias en los estudios asiáticos. Si bien hubo un incremento de 22% en el ictus isquémico por un aumento de 5 kg/m2 en el IMC entre europeos y norteamericanos, en los asiáticos el riesgo se incrementó 35 por ciento.
Si bien resultó claro que un mayor IMC aumentó el riesgo de ictus isquémico en asiáticos, en el caso del hemorrágico, el riesgo relativo fue todavía un poco mayor de 1, pero «mucho más bajo» que para el isquémico, dijo la Dra. Reeves.
La diferencia entre los estudios realizados en Asia y los llevados a cabo en países occidentales podría atribuirse a la causa «muy diferente» de estas enfermedades en Asia, afirmó la Dra. Reeves. «Por lo general tienen una distribución diferente de ictus hemorrágicos e isquémicos.
Hallazgo notable
En su comentario editorial, la Dra. Rexrode y la Dra. Rundek señalan que la relación del IMC con el ictus hemorrágico e isquémico en poblaciones asiáticas es «sorprendente» en vista de la prevalencia creciente de obesidad en todo el mundo.
«Dada la relación directa tanto con el ictus isquémico como con el hemorrágico en poblaciones asiáticas, tolerarán incluso más efectos del flagelo de la obesidad creciente».
Los editorialistas señalan que el Estudio del Millón de Mujeres fue concebido como un estudio de detección de cáncer de mama de manera que tuvo limitaciones en la obtención de los factores de riesgo para ictus detallados. El IMC es una medida bruta de obesidad y no toma en cuenta la aptitud física, el estado nutricional o la distribución del tejido adiposo corporal».
Los resultados de este nuevo estudio no debieran afectar a las recomendaciones para el peso corporal ideal, dijo la Dr. Reeves. Si los pacientes desean mejorar su salud global y reducir su riesgo de muerte, debieran permanecer dentro del rango de IMC normal, dijo.
Fuente: espanol.medscape.com