GeriatríaMedicina InternaNeurologíaPsiquiatría

Son más frecuentes en las mujeres los daños que reducen la funcionalidad de la mielina en el Alzheimer | Por: @linternista

Las mujeres tienen una mayor probabilidad de desarrollar Enfermedad de Alzheimer, según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Tecnológica Nanyang en Singapur (Singapur), que podría explicarse por las diferencias específicas entre ambos géneros en los niveles y estructuras de las proteínas presentes en la materia blanca y en las mitocondrias neuronales.

El riesgo de demencia en las mujeres es mayor que en los hombres, pero la neuropatología molecular de esta diferencia de género sigue siendo mal definidas. En este estudio, hemos utilizado, la proteómica cuantitativa guiada por descubrimiento para evaluar las bases moleculares de la influencia del género en el riesgo de la enfermedad de Alzheimer con enfermedad cerebrovascular (EA + ECV).

La patología de la sustancia blanca contribuye al deterioro cognitivo y a la discapacidad a largo plazo en sujetos de edad avanzada a través de múltiples mecanismos que no dependen de la formación de amiloide

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en los ancianos, la mayoría de los cuales también sufren una enfermedad cerebrovascular variable. Los individuos afectados muestran una patología cerebral compleja caracterizada por placas seniles con microinfartos, así como una degeneración mal entendida de los pequeños vasos que suministran sangre al cerebro.

Mientras que el compromiso vascular parece estar estrechamente vinculado con la extensión de la patología de la sustancia blanca, sigue estando mal definido cómo la enfermedad de los pequeños vasos influye en el curso clínico de la EA + ECV.

La restricción de flujo de sangre al cerebro da como resultado daños en los tejidos de la sustancia blanca, lo que lleva a la neurodegeneración y eventual demencia. La patología de la sustancia blanca contribuye al deterioro cognitivo y a la discapacidad a largo plazo en sujetos de edad avanzada a través de múltiples mecanismos que no dependen de la formación de amiloide. De hecho, la sustancia blanca del cerebro exhibe una composición compleja de moléculas diferentes que se pueden modificar para influir en la función cerebral, incluyendo tanto las moléculas de lípidos como las proteínas.

Las proteínas básicas de la mielina (PBM) cerebrales se sabe que son susceptibles de modificaciones proteícas degenerativas, incluyendo la desamidación y citrulination, y la degeneración de la mielina puede afectar directamente la función cognitiva debido a la interrupción de los circuitos neuronales, aunque el perfil molecular de las PBM cerebrales en la EA + ECV todavía tiene que ser descifrado.

De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente conviven en todo el mundo en torno a 47,5 millones de personas con Alzheimer. Una prevalencia desmesurada que, lógicamente, no es homogénea en todas las regiones del mundo y que, incluso, tampoco es similar en función del género.

Como explica Siu Kwan Sze, División de Biología Química y Biotecnología, Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Tecnológica de Nanyang, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Molecular Brain», «se prevé que el número de personas con Alzheimer se habrá triplicado en el año 2050, por lo que una necesidad urgente de identificar los mecanismos clave en el desarrollo de la demencia. Y en este contexto, nuestros resultados pueden tener implicaciones directas sobre el conocimiento de la progresión de la demencia y, por tanto, podrían facilitar el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de esta enfermedad».

Cuestión de proteínas

En el estudio, los autores emplearon la proteómica –esto es, el estudio a gran escala de las proteínas, muy especialmente de su estructura y función y, por tanto, de su variabilidad– para analizar las proteínas presentes en los tejidos cerebrales de 20 personas ya fallecidas: 5 varones y 5 mujeres que ya habían sido diagnosticados de demencia antes de la defunción, así como 10 individuos sin demencia.

Concretamente, el objetivo era identificar la presencia de posibles modificaciones proteínicas degenerativas –o ‘DPM’ según las iniciales en inglés– en las proteínas de la materia blanca y de las mitocondrias del lóbulo temporal –la región del cerebro implicada en la memoria visual y la comprensión del lenguaje.

Y estas DPM, ¿qué son? Pues son los cambios que tienen lugar en las estructuras de las proteínas con el paso del tiempo y que provocan que las proteínas afectadas pierdan su funcionalidad. Así, y por lo que respecta a la demencia, la proteína cerebral más afectada por estas DPM es la proteína básica de mielina, implicada en la producción de la vaina de mielina que protege los axones de las neuronas y permite la comunicación –la consabida ‘sinapsis’– neuronal. De hecho, cuando se produce un daño en la mielina se interrumpen los impulsos eléctricos entre las neuronas, lo que impide la comunicación entre las distintas áreas del cerebro.

Los resultados mostraron que las DPM responsables de reducir la funcionalidad de la proteína básica de mielina eran mucho más frecuentes en las mujeres que en los varones. Y como indica Siu Kwan Sze, «dado que estas DPM parecen jugar un papel crítico en la actividad y función de las proteínas presentes en el sistema nervioso central, podrían constituir una nueva diana para los futuros fármacos para tratar la demencia».

Se detectó la modulación de varias proteínas redox en el lóbulo temporal de sujetos con EA + ECV, y se observaron alteraciones específicas del sexo en la sustancia blanca y en los proteomas mitocondriales de pacientes de sexo femenino. El análisis proteómico funcional de los tejidos cerebrales con EA + ECV revelaron aumento de la  citrulinación de arginina y desamidación de residuos de glutamina de la proteína básica de la mielina (PBM) en las mujeres, lo cual alteró la degradación de la PBM degenerada y resultando en la acumulación de una PBM no funcional en la sustancia blanca.

Los pacientes de sexo femenino también muestran baja regulación de las subunidades ATP y citocromos, lo que sugiere una mayor gravedad del deterioro de las mitocondrias en las mujeres.

Esto es, los resultados también mostraron la presencia de DPM en las proteínas mitocondriales de los pacientes con demencia. Unas DPM que, entre otras consecuencias, provocan que las mitocondrias sean incapaces de llevar correctamente a cabo su misión –esto es, generar la energía que requiere la célula–, lo que a su vez conlleva que las neuronas del lóbulo temporal no sean completamente funcionales. Y de nuevo, indican los autores, «de manera similar a lo observado con otras proteínas, la alteración de las proteínas en la mitocondria fue más acusada en las mujeres que en los varones».

¿Nuevo enfoque terapéutico?

Por tanto, el estudio sugiere que, con el paso de los años, las mujeres podrían sufrir modificaciones más numerosas y acusadas en algunas proteínas cerebrales asociadas a la demencia, lo que podría explicar su mayor riesgo a desarrollar la enfermedad.

Es más; como destaca Xavier Gallart-Palau, «nuestros resultados también indican que la proteómica puede detectar diferencias a nivel molecular entre las mujeres y varones con demencia que no pueden ser observadas con los medios convencionales».

En definitiva, las nuevas evidencias ofrecen una nueva visión sobre el mayor riesgo y gravedad de la demencia en las mujeres desde un nivel molecular, lo que podría resultar muy útil para el desarrollo de tratamientos dirigidos a prevenir la enfermedad –sobre todo en mujeres.

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: